Capítulo 10: ¡Grazna, croa, aúlla! II

2K 223 69
                                    

EQUIPO CUERVO

Capítulo 10: ¡Grazna, croa, aúlla! II

Por Okashira Janet

Hinata dejó que el aire le alborotara el cabello mientras veía a su padre fijamente, el rostro de Hiashi era grave y no transmitía emociones, como siempre.

—Sígueme. —Su padre echó a andar y ella lo siguió a unos cuantos pasos de distancia. Aun le dolían los dedos y sentía los pulmones fatigados, empezaba a amanecer, Hinata observó el cielo que se pintaba bellamente de azul.

Hiashi siguió caminando sin volver a hablarle, Hinata no necesitaba de palabras de todas maneras aunque se preguntaba dónde estarían Sasuke y Naruto, ¿sería que ellos también tendrían un entrenamiento con alguien en específico?, a lo mejor Shisui estaba entrenando a uno de los dos, seguro que sería divertido.

Su padre caminó con elegancia un sendero empinado y ella intentó seguirle el ritmo aunque no podía deslizarse con la facilidad con la que él lo hacía. De su padre siempre le había llamado la atención esa capacidad de mantener los hombros erguidos y la espalda firme sin importar la situación. Cuando ella era muy niña y su madre había muerto al dar a luz a Hanabi él no había llorado, Hinata recordaba su espalda recta y sus ojos que no decían nada mientras le daban sus condolencias, a ella le dijeron que su madre ya no volvería y ya está.

Tampoco es que Hinata fuera muy cercana a su madre, no recordaba muy bien casi nada de ella, solo que lloraba mucho y con frecuencia se sentaba a ver los jardines con los ojos perdidos en algún punto a la distancia, si Hinata se sentaba a su lado y se le acurrucaba en el regazo se entretenía acariciándole el cabello, Hinata no recordaba que la hubiera regañado nunca, pero sí que recordaba cuando le acariciaba el cabello, nunca decía nada pero a Hinata le gustaba cómo se sentían sus dedos delgados contra su nuca, recorriendo suavemente su cabeza.

—Hinata, —su padre comenzó sin girar a verla—, ¿alguna vez has visto una técnica de invocación?

—No. —Aunque sí que había oído que Uchiha Itachi, su capitán, la usaba.

—¿Alguna vez has oído que alguien del clan pueda invocar?

—No. —La niña parpadeó, de hecho su padre había sido muy claro en decirle hace algunos días que los miembros del clan Hyuuga se especializaban únicamente en el Byakugan.

—Eso es porque solo un miembro Hyuuga por generación puede invocar. —Su padre la miró de reojo—. Tu abuelo y ahora yo.

—Uh. —Hinata realmente nunca había visto a su padre invocar.

—Entra. —Habían llegado a una especie de cueva, el lugar estaba oscuro y soplaba un viento frío que le volvía pálidas las mejillas, su padre llegó hasta una piedra en el centro, parecía algo así como un altar y había una bonita luz que daba vueltas en espiral en la parte de atrás, Hinata se preguntó de dónde salía.

—Uchiha Itachi me pidió que te enseñara a invocar. —Hinata dio un respingo observándolo aturdida—. Pero para los Hyuuga eso no es tan sencillo, el animal que nos ha protegido por tantos años no nos deja elegir, nos elige a nosotros. —Era la primera vez en su vida que su padre le hablaba tanto acerca del clan, la primera vez que le hablaba tanto en realidad—. Solo si resultas ser capaz podrás invocar, es lo único que puedo decirte. —Hinata volvió a apretar el papel que marcaba "fuerza" en su mano.

—Entiendo. —Aunque no tartamudeó su voz fue débil, aun así su padre no le llamó la atención por eso.

—Cuando hice el pacto tenía quince años, —Hiashi respiró hondo—, tú tienes nueve pero sobreviviste al Camino de la Serpiente así que voy a dejar esto en tus manos. —Y cuando su padre decía algo así fallar no era una opción—. Escucha, debes hacer los sellos del jabalí, perro, pájaro, mono y oveja, luego pondrás tu mano sobre esa piedra y gritaras "Kuchiyose no jutsu". —Eso era sencillo, aunque no sabía exactamente lo que iba a pasar. Con pasos cortos se dirigió hasta la piedra, realizó los sellos concentrando chakra y finalmente gritó tan alto como pudo.

Equipo Cuervo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora