EQUIPO CUERVO
Capítulo 22: Pasos a la oscuridad II
Por Okashira Janet
Itachi realmente tenía problemas recordando lo que había sucedido en la fiesta de celebración de Sasuke, al principio todo había ido medianamente bien, los demás se estaban divirtiendo y él iba de un lado a otro ayudando a su madre con los últimos arreglos (al final sí que había llegado casi todo el clan a celebrar y no tenían preparativos suficientes).
Shisui y él habían tenido que salir a conseguir más suministros, bebidas y aperitivos, al regresar un apretado círculo de señoritas había decidido seguirlos a él y a Shisui, sin piedad ni recato.
—Itachi-sama se parece más a Shisui-san con ese corte de cabello.
—¡Son tan guapos! —Itachi podía oír perfectamente bien sus cuchicheos y estaba seguro de que Shisui también, pero ninguno de los dos dio muestras de notarlo.
—¿Cuál te gusta más? —Itachi giró levemente la mirada y para su profunda consternación se encontró a Izumi Uchiha (1) entre las chicas de aquel circulo.
—Shisui-san… creo… —Izumi contestó con aire de no estar demasiado interesada en ello, pero Itachi no pudo evitar desviar la mirada. Hacía cerca de seis años que no veía a Izumi, pero estaba seguro de que era ella, el cabello castaño y liso le caía por debajo de la cintura y aquel lunar bajo su ojo derecho no daba lugar a equivocaciones.
Izumi Uchiha era una de las pocas kunoichis en lograr despertar el sharingan, era una ninja entregada a su aldea y a su clan y por un breve tiempo, mientras habían sido niños, Itachi la había considerado una compañera… incluso había pensado en ella como alguna clase de amiga. Claro que todo eso se había terminado cuando a los once años le había pedido que renunciara a su sueño de ser ninja. Izumi no le había vuelto a hablar desde entonces.
Itachi no estaba seguro de cómo actuar a continuación, ¿debería acercarse y saludarla?, no, conocía a la mayoría de las chicas que los estaban siguiendo, pero no había saludado a ninguna, saludarla exclusivamente a ella sería incómodo.
—¿Pasa algo? —Shisui lo miró de reojo inquisitivo, su primo siempre notaba cualquier situación al instante.
—No es nada. —Intentó sonar casual, pero supo al instante que se había equivocado, Shisui era su mejor amigo, leía en él como un libro abierto.
—Oh, —Shisui miró hacia las chicas—, es Izumi-chan, ¿eran amigos en la Academia, cierto?
—No éramos amigos. —Itachi se encogió de hombros, un amigo no le decía a otro que olvidara sus sueños sin darle razones. Los amigos se tenían confianza. Los amigos se contaban los secretos. Si Izumi y él habían sido algo no habían sido amigos, eso seguro.
—Es la chica cuyo padre no era Uchiha, ¿cierto? —Shisui miró al cielo y se recargó en la barda—. Por eso la repudiaron a ella y a su madre. —Aquella era una de las caras oscuras del clan, los Uchiha se unían con Uchihas, si alguien osaba enamorarse de una persona de otro clan esa persona sufría el desprecio del clan en pleno. Izumi había perdido a sus padres durante el ataque del Kyuuby y a esa tierna edad había logrado activar el sharingan movida por el dolor. Los Uchiha la habían aceptado en sus filas solo porque les era útil.
"—Pero sabes, —Itachi la recordaba cuando a los siete años habían conversado sentados frente a una fuente—, quiero ser una kunoichi increíble, una que sea tan maravillosa como mi padre, una que todo el clan reconozca". —A Itachi le había parecido una persona extraordinaria, una chica respetable, fuerte y valiente. Aun así no había logrado intimar demasiado con ella, aunque Izumi era alegre y extrovertida, él era tímido, callado e introvertido.
Izumi le hablaba con confianza, no lo idolatraba como las demás chicas y siempre tenía dangos para él. Dangos y una sonrisa amable. Pero en aquel tiempo Itachi estaba superado por otras circunstancias, sin pedirlo y sin desearlo fue subiendo de rangos con increíble rapidez, sus compañeros aún seguían en la Academia cuando él ya era Chunnin, ellos perseguían gatos cuando él era jounnin, apenas ellos recibían su bandana gennin cuando él ya era ANBU.
La última vez que había hablado con ella había sido luego de hablar con el Hokage, Shisui y él eran apenas unos niños, pero el mundo ya pendía de sus cabezas.
Traición
Amenaza
Exterminio
Itachi supo que el final de su clan estaba cerca, iba a salvar a Sasuke, esa era su única voluntad, no importaba qué sucediera con él, pero iba a salvar a su hermano. Si todo salía bien Shisui utilizaría su genjutsu y no habría masacre, pero si algo iba mal…
Y entonces se la había encontrado, Izumi había agitado una mano al aire sonriendo enormemente, hablándole de sus nuevos logros, de sus pasos para volverse mejor kunoichi. Y entonces Itachi pensó que sí Izumi no fuera una kunoichi el clan no la aceptaría, la expulsarían y no tendría que vivir en un genjutsu para siempre, no tendría que morir si la masacre se llevaba a cabo.
"—Renuncia a ese sueño, eres demasiado débil para lograrlo".
Pero ella no había renunciado, de hecho se había aferrado más a sus metas. Itachi aun recordaba la mirada de dolor y orgullo herido que le había dirigido. Sus relaciones siempre habían sido así, apenas parecía que algo iniciaba cuando tenía que ahogar sus sentimientos. Apenas trataba de sentir algo cuando lo poco de humano que tenía dentro era pisoteado.
Shisui estaba en un error, ¿conseguir una novia?, ¿querer a alguien?, ¿cómo podría hacer algo como eso si siempre iba a estar rodeado de secretos horribles?, ¿cómo siquiera iba a pensar en ir y hablar con Izumi si en cualquier momento le ordenarían matarla?
—Tachi… —Shisui le puso una mano en la espalda, como si comprendiera que necesitaba su afecto—. No importa lo que pase, Sasuke, Naruto y Hinata-chan van a estar contigo. —Su primo sonrió con todos los dientes—. Y yo por supuesto, siempre y cuando tú quieras.
—Cuando lo dices suena muy sencillo. —Itachi miró en dirección contraria a las chicas, Izumi era apenas un tropiezo de su pasado, un recordatorio de que nunca podría tener una vida normal—. Creo que Iwambo-san se ha emborrachado.
—Nosotros también vamos a hacerlo. —Shisui le masajeó los hombros al tiempo que lo presionaba contra la mesa de bebidas—. Creo que lo necesitas. —Y aunque lo intentó Itachi no pudo rebatirlo.
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Itachi despertó con la pierna de Shisui sobre su estómago. Hacia tanto tiempo que Shisui no se dormía con él en su futon que se sintió transportado a cuando ambos eran niños. De cualquier manera el breve periodo de añoranzas se terminó gracias a que la cabeza le punzaba de manera dolorosa, sentía la lengua como pasta y la sed era acuciante.
—Shisui… —Intentó rodar a su primo a un lado, pero Shisui simplemente balbuceó apretándolo como alguna clase de almohada esponjosa.
—¿Qué hora es? —Shisui arrastró las palabras.
—No sé. —Itachi realmente se sentía mal así que intentó soltarse del agarre de su primo, para su frustración Shisui lo abrazó con más fuerza restregándole la cara en un brazo.
—Tachi, quiero un café, huevos fritos y…
—Nunca he intentado cocinar. —Itachi esta vez sí pudo zafarse de su agarre—. Y no creo que intentarlo mientras tengo resaca ayude.
—¿Nunca has cocinado?, —Shisui arqueó una ceja—, ¿y cómo has sobrevivido con el Equipo Cuervo todos estos años?
—Barras energéticas, pastillas de soldado y comida enlatada. —Itachi se sujetó con dos dedos la sien, realmente le dolía.
—No te creo. —Shisui abrió la boca—. Esa es una pésima dieta para un niño.
—Cuando estamos en la aldea Hinata-dono nos lleva la comida.
—¿Dejas que la chica de tu equipo se encargue de esas cosas? —Shisui lo miró con el ceño fruncido en gesto reprobador—. ¿Crees que por ser mujer tiene que hacerlo?
—No. —Itachi realmente no podía aguantar una discusión en esos momentos—. Ella simplemente lo hace, le gusta hacerlo, nunca se lo pedí.
—¿Seguro? —Shisui entrecerró los ojos e Itachi deseó que su lado feminista no hubiera salido a relucir en esa ocasión de entre todas las posibles ocasiones.
—Hinata-dono cocina muy bien, ella se siente útil para el equipo y yo no tengo razones para disuadirla de hacerlo.
—Es decir que disfrutas de su comida. —Ahora Shisui tenía una expresión divertida en el rostro—. ¿Sabías que a los hombres se les conquista por el estómago?
—No creo que Hinata-dono intenté enamorarnos a los tres.
—Buen punto. —Shisui se puso de pie—. Te ves terrible, ¿qué te parece si te enseño a hacer un almuerzo rápido?, tu madre debe tener mucho trabajo limpiando para ocuparse de nosotros. —Itachi la verdad es que no lo había pensado, su madre siempre parecía estar lista y eficiente en la cocina, con su delantal en torno a la cintura y preparada para cocinar para cualquiera de sus hombres hambrientos, gracias a eso Itachi nunca había cocinado, para ser sincero ni siquiera ponía a hervir el agua cuando quería beber un té.
—Primero lo primero. —Shisui lo arrastró hasta la cocina—. Te tienes que poner un delantal para no mancharte la ropa. —Eso sí que lo sabía, su madre siempre se ponía delantales para no mancharse o verse salpicada de aceite. Ambos hombres se amarraron el primer delantal que vieron, el de Shisui era azul y simple, pero el de Itachi tenía fresas y encajes, bueno, eran de su madre después de todo.
Shisui colocó un sartén en el fuego, añadió aceite, espero que se calentara, cascó dos huevos, los echó dentro, les colocó sal, pimienta, lo tapó y luego de un momento extrajo dos huevos fritos que lucían francamente bien.
—Tu turno. —Shisui se hizo a un lado extendiéndole el sartén. Itachi intentó seguir las indicaciones, pero por alguna extraña razón que solo podía competir a la mala suerte (o a su resaca inmensa) los primeros huevos se le quemaron, los segundos estaban salados e incomestibles, los terceros tenían la yema rota y se había hecho un desastre, los cuartos tenían pedazo de cascarón.
—Oficialmente declaro que no debes acercarte a una cocina de nuevo. —Shisui lo alejó de la estufa de malos modos ante su desconcierto—. Eres un peligro para la humanidad y un desperdicio de huevos inmenso. Lo mejor que puedes hacer es convencer a Hinata-chan que te siga cocinando toda la vida.
—No entiendo. —Itachi había estado a un paso de usar el sharingan cuando comprendió que era un caso perdido—. Parece muy fácil.
—Pero no lo es. —Shisui le sirvió un plato y puso a un lado una taza grande de café—. A ver si a la próxima le das las gracias adecuadamente a Hinata-chan.
—¿Y tú por qué sabes cocinar?
—Vivo solo desde que soy niño. —Shisui rodó los ojos—. ¿Crees que puedo robarle comida siempre a tu madre? —Buen punto. Aunque Itachi no recordaba haberlo visto cocinar nunca antes.
De todas maneras aún se sentía como si algún pájaro carpintero hubiera hecho un nido dentro de su cabeza así que no alegó demasiado. Ambos comieron en silencio hasta que Naruto y Sasuke entraron en la cocina, el rubio lucía apenado y Sasuke tenía la mejilla inflamada y enrojecida.
—¿Qué te ha pasado? —Itachi abrió los ojos con sorpresa.
—Peleamos. —Sasuke le dio un empujón con el hombro a Naruto quien se encogió de hombros.
—Lo siento mucho Itachi-taichou.
—Pelear de vez en cuando es bueno. —Shisui arqueó una ceja viéndolos—. Pero solo si terminan magullados los dos, ¿acaso no pudiste regresarle el golpe Sasuke?
—Ese no es el punto. —Itachi los miró con seriedad—. En ocasiones es aconsejable que los amigos discutan, pero es mejor arreglar las cosas con el dialogo, que seamos ninjas no quiere decir que entendernos con los puños sea nuestra mejor opción. —Naruto bajó la cabeza, lucía increíblemente avergonzado—. ¿Podrían decirme por qué pelearon? —No parecía que Naruto necesitara una reprimenda.
—No. —Para su sorpresa Sasuke le respondió con rapidez y se cruzó de brazos—. Solo fue una tontería, el dobe me pegó más fuerte de lo que pretendía.
—Siempre y cuando lo entiendan está bien. —Itachi intentó lucir un poco más relajado pues parecía que Naruto fuera a echarse a llorar—. Una amistad fuerte no puede verse perjudicada por situaciones como esta.
—Pelear está bien, —Shisui les guiñó un ojo—, una vez Itachi y yo peleamos, creo que uno de los dos terminó con el ojo morado.
—Fue en ANBU durante un combate de práctica. —Itachi ni siquiera alteró el tono de su voz—. Así que no cuenta.
—Aguafiestas. —Shisui gruñó, luego palmeó a los niños en la espalda—. ¿Quieren que les prepare el desayuno?, soy bastante bueno. —Era bastante tarde para un desayuno pero nadie se quejó, mientras Shisui preparaba un desayuno/almuerzo con jugo de naranja incluido, Itachi pensó que el sake nunca sería bueno para él y seguramente la resaca era su castigo por no saber aceptar sus límites.
Al día siguiente acudió a la torre Hokage donde le informaron que su equipo tenía dos semanas de vacaciones, en cuanto su clan eligiera a su nuevo concejero los canalizarían a una nueva misión. Generalmente Itachi no tenía tanto tiempo libre, por un momento pensó en hacer una rutina de entrenamiento con su equipo, pero suponía que las vacaciones eran justamente para no hacer algo como eso así que dejó que los chicos fueran a lo suyo y se divirtieran —aunque fuera por poco tiempo— como un trio de niños normales.
Para su sorpresa ni Naruto ni Sasuke hicieron por ir a visitar a Hinata, los dos se pasaban el día juntos jugando dentro de la casa, un día Sasuke intentó enseñarle a Naruto a jugar shoji, pero después de cuatro horas le dijo que era imposible y que su cerebro era del tamaño de un maní.
Otro día jugaron baraja, Naruto era bastante bueno en eso debido al tiempo en que había frecuentado el mercado negro, daba la impresión de un pequeño pilluelo. Un día más sacaron todos los juegos de mesa y se pasaron la tarde jugando entre dados, cartas, trivias y retos. Itachi nunca los había visto pasar tanto tiempo dentro de la casa, pero Shisui le aclaró lo que sucedía con una risita sarcástica.
—¿Crees que Sasuke va a dejar que lo vean con ese bofetón en la cara? —Su hermano era un niño orgulloso, seguramente no le caería bien que le hicieran preguntas acerca del golpe en su cara, pero hasta ese momento a Itachi no se le había ocurrido que tampoco quería que Hinata supiera de ello. ¿Es que Sasuke no confiaba en ella?, no, seguramente aquello se debía a alguna clase de orgullo masculino, o quizás no quería que Hinata se preocupara, la niña era bastante aprehensiva en ocasiones.
Por fortuna después de una semana el golpe en el rostro de Sasuke desapareció y desde entonces Itachi no vio de ellos ni el polvo, era entendible, a los doce años los niños normales estaban por ahí fuera de su casa viviendo aventuras y divirtiéndose lo más que pudieran. Naruto, Sasuke y Hinata se merecían aquello.
Por su parte Itachi se concentró en entrenar, salía desde el amanecer y regresaba cuando ya la luna estaba en lo alto, su control del fuego y del rayo era bastante bueno, pero no había tenido demasiado tiempo para entrenar el viento. Y aquello fue lo que hizo. Siempre había sido un poco más autodidacta que el resto de sus compañeros así que no necesitó un maestro para ir avanzando, aunque alguna que otra vez tuvo que hacer investigación en la biblioteca de la aldea.
La biblioteca shinobi de Konoha era muy particular porque el área común era bastante reducida, en ella había pergaminos que cualquiera podía utilizar: clones de sombra, jutsus de reemplazo, cosas por el estilo. Para solicitar los pergaminos con los jutsus más específicos (uso del fuego, del viento, del rayo…) se tenía que entregar la identificación oficial de ninja así que los gennin solo podían acceder a cierta área, los Chunnin a otra y los Jounnin a otra. Los ANBU tenían su propio acceso a los estantes prohibidos y había algunos ninjas (como los de la sección de inteligencia) que podían bajar a las instancias del sótano.
La identificación de Itachi era de tipo S, eso quería decir que podía acceder a casi toda la información, incluso podía bajar a partes específicas del sótano si contaba con un permiso del Hokage, pero en esos momentos lo único que quería era jutsus más básicos.
En un brazo cargó un grueso libro titulado "Viento y jutsus del país del rayo", agregó también "Viento, uso del elemento en Konoha" y por encima de eso colocó otro libro "Ninjutsu básico del estilo agua". Era bastante consciente de que hasta la fecha no había podido ayudar a Hinata en el uso de su elemento, que él no pudiera usar el agua no lo justificaba del mal papel que estaba haciendo en ese asunto.
Así que estudió, tomando notas, haciendo dibujos y grabando la información para usarla más adelante. Empezaba a anochecer cuando decidió que debía irse, la biblioteca de Konoha cerraba de madrugada, pero su madre lo reñiría si seguía llegando tarde a cenar.
Como no quería darles mayores problemas a los encargados regresó cada libro a su sitio en la estantería y al dejar el último giró distraídamente la mirada y encontró una curiosa estantería a la que nunca antes le había prestado atención.
"Literatura juvenil/infantil" aquel estante no tenía que ver con jutsus o ninjas, eran simples novelas y cuentos para niños. A ser sincero Itachi nunca había tenido tiempo para novelas, cuentos o ficción. Su vida siempre había serpenteado entre la muerte, la sangre y la tragedia, pero ahora que caía en eso a Hinata le gustaba bastante leer.
Sin ser consciente caminó hasta la estantería, la mayoría de las portadas eran brillantes y llamativas, como si invitaran a los chicos a tomar el libro y aunque Itachi no estaba demasiado familiarizado reconoció varios títulos: "Cenicienta, Peter Pan, Blanca Nieves", aquellos eran cuentos clásicos que los civiles les contaban a sus hijos, en las familias ninjas los cuentos siempre tenían a un shinobi malvado y algún héroe que salvaba a la aldea gracias a sus maravillosos jutsus. Aunque a ser sincero Itachi no había oído ninguna de esas versiones. Cuando él había sido niño había estallado la guerra, era normal que no hubiera nadie por ahí para contarle historias. Itachi se permitió cerrar los ojos y recordó una voz suave contando un cuento, no era su madre —por cierto— se trataba de Hinata relatándoles una historia a Naruto y a Sasuke. En muchos aspectos Hinata era como una madre en miniatura, curioso, porque en realidad la niña había carecido de una madre o de alguien que siquiera supliera ese papel.
Volvió a abrir los ojos y su mirada vagó por los llamativos títulos, pero fue un libro decorado con árboles y hojas el que llamó su atención.
"El jardín secreto"(2), la portada mostraba a una jovencita con un enorme sombrero de paja, por alguna razón le pareció que aquella novela sería del agrado de Hinata, algo infantil, inocente y un poco mágico. Al instante en que sus dedos hicieron contacto con el libro encogió la mano y dio media vuelta saliendo violentamente de allí.
Hinata ya era bastante ingenua e inocente como para que él incitara esas características suyas. La joven, por supuesto, sabía ser una verdadera kunoichi cuando el momento lo requería, pero Itachi era consciente de que su corazón sufría con cada pelea, con cada discusión… Aunque también era cierto que hasta ese momento no recordaba haberle regalado algo a la niña. Es decir, a Naruto le había comprado mangas y libros sencillos para que aprendiera a leer y a comprender, también le había comprado ropa nueva, a Sasuke le compraba armas, ropa, uniformes y casi cualquier cosa que le gustara, pero a ella no le había regalado nada que recordara.
Mejor no pensar más en eso.
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El viernes amaneció con un viento espantoso, pero Itachi utilizó aquel factor ambiental a su favor para practicar sus jutsus de viento. Controlar el viento reinante y usarlo para sus fines era infinitamente más fácil que crear viento de la nada. Itachi se pasó toda la mañana mejorando sus jutsus y practicando una y otra vez sus movimientos.
Grácil, delicado, poderoso. Mientras perfeccionaba su nuevo jutsu no pudo evitar notar que estaba intentando copiar los movimientos del Junken, había quedado realmente impresionado de ver aquel combate donde Hinata y Neji danzaban al tiempo que se iban hiriendo lentamente.
Era casi una manera hermosa de morir.
Itachi dejó de practicar a las seis de la tarde, no porque estuviera demasiado cansado si no por qué había un pensamiento que no lo había dejado en paz desde aquel día en la biblioteca. Con un suspiro se rindió, guardó sus cosas, se colgó la mochila al hombro y partió a la librería local. Pocas veces había entrado ahí, en su casa solo había pergaminos con jutsus de su clan o historia y cuando necesitaba investigar algo iba a la biblioteca, comprar libros nunca había estado entre sus actividades habituales aunque le gustaba bastante leer.
Al entrar a la librería sonó una campana y todos se giraron a verlo, fue un poco incómodo, las chicas se quedaron con la boca abierta y el dependiente se acomodó impresionado los anteojos, como para asegurarse de que no era una aparición. En semejantes circunstancias Itachi no podía simplemente dirigirse hacia él y preguntarle por el libro que buscaba, no sin dar explicaciones de por qué un hombre como él —un ninja de renombre en la aldea— estaba preguntando por un libro infantil. Lo mejor sería buscarlo por sus propios medios. Tratando de no expresar ningún sentimiento se adentró en las estanterías buscando alguna etiqueta que lo ayudara en su búsqueda, pero en lugar de eso se encontró a Kakashi quien miraba un estante con gran perspicacia.
—¡Yo!, Itachi. —El ninja alzó una mano con pesadez, casi como si le causara un poco de esfuerzo saludarlo.
—Kakashi-san. —Itachi inclinó ligeramente la cabeza, Kakashi se rascó un oído.
—¿Por fin estas aquí, eh?
—¿Por fin? —Itachi frunció ligeramente el ceño sin entender.
—En la tierra de los hombres. —Kakashi le pasó una mano por los hombros e hizo un gesto vago al frente, solo hasta ese momento Itachi se dio cuenta de que se encontraban en la sección erótica y frente a ellos había toda clase de libros por el estilo, destacando en primera fila la larga colección de "Icha-Icha Paradise".
—No. —Itachi aclaró con rapidez—. No estaba buscando esto.
—No seas tímido. —Kakashi le palmeó un hombro—. Eres un hombre, es normal que…
—En realidad estaba buscando un libro que darle a Hinata-dono. —Era mejor admitir aquello a que Kakashi siguiera pensando en que había ido en busca de literatura de ese tipo.
—Oh, —Kakashi se rascó la nuca—, si quieres un libro para entenderla te recomiendo los de allá. —Kakashi señaló un pasillo que marcaba "adolescentes"—. Aunque de todas maneras nunca acabas de entender a las mujeres.
—Hinata-dono es fácil de comprender. —Era una joven educada, amable y tranquila después de todo—. Solo quería regalarle un libro por su combate. —Aquello acababa de ocurrírsele, pero era buena excusa.
—Ya. —Kakashi suspiró—. ¿Alguno en particular?
—El jardín secreto. —Itachi se había aprendido el nombre.
—Esta por allá. —Kakashi señaló un estante a la derecha—. En la sección de hasta abajo.
—Gracias. —Itachi no pudo evitar verlo con un poco de confusión, Kakashi simplemente se encogió de hombros.
—¿Qué?, a mí también me gusta leer.
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El sábado amaneció con tormenta así que Itachi decidió que darle el libro a Hinata podía esperar, además ir hasta su casa para entregárselo podía dar lugar a confusiones. Una vez durante la Academia a una de las niñas se le había caído su libreta por el camino, Itachi la había encontrado y se la había llevado a su casa. Aquello había armado un revuelo horrible. La niña había asegurado que seguramente Itachi se había tomado aquella molestia porque le gustaba, las otras niñas se habían enojado muchísimo y se había creado un caos tremendo.
Avergonzado y bastante sorprendido Itachi había tenido que aclarar que solamente le había regresado el cuaderno por amabilidad y la niña había llorado de tal manera que Itachi aun recordaba sus ojos rojos y sus labios temblorosos mientras lo escuchaba y se convertía en la burla de todas las demás chicas.
Desde entonces Itachi se había cuidado muy bien de no buscar a ninguna joven en su casa a no ser que se tratara de una misión. Hinata era una niña, claro, así que dudaba mucho que sus pensamientos fueran por aquel rumbo, pero no quería hacerle pasar un rato incómodo.
Aquella situación la verdad empezaba a volverse complicada, nunca había pensado tanto cuando la situación iba de regalarle algo a Sasuke o a Naruto, a ellos simplemente les daba las cosas sin más, ¿por qué se estaba tomando tantas consideraciones con Hinata?, ella era una niña, la joven heredera de uno de los clanes más importantes de la aldea, pero solo una niña y él era su capitán, pero también algo así como su tutor así que suponía que los regalos por el estilo estaban permitidos.
De todas maneras tomó el libro lo envolvió en una playera y lo dejó en el fondo de uno de sus cajones, ya pensaría en eso más tarde. Dedicó aquel día en leer acerca del control del elemento agua y en algunas técnicas avanzadas de su clan, la mayoría versaban sobre el sharingan y sobre todo en el mangekyo sharingan, pero eran técnicas que a Itachi no le interesaban, conseguir el mangekyo representaba pasar un dolor tremendo, un impacto emocional que solo era posible con la muerte de un ser amado. Shisui tenía el mangekyo sharingan, pero la única vez que Itachi se había atrevido a preguntarle cómo había ocurrido Shisui lo había mirado con una terrible tristeza.
"Permití que mi amigo y rival muriera". No parecía que Shisui fuera a decir más e Itachi no quería incomodarlo cuestionándolo.
Los ojos de su primo eran los mejores que el clan tenía, pero pocas veces había tenido que activar sus técnicas, ningún rival había estado a su altura. Itachi se preguntó si algún día él lograría estarlo.
La tormenta arreció considerablemente, tanto que un rayo cayó sobre el generador principal de energía y se fue la luz en toda la zona Uchiha. Imposibilitado para leer Itachi salió de su habitación y fue en busca de un candelabro, su madre estaba poniendo velas por el comedor y aquello daba una idea bastante romántica de tiempos pasados.
Pocos minutos después su padre también hizo aparición, tenía el rostro adusto de siempre pero estaba empapado.
—No hay manera de arreglar el generador. —Fugaku sacudió la cabeza de un lado a otro dejando gotas de agua por doquier—. Tendremos que esperar al lunes.
—¿Vamos a vivir a oscuras? —Su madre preguntó preocupada.
—Solo serán dos noches. —Itachi recordó que Sasuke seguía jugando afuera así que se sentó en el corredor para verlo regresar. Ya muy entrada la noche lo notó caminar junto a Naruto, ambos llevaban impermeables y botas de lluvia, por primera vez en mucho tiempo parecían un par de niños en lugar de dos ninjas temibles.
—¿Nii-san? —Sasuke preguntó apenas llegar—. ¿Por qué no hay luz?
—Creo que un rayo le ha dado el generador. —Itachi explicó mientras los niños se acercaban.
—Todo está oscuro, dattebayo. —Naruto miró inquieto alrededor, a Itachi le seguía sorprendiendo que pudiera cumplir una misión ninja sin titubear y sin embargo sintiera temor ante posibles fantasmas y seres nocturnos. Justo Itachi estaba por tranquilizarlo cuando notó cómo los dos niños se ponían muy rectos, los ojos de Sasuke se oscurecieron, era la misma mirada que él ponía cuando estaba frente a una misión complicada.
"Ojos de pescado muerto" la voz de Jiraiya se repitió en su mente "que ojos tan desagradables". Los ojos de Shisui, los ojos de él y ahora también los ojos de Sasuke.
—¿Qué están haciendo ahí? —La voz de su padre retumbó a sus espaldas—. Dense un baño antes de que enfermen. —La entonación de Fugaku era grave, pero no tenía el tono de un regaño, con su padre las diferencias eran sutiles. Sasuke también pareció notarlo porque sus hombros se relajaron levemente, no así Naruto que tenía una expresión inquieta y prefirió bajar la mirada al suelo.
—Sí. —Sasuke contestó con firmeza y los pasos de su padre se alejaron. Itachi quiso preguntarles qué había significado eso, pero Sasuke no le dio tiempo de formular su pregunta, tomó a Naruto de la manga del impermeable y lo jaló, en el último instante Naruto cruzó miradas con él. Vergüenza, tristeza, incomodidad. Luego los dos niños se alejaron por el pasillo corriendo.
A Itachi le pareció que alrededor todo era sombras y esta vez no era solo literal.
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El domingo amaneció lloviznando, era un día gris con niebla y aunado al hecho de que el clan seguía sin luz hacia el día bastante deprimente. Aun así Naruto y Sasuke salieron a jugar, mencionaron algo de una casita fantasma del árbol, pero Itachi no les prestó demasiada atención.
Aquella noche se decidiría el cambio de consejero del clan y al día siguiente volverían a iniciar misiones, el Sandaime acababa de mandarle un pergamino con las especificaciones: Una misión rango B para custodiar una princesa que se casaba con el reino vecino. A ser sincero las misiones de escolta nunca le habían gustado demasiado a Itachi, había que estar siempre pendiente de una persona sin importar si el objetivo en cuestión era digno o no de la protección que se le prodigaba, además le había ocurrido muchas veces que su protegido se ponía en peligro deliberadamente solo por el placer de ver cómo lo rescataban (le había pasado con múltiples jovencitas, con niños e incluso una vez con un hombre que le había parecido bastante afeminado).
Sin embargo una misión de escolta podía servirle a los niños para templar su carácter y comprender que no todas las misiones irían de jutsus y grandes batallas. Pensando en semejante tarea Itachi se dio a la tarea de reunir las cosas que necesitarían: la comida para el viaje, las armas, la tienda de campaña… Cuando hubo reunido todo abrió uno de los libros que había conseguido en la biblioteca y siguió leyendo. Y entonces algo muy curioso le sucedió: se durmió.
Quizás para el resto de la población era normal sentirse cansado de vez en cuando y tomar una siesta, pero Itachi jamás había sido esa clase de hombre, dormirse de improviso no era algo que se permitiera a sí mismo, pero simplemente sucedió.
Soñó cuando era niño y cargaba a Sasuke, soñó cuando Izumi le sonreía en la academia, soñó con la primera vez que se dirigió al Equipo Cuervo como su capitán, soñó con su padre mirándolo desde la puerta mientras él fingía estar dormido. Soñó que Shisui lo llamaba insistentemente sin que pudiera despertarse.
—¿Estas bien? —Finalmente pudo abrir los ojos, Shisui estaba sentado a su lado en el futon y tenía una expresión un poco preocupada—. Jamás había tenido que insistir para que te despertaras.
—¿Qué hora es? —Itachi dio un largo parpadeo, en su habitación todo era oscuridad.
—Ya va a ser hora de la reunión. —Shisui señaló afuera—. Tu padre se fue desde hace rato, pero tu madre no quería que te despertara hasta el último minuto, insiste en que no duermes lo suficiente. —Muy probablemente llevara razón en eso.
—No sé. —Itachi se incorporó pasándose una mano por la cara, tenía la boca seca—. No sé qué pasó, tenía mucho sueño.
—El clan se ve como una película de terror, a oscuras y con todos alumbrándose con linternas. —Shisui sonrió ampliamente—. Naruto-kun prefirió ir a dormir a su apartamento que pasar otra noche aquí. —Por un momento Itachi recordó la extraña interacción que habían tenido Naruto, Sasuke y su padre, pero ya tendría tiempo de averiguar aquello.
—Dame un momento y estoy listo. —Lo bueno de tener el cabello corto era que no había que hacer gran cosa por adecentarlo, Itachi se lavó la cara, se cambió la ropa, se colgó el porta herramientas ninja por pura costumbre y sujetando un farol que le entregó su madre salió con Shisui a la calle. Ciertamente el ambiente se veía bastante tétrico, con aquella neblina y la suave llovizna que dejaba húmedo el suelo de tierra.
Como aquella era una reunión oficial y bastante poco importante solo había un ANBU vigilándolos, Itachi lo notó parado sobre el tejado del salón de juntas, si Shisui también lo vio no mencionó nada.
La reunión inició con un par de frases de protocolo, su padre llevó la voz de mando, como siempre, pero lucía un poco más intimidante que de costumbre siendo alumbrado por la tenue luz de los candelabros.
Los candidatos a consejeros pasaron delante y dieron sus razones para ser el próximo elegido para el puesto, Itachi notó que Watsuki-san estaba ahí, seguramente Shisui no había hablado con su padre acerca de que no era un buen candidato después de todo. Una vez que hubieran escuchado atentamente a los tres candidatos los sacaron fuera para deliberar y votar. Cada quien debía escribir el nombre de su elegido en un papel e introducirlo en una urna, luego su padre contó uno a uno los votos y anunció que el nuevo consejero sería Toriko-san. Hubo aplausos y una vez anunciado el resultado Toriko-san dio un pequeño discurso. Era bastante tarde, pero aun había que discutir el asunto de la electricidad, los preparativos del festival de invierno y un altercado que se había tenido debido a una parte de barda que se había caído colindando con el rio.
Apenas se iba a abordar el primer punto cuando Itachi se levantó de golpe seguido de Shisui, Fugaku y otros miembros importantes del clan, todos llevaron las manos a sus armas; en medio del salón apareció un ninja, un shinobi que todos conocían.
—Buenas noches. —Kakashi no parecía intimidado por todos los Uchiha apuntándolo amenazadoramente, ahora que había abandonado las filas de ANBU no lucía tan imponente sin su uniforme, pero su expresión templada daba una idea de la clase de ninja que era.
—¿Qué haces aquí ninja copia? —Fugaku gruñó, para todos era sabido lo mucho que el clan detestaba a Kakashi luego de haber obtenido el sharingan de uno de sus miembros, incluso se habían intentado tomar medidas legales para que regresara aquel preciado ojo, pero Kakashi Hatake era de los favoritos del Sandaime y nunca se había llegado a nada con aquellas negociaciones.
—El Sandaime en persona me ha enviado a interrogar a Uchiha Itachi antes de hacer la presente situación del conocimiento del servicio de inteligencia. —Kakashi giró hacia Itachi, su único ojo visible no demostraba ningún sentimiento.
—¿Interrogar? —Fugaku cuestionó exaltado—. ¿Interrumpes una reunión de un reconocido clan por…?
—Los miembros del Equipo Cuervo: Naruto Uzumaki, Hyuuga Hinata y Uchiha Sasuke han abandonado la aldea. —Kakashi miró fijamente a Itachi—. ¿Qué significa esto? —Si a Itachi lo hubieran golpeado muy fuerte en el estómago no hubiera sentido la misma sensación de sofoco que lo invadió. ¿Qué su equipo había abandonado la aldea?, ¡de ninguna manera!
—¿Qué significa esto Itachi? —Los puños de su padre se apretaron, su voz se transfiguró por completo. El resto del clan se giró en su contra con una rapidez inusitada.
—Las acciones de mis subordinados no eran de mi conocimiento. —¿Estarían en problemas?, ¿por qué se habían ido?, ¿por qué no se lo habían dicho?
—¿Tus tres subordinados de doce años han escapado de la aldea y no lo sabías? —La voz cascada de uno de los consejeros se dejó escuchar—. No nos creas tan tontos Itachi. —No había ya ninguna clase de respeto para él.
—Iré tras ellos. —Itachi inclinó la cabeza, tanto que su espalda hizo una escuadra perfecta—. Soy responsable de las acciones de mi equipo, me hago completamente cargo de los problemas que están causando.
—¿Declaras aquí y ahora que no eras consciente de las acciones de tu equipo? —Kakashi tenía una voz dura, la voz de un ANBU durante un interrogatorio.
—No. —Pero aun así sabía dentro de él que si su equipo había salido de la aldea no había sido por algún juego o porque quisieran desertar—. Si mi equipo ha hecho algo como eso sin avisarme entonces como capitán debo alcanzarlos.
—Lamento mucho decir esto. —Kakashi estiró un brazo hacia él—. Pero en lo que se aclaran las cosas estas detenido. —Aunque el brazo de Kakashi nunca alcanzó a tocarlo, Itachi simplemente desapareció en una nube de humo.
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Sasuke no llegó demasiado tarde a su casa el domingo, Naruto y él habían jugado en la casita de árbol fantasma hasta que la neblina empezó a ser tan cerrada que parecía que estuvieran entre las nubes. Por primera vez en días Naruto decidió quedarse en su departamento y Sasuke no le insistió demasiado, ciertamente su amigo era un miedoso y ahora que en su clan no había luz se asustaba hasta de su sombra.
Al llegar a su casa Sasuke descubrió con sorpresa que Itachi se había quedado dormido, en toda su vida no recordaba haber visto a su hermano tomando una siesta, su madre parecía contenta por el hecho así que no podía ser tan malo.
—"¿Quieres un poco de té?" —Era bastante extraño pasar tiempo en casa así que Sasuke se sentó a la mesa con su madre y bebieron té mientras ella le contaba algunas historias de cuando era bebe. Su padre apareció brevemente en la cocina para decir que se iba a la reunión y que Itachi debía alcanzarlo. Ni siquiera giró a verlo, pero tampoco es que Sasuke lo estuviera esperando.
Bastante entrada la noche Sasuke se fue a dormir, su habitación estaba en penumbras y no se escuchaba ni un sonido, quizás por eso cuando escuchó un leve golpecito en la ventana se despertó de golpe.
—¿Quién está ahí? —Hubo un breve silencio y luego una voz.
—Shino Aburame.
—¿Shino? —Sasuke se levantó y abrió la ventana, ahí, entre la neblina y la penumbra se encontraba aquel chico que había sido promovido a Chunnin junto con ellos.
—Debemos irnos. —Aunque era de noche llevaba gafas oscuras—. Hyuuga Hinata salió de la aldea.
—¿Qué? —Por un momento Sasuke creyó que seguía soñando, pero agitó la cabeza para despejarse y se empezó a equipar lo más rápido posible—. ¿Por qué?
—Creo que está siguiendo a Hyuuga Neji. —Shino aclaró con voz monocorde.
—Eso no me explica nada. —Sasuke gruñó al tiempo que salía por la ventana.
—Mis deducciones son que Neji Hyuuga escapó de la aldea como un desertor y Hyuuga Hinata va tras él para detenerlo.
—¿Cómo lo sabes? —Los dos habían echado a correr uno al lado del otro.
—Puse insectos sobre ellos.
—¿Qué pusiste qué? —Sasuke frunció el ceño—. ¿Por qué?
—Tenía mis sospechas. —Shino no lucía perturbado en lo más mínimo.
—¿Sospechas?, —Sasuke cada vez entendía menos—, explícate.
—Hyuuga Neji es un ninja inestable. —Shino se acomodó los lentes sin dejar de correr—. Y parece tener cierta particular aversión en contra de su prima.
—Eso ya lo sabía. —Sasuke gruñó—. ¿Por qué pusiste insectos sobre ellos? —Shino giró a verlo, con aquel rostro que no decía absolutamente nada.
—¿De qué otra manera íbamos a poder seguirlos? —En verdad que aquel chico era imposible, parecía actuar en otra esfera, casi como la mentalidad cerrada y particular de aquel otro niño en Raíz.
—Dame un segundo. —Sasuke corrió usando chakra por un edificio e irrumpió por la ventana del departamento de Naruto.
—¡Dobe, levántate ahora mismo!, ¡Hinata salió de la aldea y necesitamos alcanzarla!
—¿Hinata-chan? —Adormilado y aturdido Naruto se rodó de la cama—. ¿Alcanzar?
—¡Apúrate! —Entre empujones Sasuke lo metió al baño donde lo terminó de despertar con un chorro de agua fría en la cara, aun así perdieron un par de minutos en lo que Naruto se cambiaba de ropa a toda prisa y reunía su armamento ninja que, como siempre, estaba desperdigado. Al salir Shino los estaba esperando con la mayor de las calmas, como si tuviera la situación controlada.
—Salir de la aldea sin permiso se considera desertar. —Shino volvió a correr mirándolos de reojo.
—No nos vamos a detener por eso. —Naruto sentenció—. Sí Hinata-chan no pudo avisarnos seguramente es porque lo que tenía que hacer era urgente.
—¿No enviaran un mensaje a su capitán? —Shino arqueó las cejas.
—Itachi-taichou está en una reunión del clan. —Sasuke frunció el ceño—. Si esto se trata solamente de Neji huyendo no deberíamos molestarlo.
—No estoy seguro que se trate solamente de él. —Shino les indicó con una mano el camino.
—Oii. —Naruto se quitó el fleco pegado a la frente, la llovizna apenas lo dejaba ver—. Estoy agradecido que vengas con nosotros y todo, ¿pero no te meterás en problemas?
—Probablemente. —Shino contestó con simpleza.
—Entonces… —Naruto dio un parpadeo—. ¿Por qué lo haces?
—Su compañera y yo somos camaradas. —Shino no cambió un ápice el tono de su voz—. Y los camaradas deben apoyarse los unos a los otros.
—¿Camaradas?, —Naruto abrió ligeramente la boca—, ¿cuándo sucedió eso?
—Eso no importa ahora. —Sasuke sentenció, lo que tenían que hacer era correr más rápido o no alcanzarían su objetivo, ya después tendrían tiempo para una serie de preguntas y respuestas.
—¿Cómo sabes dónde está Hinata-chan? —Por desgracia Naruto parecía cada vez más renuente y sospechoso.
—Puse un insecto sobre ella.
—¡¿Eh?! —El grito seguramente se escuchó a varios metros a la redonda—. ¿Por qué?
—Ellos nos llevan mucha ventaja. —Shino se detuvo ignorándolo, no tenía unos niveles de estamina tan altos como los de Sasuke y Naruto, no podía correr a la misma velocidad que ellos—. Nos vamos a tardar mucho en alcanzarlos.
—¡Kuchiyose no jutsu! —Sasuke gritó y ante ellos apareció un enorme cuervo—. ¡Suban! —Shino subió hasta el frente para indicarle al ave el camino, Sasuke en medio para dirigirlo y Naruto hasta atrás.
—¡Uoo! —Naruto se aferró a la cintura de Sasuke cerrando los ojos cuando la brisa y el viento le dañaron la visión.
—No aprietes tan fuerte dobe. —Sasuke gruñó, para el cuervo también era difícil volar con semejante clima.
—Tenemos que seguir recto hasta las ruinas de plata. —Shino se aferró a las plumas del ave y giró levemente hacia atrás—. No entiendo porque no han mandado a nadie a detenernos.
—¿Porque la seguridad de la aldea apesta? —Naruto preguntó parpadeando, eso era lo que siempre decía Jiraiya.
—Pensaremos en complicaciones y consecuencias después. —Sasuke apretó sus piernas sobre el cuervo para que se inclinara ligeramente a la derecha—. ¿Crees que Neji éste aliado con alguien más?
—Sí. —Shino asintió—. Estoy casi seguro.
—¿Por qué estabas tan pendiente de él? —Naruto sacó la cabeza por detrás de Sasuke—. ¿Eran rivales o algo así?
—Su actitud, movimientos y acciones me parecieron altamente sospechosas desde antes de los exámenes para Chunnin. —Shino señaló al frente—. Una nube. —Demasiado tarde, el cuervo entró dentro de ella y los tres se empaparon de mala manera, para colmo la invocación quedó medio ciega y su velocidad de vuelo disminuyó.
—¡Ugh! —Naruto gimoteó—. Estoy empapado. —La velocidad a la que iba el cuervo les hacía revolotear las ropas calándolos hasta los huesos, aquello auguraba un buen resfriado como mínimo.
—¿Aun no estamos cerca? —Sasuke se estaba empezando a inquietar.
—No. —Shino negó con la cabeza—. Noté que mi insecto había abandonado la aldea hace más de media hora, luego perdí tiempo en ir a buscarte y luego en ir por Naruto.
—¡Ah! —Naruto de repente dio un parpadeo, luego gritó por sobre el viento para que Sasuke pudiera escucharlo—. ¡Mi clon dice que es cierto, Hinata-chan no está en su casa! —A Sasuke le hubiera gustado que Naruto fuera más sutil, pero Shino no se lo tomó a mal, se encogió de hombros como si cualquier cosa.
—Cerciorarse de la veracidad de mis palabras es lógico, ¿por qué?, porque aún no me conocen del todo.
—¿Siempre hablas tan raro? —Naruto preguntó con el ceño fruncido, pero era difícil hacerse escuchar a causa del aire así que aunque tenían muchas preguntas prefirieron permanecer en silencio. Llevaban un buen rato volando cuando Sasuke giró atrás activando su sharingan.
—Nos siguen. —Aunque lo que les hubiera servido en esa situación habría sido el Byakugan.
—Es Kakashi-sensei. —Shino se acomodó las gafas—. Tenemos que bajar y explicarle la situación. —Naruto y Sasuke no estaban nada conformes con eso, pero parecía lo más prudente. Sasuke le ordenó al cuervo descender y esperaron de pie bajo la lluvia cerca de tres minutos hasta que Kakashi los alcanzó, llevaba cinco de sus perros con él, el más pequeño (y quien parecía tener peor genio) gruñó:
—Te lo dije Kakashi, eran tres mocosos, esa niña Hyuuga está más adelante.
—Buenas noches. —Shino saludó como si no estuvieran siendo perseguidos por sabrá el Hokage qué cargos.
—¡Hinata-chan está persiguiendo a Neji que está huyendo de la aldea y nosotros somos los refuerzos! —Naruto explicó atropelladamente antes de que Kakashi siquiera pudiera mover la boca.
—¿Neji? —El ninja copia frunció el ceño, no entendía lo que estaba pasando, el informe que le había dado el Hokage era que el Equipo Cuervo había escapado de la aldea, quizás desertado, en aquella misión no estaba contemplado Neji y tampoco Shino.
—"Kakashi. —El Hokage lo había observado con preocupación—. No quiero que los consejeros se enteren de esto, estoy seguro de que Itachi no nos ha traicionado, debe haber una explicación, intenta arreglar esto de manera discreta, pero si en verdad el Equipo Cuervo nos ha traicionado…" —Si aquel equipo brillante los había traicionado significaba que Itachi era en realidad un doble agente que prefería a su clan por encima de la aldea.
¿Pero qué era lo que Kakashi había encontrado?, a un Itachi que era completamente inconsciente del curso de los eventos, a Neji que supuestamente huía de la aldea y al Equipo Cuervo intentando detenerlo siendo apoyado por Shino.
—Entiendo. —Aquello era confuso, pero Kakashi no iba a analizarlo demasiado por el momento—. Vamos a alcanzarlos. —El ninja copia giró a uno de sus perros—. Reporta. —El can asintió con la cabeza y corrió en dirección a la aldea—. ¿Qué saben sobre Neji? —Volvieron a echar a correr.
—¿Qué nos odia? —Naruto acotó inseguro, aunque aquello parecía una respuesta bastante satisfactoria. Un joven de trece años solitario y lleno de rencor podía tomar una decisión precipitada como aquella.
—¿Por qué no reportaron la situación a su capitán? —Kakashi se centró en Sasuke, sabía bastante bien quien era el pequeño líder de aquellos tres.
—Itachi-taichou está en una importante reunión del clan. —Sasuke apretó un poco los dientes—. Creímos que si solo era cuestión de alcanzar a Hinata y a Neji no era necesario molestarlo. —Pero aquello no parecía solamente una situación de un posible desertor siendo perseguido, ¿por qué Hinata y Neji les llevaban tanta ventaja?, la única respuesta plausible es que habían abandonado la aldea mucho antes que ellos, pero entonces, ¿por qué la alarma no se había activado hasta después?
—Estamos cerca. —Shino murmuró sin dejar de correr.
—Kakashi, —uno de los perros apretó los dientes—, tenemos problemas.
—¿Qué clase de problemas?
—Orochimaru… se está acercando a dónde están los mocosos.
—¿Orochimaru? —¿Que hacía uno de los Sannin en ese sitio?, aquella situación se estaba tornando desesperada, no podía ser una coincidencia en ningún modo y sin embargo Kakashi ya no podía retroceder—. ¡Solicita refuerzos! —Aunque nadie sería capaz de llegar a tiempo, quizás no debía haber activado la orden de atrapar a Uchiha Itachi, quizás alguien lo había inmovilizado y por eso ahora el capitán del Equipo Cuervo no se encontraba ahí, donde lo necesitaban tan desesperadamente.
—¿Orochimaru?, —Sasuke respiró agitadamente—, ¿uno de los Sannin?
—Deténganse. —Kakashi les ordenó y todos pararon al mismo tiempo—. Si llegamos de improviso no tenemos ninguna oportunidad.
—Pero Hinata-chan… —Naruto miró al frente y Kakashi supo que si se retrasaban demasiado Naruto era capaz de ignorar cualquier orden y acudir en pos de su compañera.
—Esto es lo que haremos. —Kakashi se puso en cuclillas y con un palo empezó a trazar un plan en el suelo lodoso, Naruto intentó poner toda su atención en aquellos garabatos, siempre era malo concentrándose, pero ahora debía hacerlo, ¡Hinata estaba en peligro!
—¿Entendido? —Los tres niños asintieron al mismo tiempo y Kakashi pidió internamente para no estar cayendo redondo en una trampa—. ¡Vamos! —Los cuatro se separaron para atacar desde su respectivo sitio así que por un momento Kakashi avanzó en soledad rodeado de neblina y llovizna. Su papel en aquella estrategia era el más peligroso porque enfrentaría a Orochimaru mientras los niños buscaban alguna apertura para atacar, aunque bien sabía que aquello era una locura. Sin embargo conforme se acercaba al sitio de encuentro notó con sorpresa que no había rastro de Orochimaru, no había rastro de Neji, ahí solo estaba…
—¡Hinata-chan! —Olvidándose de planes, ideas o ataques Naruto corrió hacia ella, su compañera estaba en el suelo y respiraba con dificultad, parecía tener fiebre—. ¿Qué te pasó? —Pero Kakashi no necesitaba escucharlo, sabía perfectamente bien lo que había pasado, aquel dibujo entre su hombro y su cuello no podía ser otra cosa que el sello maldito.
Con premura la tomó en brazos y giró la mirada atrás, múltiples ninjas habían muerto al no ser su cuerpo compatible con el sello maldito, aunque los demás chicos no lo supieran aquellas horas eran críticas y ninguno de ellos podía hacer nada más que esperar y ver si su cuerpo rechazaba o no aquel terrible jutsu.
—Neji se ha ido. —Shino miró a la distancia—. Tres kilómetros en esa dirección. —Kakashi negó con la cabeza, ya fuera que Neji se hubiera ido por su propia voluntad o que hubiera sido secuestrado en aquellos momentos no eran un contrincante apropiado para Orochimaru.
—¿Qué tiene Hinata? —Sasuke lucía inquieto—. ¿Por qué no parece poder respirar bien?
—Por ahora vamos a volver a la aldea. —Kakashi apretó los dientes—. Ustedes tres están detenidos. —Sasuke se lo esperaba.
—¿Qué va a pasar con Neji? —Naruto miró en la dirección que había apuntado Shino.
—No lo sé. —Kakashi contestó sincero—. Tendremos que esperar a que Hinata lo aclare. —Aunque no parecía que pudiera hacerlo por el momento.
—¿Y si ese Orochimaru lo secuestró? —Naruto se revolvió inquieto—. Seguro Hinata-chan esta tan lastimada porque quiso detenerlo.
—Orochimaru no es un contrincante al que podamos hacerle frente. —Kakashi dio media vuelta, sabía que Naruto no estaría conforme a no ser que le diera una preocupación más grande—. Y ahora debemos volver, Hinata podría morir.
—¡¿Morir?! —Naruto saltó. Solo hasta entonces Sasuke lo recordó, "el sello maldito" había leído un poco sobre él, algo que tenía que ver con células, compatibilidad y poderes implantados a la fuerza.
—Regresemos. —Sasuke apretó los puños y aquello fue lo último que dijeron antes de echar a correr. El regreso fue peor pues aunado a la preocupación por Hinata la neblina se volvió más espesa y la lluvia más fuerte. Cada minuto Naruto giraba a ver a Hinata con apuro, pidiendo mentalmente porque aguantara un poco más. Sasuke en cambio intentaba en vano comprender qué era lo qué había pasado, ¿por qué Hinata no los había contactado?, ¿por qué la alarma no se había activado cuando Neji y ella habían partido de la aldea?, ¿por qué Orochimaru le había puesto el sello y la había abandonado?, se suponía que Orochimaru ponía aquel sello en sus experimentos, aquella información la habían obtenido de Anko, se suponía que era fidedigna.
¿Qué estaba sucediendo?, aún era noche cerrada cuando llegaron a la aldea, pero en lugar de sentir un poco de calma Sasuke sintió que el horror lo tragaba entero.
Había llamas negras en una zona de su clan, llamas que se elevaban en el cielo como una hoguera, llamas como la pesadilla que había tenido hacía muchas noches cuando viajaban con Jiraiya. Kakashi ahogó una exclamación, pero antes de que se le ocurriera ordenarles algo o detenerlos Sasuke echó a correr, tras él escuchó los pasos acelerados de Naruto, pero no se detuvo ni intentó hablarle.
Una pesadilla, aquello era una pesadilla.
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Itachi sabía que tenía poco tiempo, al negarse a ser detenido Kakashi activaría una alarma para que lo atraparan, quizás incluso su propio clan buscaría apresarlo, pero con un poco de suerte Shisui lograría distraerlos un momento.
Un momento era todo lo que necesitaba.
Itachi se coló en su casa, nadie imaginaría que iría a ese sitio, era tonto desde todos los ángulos, pero necesitaba una pista, él no era un ninja del tipo rastreo, sus habilidades siguiendo una huella se perderían en la lluvia, la noche y la neblina, necesitaba de algún indicio, algo que Sasuke hubiera dejado para él.
Para su desconcierto el cuarto de su hermano parecía el escenario de una salida apresurada, las sabanas estaban corridas de manera brusca, la piyama estaba echa bola en el suelo y no estaban ni su uniforme ninja ni sus armas.
Sasuke había salido apresurado, pero había tenido tiempo de equiparse, ¿por qué entonces no le había dejado ninguna pista que seguir?, Itachi pasó saliva cuando notó que uno de los clones que había creado había sido destruido por un grupo de ANBU, ¿tan rápido se estaban movilizando?
Con extremo sigilo salió de su casa y se dirigió al departamento de Naruto, por desgracia se topó en el camino con un joven jounnin que intentó detenerlo, Itachi hizo uso de su genjutsu para dejarlo fuera de combate, pero se sintió terriblemente culpable al atacar a un miembro de su misma aldea. De cualquiera manera en el genjutsu aquel joven estaría un buen rato tocando puertas y abriendo pasillos sin poder salir, era un poco desesperante, sí, pero nada que dañara su mente.
El departamento de Naruto parecía una copia del de Sasuke, sabanas revueltas, piyama regado por el suelo y un desorden bastante caótico, pero gracias a que Sasuke había entrado ahí con las sandalias sucias de barro Itachi pudo deducir que había sido su hermano quien había despertado a Naruto, las huellas en el departamento hablaban de dos personas, seguramente de ahí habían ido por Hinata.
Nuevamente Itachi no encontró ninguna pista que hubiesen dejado atrás para seguirlos, casi como si los niños no estuvieran pensando en que tuviera que ir tras ellos. ¿Qué sucedía exactamente ahí?, solo una vez habían estado en una situación parecida, aquello había ocurrido en el Camino de la Serpiente donde se habían separado debido a su debilidad. ¿Qué era lo que sus subordinados estaban pensando?, ¿no confiaban en él?, ¿o acaso era lo contrario, pensaban que estaban siendo considerados?
Entrar a la mansión Hyuuga era romper por lo menos diez reglas de la aldea, pero aquello ya pintaba bastante mal para él así que ser acusado por otro crimen no debería hundirlo demasiado. Aun así intentó no ser notado, algo sumamente difícil cuando había guardias Hyuuga cuyo Byakugan los hacia inmunes a su genjutsu.
Itachi tuvo que crear distracciones con un clon para que los guardias se apartaran de la habitación de Hinata, nunca había estado ahí, pero por lo que había escuchado de Naruto y Sasuke había un árbol muy grande y bonito enfrente de su cuarto. De cualquier manera Itachi terminó equivocándose de habitación así que cerró muy despacio el shoji para no despertar a nadie y caminó por el pasillo sintiéndose cada vez más aprehensivo.
Fue entonces que lo olió. Él no era un ninja de rastreo, su nariz era un poco superior a la media, pero no podía compararse ni por asomo con los Inuzuka o con el nivel de olfato de Kakashi, aun así la tenue fragancia de Hinata pareció llamarlo hasta una puerta pintada de sobrio color caoba. Esperando no equivocarse Itachi empujó despacio la puerta. La habitación estaba vacía y por un momento Itachi no supo si se trataba del cuarto de Hinata o no, nada ahí parecía propio de una señorita, era una habitación impersonal y elegante, sin ninguna clase de personalidad.
Solo hasta que giró a una esquina Itachi descubrió el ropero entreabierto y dio un paso dentro del cuarto al reconocer una de las chamarras de Hinata. Aquel era su cuarto, pero no parecía que hubiera nada fuera de lugar, la sabana estaba alisada, como si nadie hubiese dormido ahí, la ropa en su sitio, la piyama… Itachi caminó hasta una silla frente al tocador, la yukata de dormir de Hinata estaba tirada sobre la silla, quizás eso no significara nada para cualquier otra chica, pero después de Raiz Hinata se había acostumbrado a doblar su ropa minuciosamente, toda su ropa. Aquella yukata había sido arrojada sin ceremonia y con rapidez.
¿Pero por qué no estaban ahí las huellas de Naruto y Sasuke?, era como si Hinata hubiera salido por su cuenta de su habitación, ¿le habrían enviado un mensaje?, si hubiese sido así Sasuke habría mandado un cuervo. Itachi caminó hasta la ventana, comprobó que había humedad sobre el barandal y unas pequeñas huellas que semejaban las patas de un ave. Para su sorpresa fuera de la ventana también habían huellas de un calzado ninja, pero desaparecían ahí, como si se hubieran asomado por la ventana y listo. Como si se tratara de un clon que al verificar lo que quería hubiera desparecido.
Pero primero lo primero, si Hinata había recibido un mensaje, ¿se lo habría llevado con ella?, esperaba que no. Itachi volvió sobre sus pasos y agitó la yukata, un pequeño papel rodó al suelo, Itachi lo recogió y lo abrió.
"Neji dejó la aldea. Detenlo. Vamos tras de ti." Su firma estaba bajo la nota, solo que Itachi nunca había firmado eso, nunca lo había escrito.
Aturdido se sentó sobre la cama.
"Vamos tras de ti" eso quería decir que Hinata había partido sola, ¿quién había orquestado eso?, ¿alguien que quería sus ojos?, ¿alguien que deseaba secuestrarla?, pero entonces, ¿cómo se habían dado cuenta Sasuke y Naruto?, ¿también ellos habían recibido una nota?, no, Sasuke había despertado a Naruto, pero algo o alguien había despertado a Sasuke. Y por encima de todo alguien se había hecho pasar por él, pero no cualquier persona, para copiar una firma ninja con aquella precisión solo podía usarse una técnica.
El sharingan.
Recordó lo raro que se había portado su padre con Sasuke y con Naruto, la manera en la que se había puesto inmediatamente en su contra. ¿Es que su padre estaba planeando algo y quería sacarlo de su movimiento?, ¿era una trampa para hacerse del control de su equipo?, lo esperado en semejante caso era que él también dejara la aldea en búsqueda de sus subordinados, ¿pero no era eso lo que quería la persona que los estaba manipulando?
Hinata, Sasuke y Naruto pronto se reunirían y seguramente la aldea había mandado a alguien tras ellos, podía ser que el mismo Kakashi ya estuviera en su persecución. Pero si él también salía de la aldea y su padre ponía en marcha su plan, ¿podría Shisui contener al clan por sí solo?
¿Pero por qué querría su padre hacer algo en esos momentos de fugaz paz?, después del examen Chunnin todos parecían demasiado satisfechos, de hecho no se había vuelto a hablar de rebeliones desde que se había marchado en su viaje con Jiraiya. ¿O era que alguien había atraído a su equipo a una trampa?
Inquieto Itachi caminó hasta la ventana y observó la huella que empezaba a deslavarse por la lluvia. Era un pie pequeño que pisaba un poco más fuerte en el talón, como si pusiera demasiada fuerza en cada paso. ¿Sería que se había tratado de un clon de Naruto?
Solo tenía dos opciones, regresar con su clan y cerciorarse que todo estaba bajo control o partir tras su equipo, pero no tenía idea de la dirección que los niños habían tomado y encima la elite de la aldea seguramente ya había sido avisada sobre su orden de captura.
Hacer clones de sombra drenaría su fuerza en caso de que la necesitara.
La verdad es que solo podía hacer una cosa. Respirando hondo y pidiendo internamente por no equivocarse Itachi volvió sobre sus pasos en dirección a la zona Uchiha. Creía en su equipo, creía en Sasuke, Naruto y Hinata. Su instinto le decía que aquella había sido una elaborada trampa para distraerlos, todas las flechas apuntaban a que corriera en búsqueda de sus subordinados, bien, iba a hacer lo contrario.
Era Uchiha Itachi, un genio que se había vuelto capitán ANBU antes de los trece años, un experto en el asesinato. Iba a demostrarlo. Como una sombra se deslizó a través de la aldea, prácticamente se volvió aire ante los ANBU que peinaban el perímetro buscándolo, con sigilo y una sorprendente sangre fría se volvió invisible para los jounnin que temblaban con la misión de encontrarlo pero sin querer hacerlo en realidad.
Uchiha Itachi. El Cuervo. El genio. El asesino.
Conocía bastante bien el peso de su leyenda.
Su clan pareció arroparlo con su oscuridad, ¿qué hora era?, la neblina volvía la situación confusa y la llovizna no le dejaba apreciar si es que había o no estrellas. No se veían shinobis custodiando el clan como siempre, seguramente todos habían partido en su captura.
Quizás eso era lo que estaba esperando su padre.
Itachi intentó tranquilizarse, Shisui estaba ahí, aún tenían una esperanza, seguramente si la situación se empezaba a salir de control su primo usaría sus ojos, debía serenarse.
El suelo se hundía levemente ante el contacto con su calzado ninja, dando una sensación esponjosa. Todo alrededor estaba húmedo, la brisa apenas le permitía una visión adecuada. Y por primera vez desde que era un shinobi Itachi sintió que el corazón le golpeaba rítmica y fuertemente contra las costillas, no era el golpeteo rápido de la adrenalina, era un sonido fuerte, hondo, casi triste.
Tum-tum.
Itachi lo oía, lo sentía, percibía como aquel lento y triste retumbar de corazón le recorría el cuerpo.
"Por favor padre". En su interior lo pidió, lo deseo, lo rogó con desesperación. "Por favor no, padre". El salón de reuniones ya estaba frente a él, pero, ¿seguirían ahí?, ¿encontraría una rebelión?, ¿acaso estarían esperando su regreso? No era momento de dudar.
Itachi adelantó una mano para correr la puerta, pero la puerta se abrió antes de tocarla, su padre estaba ahí e Itachi no pudo hacer otra cosa que abrir la boca, como un pez fuera del agua, como aquel joven que nunca se había permitido ser dejó que sus sentimientos se reflejaran en su rostro.
Su padre, Fugaku Uchiha, cayó sobre su hombro, tenía sangre en la comisura de la boca, y había una herida sangrante en su estómago, sangre que salía a borbotones, sangre que le empapaba las manos mientras intentaba taponar la herida.
—I-Itachi… —Su padre murmuró.
—¿Qué pasó? —De su rostro desapareció la incertidumbre, la sorpresa y el temor, simplemente quedó el entrenamiento de ANBU, el ninja que obedecía misiones sin chistar.
—No lo sabías… —Su padre sonrió y era la primera sonrisa espontánea y sincera que le veía en años, quizás la primera que le veía en su vida—. No lo sabías.
—¿Estamos bajo ataque? —Itachi no quiso pensar en que cada vez salía más sangre, no quiso pensar en que la mirada de su padre se apagaba y que él nunca… que él ni siquiera… ¿por qué no había aprendido medicina ninja?, ¿por qué siempre la había despreciado?, ¿por qué había creído que nunca la necesitaría?
—Estoy orgulloso de ti Itachi. —Su padre adelantó una mano llena de sangre y la puso sobre la mejilla de su hijo, aturdido Itachi le regresó la mirada—. Siempre estuve orgulloso de ti. —No, no, no podía estar pasando, era una pesadilla, despertaría y estaría en su cama, su padre sería el hombre severo de siempre.
—Creí que… —Fugaku tosió, la sangre le manchó los dientes—. Sospechaba de ti… Pero no eras tú… No sabías nada…
—No entiendo. —Y tuvo que hacer un esfuerzo para que su voz no fuera inestable.
—Vive Itachi. —Su padre le estrujó la ropa, puso aquella mano manchada de sangre sobre su corazón—. Vi-vive…
—Pa… —Y nunca se lo había dicho, no así—. Papá… —Se dio cuenta que la lluvia salía de sus ojos y le mojaba las mejillas, era increíble, era imposible, pero estaba ocurriendo. Había lluvia en su cara, había lluvia en sus ojos, había…
—Te amo… —La voz de su padre se apagó, su cabeza cayó con un ruido sordo sobre su pecho—. Itachi… —Lo abrazó cuando su padre ya no podía sentirlo, lo estrujó cuando su cuerpo frío y muerto ya no podía percibir sus brazos, se volvió un muchacho en el momento en que necesitaba ser un ninja. Quizás por eso no lo escuchó, quizás por eso fue hasta que le habló que alzó la vista.
—Lamento mucho eso. —Shisui estaba parado frente a él, en sus ojos rojos cinco aspas no paraban de girar—. Lo siento muchísimo Tachi. —Aun con su padre en brazos Itachi alzó la mirada, Shisui estaba parado frente a él, llevaba una espada y toda su ropa estaba llena de sangre.
—¿Todos? —Su voz fue impersonal, pero sus brazos aun temblaban sujetando a su padre.
—Todos. —Shisui miró atrás—. Es una lástima.
—¿No funcionó el kotoamatsukami? —Itachi colocó lentamente a su padre en el suelo, se suponía que Shisui iba a usar sus ojos, se suponía que los encerrarían a todos ellos en un genjutsu infinito, se suponía que lo harían juntos.
—Usar esa técnica me deja inservible por diez años. —Shisui suspiró—. No podía darme ese lujo.
—¿Fue una orden del Hokage? —Itachi sintió que el frío se instalaba en la punta de sus dedos.
—No. —Shisui alzó la mirada al cielo, había empezado a llover con más fuerza—. De hecho el Hokage no sabe nada de esto, no aun por lo menos.
—¿Qué? —Por segunda vez en esa horrorosa noche Itachi sintió como si lo golpearan muy fuerte en el estómago.
—Tachi, —Shisui respiró hondo, luego sonrió ligeramente en su dirección—, hay algo que no te he contado. Pensaba decírtelo, claro, pero hoy las cosas se precipitaron.
—¿Se precipitaron? —Y su padre estaba tendido muerto a su lado, la casa tras ellos estaba llena de cadáveres.
—¿Recuerdas aquella misión, verdad?, la que el Hokage me encomendó cuando se formó el Equipo Cuervo.
—La de seguir a Madara Uchiha. —Itachi lo miró fijo—. La recuerdo.
—Mentí, —Shisui se encogió de hombros, y parecía como el hombre bromista que había sido siempre, el que se reía de cualquier cosa—, en realidad sí que hice contacto con él. —Los ojos de Shisui lo enfocaron, incluso se iluminaron un poco—. ¡Tachi, tienes que escucharlo tú también!, nuestro sueño y el de él es el mismo.
—¿Qué?
—La paz mundial. —Shisui caminó dando largos trancos—. ¿Por qué tenemos que matarnos entre nosotros?, ¿por qué tenemos que pelear entre aldeas?, ¿por qué detener golpes de estado y mandar a niños a la guerra? —Los puños de Shisui se apretaron—. ¿Por qué he tenido que matar hoy a mi tío Itachi? —Itachi entreabrió los labios, pero Shisui no esperaba una respuesta—. Mientras las personas sigan teniendo pensamientos contrarios la guerra seguirá existiendo, mientras un ideal pelee con otro habrá enfrentamientos, la paz a la que aspiramos nunca existirá, lo sé. —Shisui agitó la cabeza—. Creo que siempre lo supe. —Con tristeza dirigió la mirada hacia Itachi—. Y creo que tú también.
—Shisui… —Lentamente sus sentimientos volvieron dentro de él, ahí donde no podían serle una debilidad—. ¿Por qué has acabado con la vida de mi padre y los concejeros del clan?
—Madara había accedido a que nos aliáramos. —Shisui negó con la cabeza—. Yo lo convencí en realidad, no quería llevar a cabo la matanza del clan que pendía sobre nuestras cabezas, ¿por qué nosotros Itachi? —Los ojos de Shisui se volvieron más rojos aun—. ¡¿En qué estaba pensando el Hokage al pedirnos asesinar a nuestra propia familia?!, ¡¿Qué creía que sentirías al matar a tu propia madre?!, —Shisui se miró las manos, los dedos aun llenos de sangre—, quiero vomitar Itachi, no apreciaba a estos hombres y aun así quiero vomitar. No somos maquinas, tenemos sentimientos, amamos, sufrimos, también lloramos.
—¿Por qué los mataste? —Itachi sintió los brazos flojos a su costado.
—Madara me dio solo una oportunidad, él ya no cree en nuestro clan. —Shisui miró atrás—. Ahora sé por qué. —Su rostro tomó una expresión triste—. Nuestro clan está podrido Itachi, igual que el sistema de la aldea, igual que el mundo ninja. —Su primo respiró hondo—. Pero tú no Itachi, tú eres una brisa fresca, tú eres un héroe que camina solitario. —Shisui extendió una mano hacia él—. Sé que lo entiendes Itachi, siempre has confiado en mí, confía en mí de nuevo.
—¿Cuál es el plan de Madara? —Y no podía tomar su mano, no aunque tantas veces en el pasado lo había hecho.
—Paz mundial, un mundo ideal donde no haya guerras, donde no haya enfrentamientos, donde no existan los clanes.
—Es imposible.
—Es posible. —Shisui extendió los brazos, la lluvia lo mojó entero—. Será difícil, será complicado, pero es posible. —Un ángel de la muerte, un shinigami oscuro de ojos rojos, nunca había lucido más atractivo, nunca había parecido más peligroso y nunca le había dolido tanto a Itachi verlo.
—¿Por qué mataste a mi padre Shisui?
—No quiso escucharme. —Shisui miró el cadáver con tristeza—. Me acusó de traición sin darme siquiera la oportunidad de explicarme, en el último momento incluso dijo que haría aquello del conocimiento del Hokage, tiene gracia, ¿no?, parece que a fin de cuentas el intento de rebelión estaba apagado. —Su clan no estaba planeando un golpe de estado, su clan se encontraba en paz y aun así Shisui los había asesinado, no, no podía ser posible.
—No.
—Me hubiera gustado no hacerlo, ¿sabes? —Shisui desvió la mirada, como si pudiera ver algo más allá, algo que lo serenaba—. Pero Madara quería que le demostrara la fuerza de mis convicciones, si no lograba que el clan se me uniera tenía que matar a las cabecillas.
—¿Vas a matarme a mí? —Sin su padre, los concejeros y los ninjas más importantes el liderazgo del clan caía sobre él.
—Tú vas a venir conmigo. —Shisui lo miró con extrañeza—. ¡Tachi, esto es lo que siempre hemos soñado!, no puedo explicarte todo hasta que entres a la organización, pero lograr el mundo perfecto no es un sueño. Puede lograrse y contigo en las filas de Akatsuki…
—¿Akatsuki?
—Así es cómo se hacen llamar, por fuera parece una organización criminal pero nada está más alejado de sus fines. Yo sé que tú entiendes eso, "el fin justifica los medios", ese era el lema de ANBU.
—Tú le mandaste esa nota a Hinata-dono. —De pronto todo fue claro en su mente—. No querías que estuviera aquí, no querías que interviniera.
—Sin ti tenía más oportunidades de convencerlos. —Shisui suspiró—. Además no quería que estuvieras presente en caso de que las negociaciones fallaran.
—Tú entrenaste a Neji.
—Un chico estupendo. —Shisui sonrió, con un poco de melancolía—. Esperaba que le ganara a Hinata-chan en el torneo, pero tu pequeña señorita también es sorprendente. —Y entonces todos los puntos conectaron al mismo tiempo, como un horroroso rompecabezas, las pistas habían estado ahí, pero él no había querido verlas, no había querido creerlo.
—Quieres al Equipo Cuervo.
—Te quiero a ti. —Shisui sonrió, lo hizo con la misma camaradería con que lo hacía desde que eran niños—. Somos un equipo Tachi, tú y yo, no puedo hacerlo sin ti.
—Traicionaste a la aldea.
—La aldea no merece nuestra lealtad. Nunca ha hecho nada para merecerla. —Las aspas giraron con mayor velocidad dentro de sus orbes.
—Asesinaste a mi padre, a los concejeros…
—Lo íbamos a hacer de todas formas. —Shisui miró alrededor, a la enorme zona Uchiha—. De hecho íbamos a crear una matanza que borrara a toda nuestra familia, treinta hombres es un precio bajo en comparación.
—Me mentiste…
—Te oculte información. —Shisui colocó una mano sobre su hombro, Itachi sintió dolor, uno que lo atravesaba como si se tratara de un ataque físico—. Siempre has sido un hombre leal, pero Itachi, tu lealtad está mal empleada, eres un títere en el poder de unos viejos que van a desecharte cuando ya no les sirvas. ¿Crees que no intentaran usar el poder del Kyuuby?, ¿crees que no explotaran los ojos de tu hermano?, ¿crees que ven en tu pequeña señorita otra cosa más que una herramienta?, ven conmigo. —Shisui le apretó el hombro—. Creemos una historia juntos, liberemos a este mundo de sus cadenas.
—¿Por qué tu sharingan ha cambiado? —Itachi le sostuvo la mirada, a esas cinco aspas que anteriormente solo eran cuatro.
—¿Eres un caso, verdad Tachi? —Shisui se rio, se rio fuerte, casi como si la locura entrara lentamente dentro de él, aun se estaba riendo cuando dio media vuelta, aun reía cuando extendió la mano al frente, se reía cuando llamas negras empezaron a devorar el salón de juntas, el piso, el cadáver de su padre.
Amaterasu.
—¿Qué es el poder Tachi?, —Shisui se rio, pero fue una risa rara, quebrada—, ¿por qué nuestro clan esta tan jodido? —Las llamas se elevaron al cielo—. ¿Por qué tenemos que matar para avanzar?, ¿por qué el amor se vuelve odio?, ¿por qué el odio se vuelve poder?, ¿por qué estamos condenados? —La lluvia lo golpeó en la cara, en el pecho, en los brazos.
—Shisui… —Su primo siempre había sido su guía, su único amigo, el muro en el que podía apoyarse, su héroe… —Como ninja en activo de la aldea de Konoha debo advertirte que estas bajo arresto por el delito de asesinato.
—Estas llamas no se apagan. —La risa de Shisui se confundió con la lluvia—. No se apagan. —¡Dios!, ¿por qué dolía tanto?, ¿por qué no podía respirar?, Itachi quería despertar, solo despertar.
Lado a lado vieron las llamas elevarse, engullir todo a su paso y finalmente desaparecer una vez eliminado su objetivo. Shisui ladeó la cabeza, la lluvia le corrió por la cara dándole un aspecto melancólico.
—Algún día vas a entenderme Tachi, vas a entender que estabas equivocado y te voy a estar esperando. Tú y yo somos un equipo Tachi, no importa lo que pase.
—Eso no va a pasar.
—Siempre gano cuando hacemos apuestas. —Shisui le sonrió, luego metió las manos en los bolsillos de su pantalón. Unos pasos se dirigían apresurados en su dirección, Itachi hubiera querido detenerlos, hubiera querido que simplemente Shisui desapareciera, que se fuera lejos, ahí donde su presencia ya no podía dañarlos.
—¡Confié en ti!, —el grito de Sasuke perforó el aire, tras él Naruto tenía los ojos bien abiertos—, ¡confíe en ti! —Sasuke tembló de ira, en sus ojos se activó el sharingan—. ¡Traidor! —Las palabras que Itachi no podía decir las estaba diciendo Sasuke, los sentimientos que se le atoraban en la garganta eran gritados en furia por su hermano—. ¡Voy a matarte!, ¡no importa cuánto me tarde, voy a matarte!
—Cambiaran de opinión. —Shisui dio un paso atrás y los tres supieron que no podrían alcanzarlo, no a Shisui del cuerpo parpadeante—. Nos vemos, —y su sonrisa fue tan brillante como siempre—, cuiden de Hinata-chan. —Y desapareció, desapareció con sus llamas, con su sonrisa, con sus ojos rojos. Se llevó la risa, se llevó al único amigo que tenía, se llevó la esperanza.
Shisui los había tenido bailando en la palma de su mano y un día, sin más, había cerrado el puño y los había hecho pedazos.
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Sasuke no lloró, no podía llorar, algo dentro de él se había quebrado, se había roto sin que pudiera remediarlo.
No hubo un funeral propiamente dicho, no había cuerpos que enterrar, solo una urna de cenizas simbólicas, una urna llena de polvo negro que habían logrado reunir después del Amaterasu.
Su clan enteró lloró bajó la lluvia, lloraron en silencio como lo hacían los Uchiha, con la mirada perdida, con los labios apretados. Su madre también, Sasuke la había tomado de la mano porque le daba la impresión que si la soltaba iba a caerse.
Mikoto quería cerrar los ojos y creer que aquel era un mal sueño. Pero sabía bien que no lo era. No hablaron, no ese día, ni el pasado ni el anterior a ese. Pero con Itachi encarcelado Sasuke era lo único que le quedaba y se aferró a él como su último soporte en medio de tanto dolor.
Fugaku había sido el amor de su vida.
El hombre que más había amado en el mundo.
Su otra mitad.
Su vida, su alma, su anhelo.
Pero ahora no era más que polvo.
Las manos le temblaban y apretó más fuerte a Sasuke. Le parecía que su hijo menor había sido un niño hasta ese momento, todavía la semana pasada los ojos de Sasuke podían brillar y su sonrisa era infantil, todavía la semana pasada podía besarlo en la mejilla y su hijo se sonrojaría halagado.
Pero Sasuke había dejado de ser un niño cuando las llamas malditas de su clan le habían arrebatado a su padre. Sus hombros permanecían erguidos, su espalda parecía más ancha, incluso su mirada había cambiado.
Los ojos de Sasuke no encerraban dolor, los ojos de su hijo menor encerraban venganza.
Mikoto hubiera deseado que se permitiera a sí mismo llorar, que sufriera, que la abrazara y se consolaran mutuamente, pero nadie mejor que ella sabía de las pasiones que consumían a los hombres en esa familia.
De reojo miró atrás. Naruto estaba parado detrás de Sasuke, llevaba ropa negra que lo hacía ver mayor y sus ojos azules miraban la espalda de Sasuke con melancolía. Naruto estaba sufriendo por el dolor de su amigo.
Mikoto quiso llorar.
En todo aquel tiempo se había obligado a ver a ese niño como un medio, como un arma, como un fin. No como el hijo de Kushina y de Minato, no como el amigo de su hijo, no como un pequeño huérfano que buscaba la calidez de su hogar.
Lo había visto como el Kyuuby.
Naruto había perdido a sus padres, bien, ahora Sasuke había perdido al suyo, quizás era la venganza de Minato, su manera de decirles que no dejaría que manipularan a su hijo.
Si Sasuke aun fuera un niño lo abrazaría… incluso abrazaría a Naruto. Pero estaba demasiado quebrada para intentar consolar a alguien más y aquellos dos habían dejado de ser niños, se habían vuelto hombres, y no podía hacer nada por evitarlo.
Desconsolada apretó la mano de Sasuke. Absolutamente nada para evitarlo.
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Itachi fue encarcelado durante una semana. La versión oficial es que se estaba esclareciendo la masacre ocurrida en su clan y el abandono de la aldea de su equipo.
—Una vez más, ¿cuáles son tus planes?, ¿cuál es la misión de Shisui Uchiha? —Por tres días había soportado los más terribles interrogatorios por parte del escuadrón de inteligencia, pero aquello no podía quebrarlo. Shisui lo había herido hasta donde nunca antes lo habían lastimado, cualquier cosa después de eso no merecía siquiera una mención.
—¿Qué pretendes hacer con Hyuuga Hinata?, ¿por qué le implantaron el sello? —Gracias a esos interrogatorios se había enterado de que Hinata había sido marcada con el sello maldito de Orochimaru al intentar detener a Neji. Cada día Itachi veía a sus interrogadores y se preguntaba si le darían la noticia de que su pequeña subordinada había muerto.
Lo sentía tanto, lo sentía tanto, tanto.
El equipo Cuervo había sido disuelto, la misión se había cancelado. Y bien, ¿de qué servía el Equipo Cuervo ahora?, aquel equipo se había formado para negociar con los Uchiha, para detener un golpe de estado. Ahora en el clan solo había ninjas jóvenes, mujeres y niños que seguían aterrorizados por el ataque de uno de sus miembros.
¿Itachi Uchiha había sido parte de eso?, era difícil defenderse, Shisui lo había acorralado, había una nota que parecía escrita por él diciéndole a Hinata que persiguiera a Neji, no había obedecido la orden de aprehensión de Kakashi, había regresado al lugar del crimen y ni siquiera había intentado detener a Shisui.
Esa era la verdad, aun hasta el último instante había intentado creer en su primo, aun con todo en contra había deseado que aquello fuera un error. Pero no era un error, era la verdad al desnudo.
Shisui le había dejado pistas, tantas pistas que era increíble que no hubiera sido capaz de verlas. ¿Desde cuándo su primo había cambiado?, ¿en qué momento su relación se había fraccionado de esa manera?
Shisui parecía verdaderamente convencido de sus palabras, del plan de Madara, de la paz que se conseguiría. Y había querido que se uniera a él, le había extendido la mano como lo hacía siempre desde que tenía memoria.
Pero ahora no podía seguirlo.
Su héroe había desaparecido, su único amigo se había ido, la única persona con la que podía compartir sus pensamientos era ahora su enemigo.
Enemigo.
Que difícil palabra y que terrible pensar en Shisui con esos términos.
Se recordó siendo muy pequeño, con un palo en la mano mientras Shisui le enseñaba a dar una estocada. Se vio a sí mismo con los ojos bien abiertos sentado al lado de Shisui en un tronco mientras Obito les contaba alguna nueva travesura realizada. Recordó aquel primer jutsu que Shisui tanto había aplaudido, aquella lata de gaseosa que habían compartido en un día de mucho sol, las noches durmiendo juntos o discutiendo acerca de la vida ninja alumbrados por una vela, la primera misión que habían compartido y las pocas veces que se había permitido reír, siempre a su lado, su vida siempre había transcurrido a su lado.
Aquel dolor en su corazón no se iría, jamás se iría.
—El Hokage quiere hablar contigo. —La puerta de su celda se abrió, Itachi alzó la mirada, la luz de fuera le hizo daño en los ojos—. Estas libre. —No se sintió especialmente contento, los pies le pesaban, la cabeza, el corazón… ¿Hinata estaría bien?, ¿su hermano?, ¿Naruto?, ¿ya habría pasado el entierro?, ¿cómo iba a ver de nuevo a su madre a la cara?
La oficina del Hokage nunca le pareció tan alta, tan lejana, tan pesado el camino. Aun así cuando llegó levantó la cabeza y entró a la oficina con el profesionalismo de siempre.
—¿Me mandó llamar Hokage-sama?
—Lo lamento mucho Itachi. —El tercero parecía viejo, muy viejo—. Tenía que interrogarte, debía hacerlo.
—Entiendo.
—Debía encarcelarte, por protocolo.
—Entiendo. —Hubo un breve silencio entre ellos y entonces la última oportunidad, el último suspiro de su corazón quebrado escapó sin que pudiera retenerlo—. ¿Shisui está en una misión? —El Hokage lo miró con sorpresa, casi como si de pronto se hubiera vuelto loco, pero Itachi insistió—. ¿Es una misión secreta?, ¿una misión que no puede confiarme?, ¿es una misión S como la que teníamos antes del Equipo Cuervo?
—No. —El Sandaime lo miró con infinita tristeza, Itachi se sintió un niño ante esa mirada—. Lo siento mucho Itachi, pero Shisui está actuando por su cuenta. —Lo sabía, lo había comprendido, pero no podía, no quería creerlo—. No quisiera poner mayores cargas sobre ti, pero debes saberlo. Shisui ha ingresado al libro Bingo como un criminal rango S. —El mismo libro que ellos habían usado tantas veces para marcar a sus objetivos, el libro de los malos, el libro de los enemigos.
—Entiendo.
—No sabemos su paradero actual, pero eventualmente tendremos que atraparlo, quizás eliminarlo. —Y dolía tanto que casi no podía respirar—. Itachi. —El Sandaime le puso una mano sobre el hombro—. No es tu culpa.
A eso se reducía todo, se sentía culpable, terminante y terriblemente culpable, le hubiera gustado llorar, pero en lugar de eso elevó el mentón, se cuadró y sus ojos perdieron cualquier matiz de sentimiento.
—Soy consciente del papel que jugué en esta situación y como retribución yo, Uchiha Itachi, shinobi de Konoha, voy a atrapar al traidor Uchiha Shisui.
Quizás así su padre descansara en paz, quizás así los ojos de Sasuke no ardieran en venganza, tal vez así su propio y dolido corazón se perdonara a sí mismo.
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Notas de Okashira Janet: Amo a Janet del pasado.
Aclaraciones.
1 Algunos de ustedes me pidieron a Izumi, a ser sincera no sabía nada de ella porque me salte el relleno y no suelo leer las novelas. Creo que dado el papel que jugó era importante su reencuentro con Itachi, aunque más que reencuentro fue como un incómodo momento que recordó el pasado.
2 "El jardín secreto" es una novela que cuenta la historia de Mary, una niña malhumorada y solitaria que termina viviendo en una enorme casa que tiene dentro de sus muros un jardín secreto.
Pues bien, he batallado terriblemente con Wattpad que me escribe los capítulos juntos sin respetar los signos de puntuación y los espacios, hoy me pelee como una hora y media con él, pero parece que ganamos (espero).
Sé que suena muy, muy tonto, pero me emociono mucho de releer estos capítulos y voy tomando apuntes porque claro, perdí mi planeación de la historia cuando mi computadora pasó a mejor vida.
De cualquier forma me siento muy emocionada y con ganas de seguir mis historias. ¡Gracias por leer!
17 de Agosto del 2023, Jueves.
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Equipo Cuervo.
FanfictionLa matanza del clan Uchiha no se lleva a cabo, a cambio Itachi debe liderar el equipo más fuerte y letal que Konoha haya visto en su historia. ItaSasuHinaNaru