RESUMEN T/N lleva a su novio, Vance, a conocer a sus padres. Vance está bastante seguro de que esta es la peor idea que se ha tenido en la historia.
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Esto iba a ir absolutamente terrible .
Ese fue el único pensamiento en la cabeza de Vance mientras caminaba hacia tu casa. Habían estado saliendo durante aproximadamente tres meses y, Vance podía admitirlo, estaba locamente enamorado de ti.
No era algo que te hubiera dicho, no a ti, las emociones eran un poco difíciles para él. Pero, aun así, te valoraba muchísimo, y estaba aterrorizado de que recobraras el sentido sobre qué tipo de persona era.
Todo había ido bien, hasta que dijiste algo que hizo que su mundo se derrumbara a su alrededor.
"Oye, V, creo que quiero que conozcas a mi familia".
Todas las jodidas explosiones, sabía a ciencia cierta que esto no iba a salir bien. Nunca había tenido una novia antes de ti, pero sabía que conocer a la familia era un Gran Desafío. También sabía que todas las personas que lo conocieron además de ti (adulto o no) lo habían despreciado , y pensó que eso era un indicador suficientemente bueno de cómo iba a ir esto.
Aún así, solo había pasado tres meses, pero ya estaba tan jodidamente enamorado que no prácticamente no era ni siquiera una maldita opción.
Entonces, él estuvo de acuerdo, a pesar de saber que este era el final de su pequeña y patética vida tal como la conocía.
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Él había llegado a tu casa.
Dios, esto iba a ir tan jodidamente mal. Él ya lo sabía. Como si algún maldito fantasma le estuviera transmitiendo información sobre todas las formas en que esto podría fallar. No es que eso pudiera suceder, pero aun así.
Aun así, nadie podía decir que Vance era un cobarde, así que se acercó a tu puerta, suspiró un silencioso "Dios protégeme" y llamo a la puerta. Tu le abriste la puerta, tus ojos se iluminaron como siempre cuando lo viste.
"¡Entra! ¡Entra, V, todos te están esperando en la cocina!" Antes de que pudieras abrir el camino, él se inclinó para besarte, sabiendo que esta era probablemente la última oportunidad que tendría antes de que lo dejaras por deshonrar el honor de tu madre o algo así.
Te reíste, alejándote con una sonrisa, y tomaste su mano, llevándolo a través de tu casa a la cocina. Al entrar, vio a tres personas ya sentadas.
Una mujer de aspecto mayor, que se parecía mucho a ti, que supuso que debía ser tu madre. Un hombre con una mirada amable en sus ojos que probablemente era tu padre. Y un pequeño imbécil que parecía más joven que tú, debe ser el hermano del que siempre te quejabas.
"¡Oh, debes ser Vance! ¡Bienvenido, cariño, bienvenido!" Dijo la mujer, indicándolo que se sentara.
"(T/N) nunca deja de hablar de ti". El niño habló y tú te acercaste para darle un golpe no muy fuerte en la cabeza.
Cuando Vance se sentó, notó que la comida estaba en el centro de la mesa. Se aclaró la garganta, pensando que debería hablar.
"Um, este pavo se ve jodidamente delicioso". Tan pronto como lo dijo, se encogió. Dios, ¿no podía evitar maldecir, solo por esta vez?
"¡Oh! Eres tan fiestero como dijo (T/N), ¿no? Sí, gracias, querido, ¡lo hice yo misma!" La mujer se rió y Vance se quedó helado. Ella no estaba... ¿ofendida?
De ahí en adelante, la cena transcurrió sorprendentemente bien. Vance se abrió un poco más después de eso, y al final de la cena hizo reír a todos con la historia de la vez que se conocieron.
"Entonces, (T/N) simplemente me mira y dice: ' ¿Por qué no miras por dónde vas, imbécil? '. Honestamente, ¡estaba demasiado sorprendido para formar una maldita respuesta!" Vance recordó, contigo poniendo los ojos en blanco, golpeándolo con buen humor.
Después de que terminó su historia, (T/N) lo llevó a la sala de estar (ella trató de ayudar a su madre con los platos, pero ella insistió en que se sentara). Sonriendo, tomaste sus manos entre las tuyas.
"¡Te dije que te amarían!" Exclamaste, antes de poner esa mirada extraña y avergonzada en tu rostro. "Al igual que yo, um, te amo, eso es".
Era la primera vez que se lo decían, pero, en lugar de sentirse asustado, como esperaba, Vance simplemente se sintió feliz. Te dedicó una rara y genuina sonrisa (que parecía estar haciendo cada vez más a menudo en lo que a ti se refería).
"Bueno, es una maldita cosa buena que yo también te amo, entonces.
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