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No sabía por dónde empezar cuando se trataba de mis hijos, sólo he actuado como un padre, pero dudaba que me vieran como un amigo en el cual puedan confiar. Hice que ambos se sentaran en el Kiosco ubicado en el jardín, era pequeño, pero también era privado, este es mi lugar favorito en toda la casa, también fue el favorito de Jungkook. El Kiosco estaba hecho completamente de piedra, lo que le daba un toque rústico de cuento de hadas, de forma circular y con varios metros de altura, los pilares tenían decoraciones grabadas, la mayoría de ellas se trataba de flores y aves, dentro habíamos colocado un columpio de madera y se habían colocado un pequeño comedor cuadrado con sillas de acero, el lugar estaba rodeado de verde pasto y la decoración principal consistían en las flores que la madre de Jungkook había sembrado antes de que el cáncer se la llevara, yo cuide de esas flores y agregue más con el paso del tiempo, incluso mucho antes de casarme con Jungkook yo ya había dejado mi huella en este jardín. Más de doce años de mi vida estaban grabados en este espacio.

Decidí traer emparedados para mis hijos, los hice sentar en frente de mi y a cada uno les serví el aperitivo. Minji fue la primera en empezar a comer, mientras que Jungwoon me miraba seriamente, era como si supiera que algo no estaba bien, después de mirarme por unos momentos por fin se digno a probar el aperitivo, me prepare uno para mí, después de pensarlo con la cabeza fría decidí que era hora de hablar.

—Niños —mencione un poco nervioso, me sentía bastante incomodo para hablar del tema con mis hijos, pero tenían que enterarse de mi propia boca—, han pasado muchas cosas desde que Jungkook murió, saben appá ha tenido tiempos muy difíciles, no puedo hacerlo todo solo.

Minji me ignoro por completo, estaba claro que no entendía mucho de lo que decía, estaba más concentrada en comer, Jungwoon era otro caso, parecía confundido pero alerta por cualquier cosa que fuera a decir y con una postura que indicaba que se pondría a la defensiva en cualquier momento, tenía una personalidad bastante fuerte que definitivamente no había heredado de mí, yo actuaba con la cabeza.

—No quiero que te vuelvas a casar —soltó de la nada, el ceño estaba fruncido y los puños apretados.

—¿Cómo lo sabes? —pregunte sorprendido.

—Lo escuche de unos empleados, que la razón por la que la señorita Daehyun ha estado viniendo a esta casa es para proponerte un acuerdo matrimonial, pero por favor appá, no lo hagas, no puedes hacer eso, definitivamente no puedes.

La desesperación en sus palabras, estaban a punto de convencerme; Jungwoon tenia razón, no debía casarme: era inmoral, precipitado, egoísmo puro.

—Jungwoon eres muy joven para comprender a los adultos.

—No lo hagas, te odiare toda la vida si te casas.

Baje el rostro avergonzado y mire el piso como si fuera la cosa más interesante del mundo, sin saber que hacer o que decir, ni siquiera yo mismo estaba convencido de este matrimonio, me daba mucho miedo, Kim Taehyung me daba demasiado miedo, mi cuerpo temblaba y se estremecía tan solo con escuchar su nombre. Fui un idiota al aceptar el convenio matrimonial y ahora no podía retirarme.

Como podía mirar a mis hijos a los hijos, como debía actuar un padre ante tales palabras. No quería que Jungwoon me odiara, me dolía el pecho sólo de escucharlo y me daban ganas de llorar. Pero yo era un padre, no tenía derecho a hacerlo.

—Niño, ¿qué son esas palabras tan crueles? —levante el rostro al escuchar esas palabras, mis hijos y yo miramos al hombre parado fuera del kiosco.

—Tío, appá quiere casarse de nuevo, convéncelo de que no lo haga.

—Primero lleva a Minji a jugar, yo hablare con mi hermano.

Malas decisiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora