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Estaba leyendo en mi cama cuando escuché ruidos por la noche, ya hacia más de hora y media que habíamos cenado y nos habíamos retirado a nuestras habitaciones, después de dormir a Minji me dispuse a estudiar un poco sobre economía, había cancelado mis solicitudes de empleo a diferentes corporativos porque pensaba involucrarme más en el negocio familiar, no confiaba en Taehyung para manejar el patrimonio de mis hijos y temía que en su sed de venganza su objetivo fuera desaparecer la compañía por completo.

Deje el libro en el mueble a lado de mi cama y levante preocupado de que se quisieran meter ladrones a la casa, sobre todo porque no tenía guardias de seguridad, el jardinero venia apenas dos veces por semana y de ahí en fuera solo estaban las cocineras y las empleadas domésticas, me asome discretamente por la ventana, desde el lugar donde me encontraba pude ver un camión estacionado fuera de la cama, el vehículo tenía estampado un logotipo en forma de muebles. Los cargadores bajaron una cama nueva y se dirigieron hacia el interior de la casa, todavía sin entender salí de mi habitación y observé cómo de la habitación principal dos cargadores vestidos con overoles de tela de azul, sacaban un colchón y otros dos sacaban la base de la cama.

Detrás de ellos estaba Kim cruzado de brazos y con la ropa de dormir ya puesta, me acerque hasta él ajustando mi propia bata para dormir.

—¿Qué estás haciendo Taehyung?

—No es obvio, cambiando la cama, no soporto la idea de dormir en la misma cama donde durmió ese infeliz —dijo como si fuera lo más lógico y normal del mundo.

—Estas siendo ridículo —dije sin creer lo infantil que se estaba comportando. Aceptaba que cambiara la decoración de la habitación porque después de todo seria su espacio personal, pero de ahí a cambiar la cama, me parecía un poco demasiado extremo.

—No es como que me importe lo que pienses, está es mi casa y hago que quiero.

Taehyung estaba siendo irracional, me cruce de brazos mirándolo indignado, incluso se podría decir que su actitud me causaba gracia, pero tampoco podía dejarlo hacer y deshacer o perdería autoridad en esta casa.

—¿Acaso vas a cambiar todo lo que Jungkook ha usado?, La vajilla, las cortinas, incluso el piso.

—Por supuesto que no, solo la cama. En fin, no es como que tenga que darte explicaciones de lo que hago en mi casa.

Apenas unas horas de casados y ya estaba harto de este hombre, de ahora en adelante pronosticaba días lluviosos en mi vida marital.

—Una cosa es que nos casáramos y otra muy diferentes que quieras imponer tu autoridad, esta también es mi cama y la de mis hijos, también tenemos derecho a opinar, no vas a hacer y deshacer a tu antojo, el acuerdo matrimonial especificaba que tomarías el control de la compañía, pero en esta casa no.

—¿Y cómo piensas impedirlo? —Taehyung primero se acercó peligrosamente a mí y luego me empujó contra la pared, no fue un acto violento, pero si dominante; uso ambos brazos para acorralarme entre él y el concreto detrás de mí—, no tienes ningún poder sobre mí.

No lo tenía, Kim sonrió, su mirada profunda estaba clavada en mí, los ojos oscuros y destellantes estaban retándome a algo, el olor de su perfume golpeó mi nariz con un aroma agradable, que hizo a mi corazón palpitar de forma descontrolada. Desvíe la mirada al piso son poder aguantar más y con mis brazos levemente lo empuje.

—Por favor Taehyung, no hagas de mi vida un infierno.

Con su mano tomo mi barbilla y giro mi rostro para que lo mirara de regreso, cerré los ojos de inmediato, no quería delatarme, no quería que Taehyung supiera todo lo que provocaba en mí. Aun así, seguramente se había percatado del temblor en mi cuerpo.

Malas decisiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora