Capítulo 9

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La desesperación corría por Ryoma, quería encontrarla ya, quería mirar una calle y que estuviera ahí, sana y salva.

Sin detenerse se dirigía hacía donde supuestamente podría estar, no esperaría un minuto más.

Ryoma había tomado un buen ritmo así que recorría los alrededores a buena velocidad, y creía que pronto la encontraría.

Las calles se volvían largas, casi eternas, y parecían ser todas iguales, Ryoma sentía que moría con cada calle que divisaba. Sakuno no estaba en ninguna de ellas.
Su pecho se había cansado y su cuerpo estaba agobiado.

Se había detenido, en medio de una de las calles, se escondió un poco pues su rostro mostraba furia y desesperación, sus ojos rojos y sus dientes apretados lo mostraban, estaba llorando de ira. Se tomó del pecho cómo si el corazón le fuera a estallar, gritaba de horror, Sakuno había sido llevada por quién sabe qué imbécil y él no podía hacer nada por su cuenta, cómo lo hizo en un principio, debía esperar a las autoridades.

Se tumbó en medió de unas cajas de basura de la calle a la que había llegado, las desacomodó todas pues quedó hundido en ellas, estaba teniendo un ataque de pánico.
Respiraba rápido tratando de hacerlo mas lento y así mantener la calma, pero parecía no funcionar.

Se quería rendir y sólo desmayarse entre su enojo y lágrimas así que estaba dejándose ir entre sus pensamientos y la respiración tan irregular que podría ayudarlo a perder la conciencia pero fue interrumpido.
Unos ruidos violentos y extraños llamaron su atención pero tenía que recuperarse lento pues no podía pararse de golpe.

Eran las voces de dos hombres, y un pequeño chillido. Se murmuraban entre ellos de manera violenta y parecían forcejear con algo, pero Ryoma aún no los veía, pero no planeaba moverse pues no quería ser molestado quería pretender ser un pedazo de basura más.
Se quedó tumbado escuchando la conversación.

- Se alejaron, aquí seguro ya no regresaran.

- Me parece bien. Deja de moverte - Le dijo a alguien más.

- Si eres una buena chica, trataremos bonito.

- Te lo haremos por ambos lados, y te gustará tanto que nos suplicaras más. - La chica lloraba y se seguía moviendo esperando poder escapar de alguna manera.

- ¿Quieres que te golpeé de nuevo, zorra? - Levantó la mano.

- Seguro quiere que nos la follemos de una vez. - Se tomó del pantalón para poder desabrocharlo, el otro sostenía a la chica por el cabello y de las manos que al parecer tenía atadas con una cinta. Tenía su abrigo desalineado y la blusa desabrochada, los pantalones aún no habían sido zafados, pero parecía que su plan era quitarlos a continuación. 

La mujer atada quería gritar, pero la cinta en su boca no lo permitiría, sus ojos lloraban en horror al ver cómo uno de los sujetos la tomaba de la espalda y se bajaba los pantalones, ella no podía más, quería morir en ese momento, tenía mucho miedo, iban a violarla. 
Cuando estuvo a punto de sentir que el otro tipo la tocaba al meter la mano en su sujetador, el tipo en cuestión retiró la mano de manera instantanea, jaló su cabello para después soltarlo, e inmediatamente voló de manera violenta al bote que estaba junto a él, debido a que su cabeza golpeó en una de las esquinas, cayó inconsciente. 

El otro tipo jaló a la chica hacia él para defenderse, pero no fue de mucho ayuda, tuvo problemas para defenderse pues sus pantalones no le permitían acomodarse bien, aún estaban abajo. Una muy violenta patada cayó directo a su entrepierna tumbándolo en dolor. 
La persona autora de hacer caer a los dos sujetos, estaba de pie junto al tipo que acababa de caer, su mirada era fría y poco pasiva, se notaba la violencia emanando por sus poros... hasta que la llevó acabo, sin pensarlo mucho, continuo pateando en el estómago, las costillas y la espalda, quería acabar con el torso del tipo, pero no se detuvo ahí, puso una rodilla en el suelo, lo tomó de la camiseta, y comenzó a tirar puños a su cara, los golpes eran igual de rudos y violentos que las patadas brindadas, además estos parecían tener el propósito de desfigurar el rostro del tipo cómo si fueran plastilina. 
El tipo intentaba defenderse, pero no tenía la fuerza, pues al tener las costillas tan lastimadas apenas podía alzar los brazos.

El chico que lo golpeaba estaba fuera de control, verlo tocar a la chica de esa manera, y rozar su cuerpo tan desagradablemente, intentando meter su sexo en el de la chica, le causaba repulsión y más violencia, estaba decidido a matarlo.

Toxic Ryoma (Readers choice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora