Si supieran, si lo conocieran tanto como tú lo conoces, sabrían que no es así, sabrían que detrás de toda esa violencia e ira había un chico sensible e inseguro.
Eras su refugio seguro, en quien confiaba, la persona a la que recurría cada vez que peleaba y salía mínimamente herido, la persona a la que se apoyaba en tu regazo como un niño pequeño y dormía en paz. Fuiste tu. Siempre has sido tu.
Era 1978, una tarde gris y lluviosa, tú y Vance estaban acurrucados juntos sobre el viejo colchón blanco.
Tenía su cara apoyada en tu torso y cálidas manos en tus caderas. Era como si fuera la primera vez que dormía, estaba tan relajado y en paz.
Hasta que el trueno resuena y pronto se despierta.
"La naturaleza apesta, ¿Qué diablos le pasa?", Vance se queja frotándose los ojos sin estar completamente consciente.
Gracias al disgusto de Vance y gracias a la buena voluntad de la naturaleza, te agitas un poco y te despiertas.
"¿mmm? ¿Qué que te sucede cariño?" Preguntas con un humor totalmente opuesto al de Vance, colocando tus delicadas manos en los mechones dorados de Vance mientras él reposiciona tus manos en su cintura y hunde su cabeza en tu cuello, el cabello cosquilleando tu sonrojada mejilla.
"Maldito trueno, ahora no puedo dormir". Responde Vance con voz apagada por la posición de su rostro.
"Cálmate, blondie. ¡Podrás dormir rápido, confía en mí!" -- Colocas un beso en la frente del rubio, quien levanta la cabeza y te mira confundido
"¿Cómo puedes estar de buen humor en un momento como este? ¿Con un clima como este? ¡Joder! Y otro, ¿Cómo diablos me vas a hacer dormir así, de repente?" -- Vance se sienta en la cama tocándote la cintura
"Primero: porque soy un ángel de persona, y segundo: es simple, ven aquí" -- Respondes apoyándote en la cabecera, abriendo los brazos a Vance, quien solo se encoge de hombros y se acuesta entre tus piernas. otra vez
"¿Qué vas a hacer, salvadora de patrias?" -- Vance te pregunta y se consuela cada vez más en tu abrazo
"Tal vez podría ser el hada de los dientes" -- Dices, riendo suavemente
"¿Hada de los dientes? ¿En serio?" -- Vance te da mirada mortal, lo que te da libertad para reír aún más, te sigue mirando, se inclina y te besa con calma, sosteniendo tu barbilla con una mano y con la otra libre acariciando tu cintura
Pronto empiezas a palmear la espalda de Vance, acariciar su cabello, jugar con sus dedos, susurrarle tonterías al oído, etc.
"No creo que vaya a funcionar, Paraguay Barbie" --dice Vance riéndose de ti, quien se tapa la boca levemente con la mano derecha
Sin siquiera darse cuenta, Vance ya se había desmayado en sus brazos, ni siquiera una piedra tirada encima de él lo despertaría. Miraste la escena apresuradamente, te reíste y lo metiste en la cama. Vance gruñó un poco cuando lo quitaste de tu regazo para acostarlo sobre las finas sábanas blancas, algo así como: "déjame dormir 3 putos minutos más"
Acostado junto a Vance, sentiste fuertes brazos a tu alrededor. Mirando hacia atrás, lo vio aferrado a su cintura, su cálido aliento golpeó la parte posterior de su cuello, que se estremeció por el contacto.
"Gracias por amarme." -- Dijo somnoliento
"No me des las gracias por el efecto que te debes, Hopper"
"Debo hacerlo, ya que tú me hiciste lo mismo".
Sí, eso te atrapó. Escuchar al chico más fuerte y "malvado" del pueblo decir eso, te dejó en éxtasis, te sonrojó y sentiste tu corazón acelerarse en cuestión de segundos, tu reacción fue besar a Vance, quien te abraza con más fuerza.
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