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Después de las entrevistas con las niñeras y de revisar sus perfiles, me incline por una joven veinteañera llamada Lia. Había sido niñera desde que tenia quince años, sabia ingles y tenia buenas referencias de familias conocidas. Le indique que podría empezar mañana y que la señora Park la supervisaría por una semana, si me convencía estaríamos firmando un contrato la próxima semana. A simple vista parecía una chica dulce y de buen carácter.

Después de que Lia se fuera, Min Yoongi entro con algunos papeles en la mano y los dejo en el escritorio de Taehyung.

—La sala de reuniones ya esta llena, sólo faltan ustedes —Kim avisó.

—Lo siento es mi culpa, estaba tomando unas entrevistas, avisa que enseguida llegaremos —le dije, Min asintió y volteo a ver a Kim, de la nada se agacho a su altura y ajusto su corbata acercando su rostro al de mi esposo. Me quede pasmado en mi lugar hasta que Min se apartó con una sonrisa cómplice.

Los mire a los dos con una expresión confundida en mi cara. Pero ambos parecieron ignorarme, Taehyung incluso se atrevido a parecer confundido, aun perplejo miré como el joven salía de la oficina como si no hubiera pasado nada, volví a mirar a Kim, parecía divertido también. Ambos se reían de mi en mi cara.

—¿Qué fue eso Kim Taehyung? —pregunté, más bien exigí. Taehyung se levantó de su asiento, se coloco su saco y los anteojos. No parecía querer explicarme nada, pero cuando paso a mi lado tome su brazo e impedí que se fuera.

—Suéltame Hoseok.

Me puse de pie, casi a su altura sin soltarlo.

—No me vas a tratar así Taehyung —comente, fue evidente mi tono irritado, luego mire la corbata ligeramente de lado, chasque, pero la tome para acomodarla—, ese chico ni siquiera sabe hacerlo bien, deberías conseguirte otro.

Me reí de mi propio comentario y cuando alce la vista, me percate lo cerca que estaba de Taehyung, apenas unos cinco centímetros de espacio separaban nuestros cuerpos, podía jurar incluso que escuchaba su respiración y los latidos de su corazón, iban tan rápido como los míos, Taehyung me miraba, miraba mi rostro y mis labios.

Mis manos todavía apreciaban la tela de su corbata, me alce ligeramente y lo bese sobre sus labios cerrados, Taehyung coloco su mano sobre mi cabello y me aparto en un instante.

—¿Qué es lo que pretendes? —susurro sobre mis labios, su rostro seguía muy cerca del mío que en cualquier momento podría besarme de nuevo.

—Sólo quería hacerte un recordatorio sobre quien es tu esposo —con mi lengua delineé mis labios que se sentían más secos que de costumbre, Taehyung todavía no me había apartado, de hecho, creía que nuestros cuerpos estaban más juntos que antes, los segundos me parecieron eternos hasta que Min Yoongi volvió a entrar.

Me soltó enseguida y se acomodo el traje.

—Ya vamos —aviso a Min y camino detrás del más bajo, una vez que logre controlar a mi corazón, Sali detrás de ellos hasta la sala de juntas.

Como había dicho Yoongi la mayoría de los accionistas mayoritarios ya estaban ahí, me senté a lado de Taehyung y tomé la botella de agua frente a mí para remojar mi garganta y mis labios. Nunca había estado en una junta y tampoco tenia idea de cuanto podía opinar, después de todo, no sabia casi nada de como funcionaba la empresa, y sólo estaba ahí representando los intereses de mis hijos.

A lo largo de la junta escuche atentamente todo lo que hablaban, trate de nutrirme con la información más importante y una vez que empezó la votación del recorte del personal me deje guiar por Daehyun que estaba sentada a lada de mí, aconsejándome. Pensé que Taehyung a excepción de los sindicalizados, quería deshacerse en mayor medida del personal de nuestra empresa, pero sorprendentemente estaba siendo parcial en el asunto.

Finalmente, después de cinco largas horas dentro de aquella sala, bebiendo solo agua y tratando de obtener toda la información posible en mi memoria regresaba a casa en el asiento de copiloto del vehículo de Taehyung, me recosté sobre la ventana y me quedé dormido. Cuando abrí los ojos estaba acostado en mi cama, eran apenas las diez de la noche, la cena siempre había sido servida a las ocho y mi estomago rugió. No podía creer que me hubiera quedado dormido, seguramente se debía a que me había quedado despierto haciendo la maqueta de Minji.

Me levante y me puse mi ropa para dormir, luego fui a ver a Minji, las luces de su habitación ya estaban apagadas, camine de puntitas hasta ponerme a su lado y le di un beso en la frente.

—Descansa mi amor.

Luego fui a la habitación de Jungwoon, las luces de su habitación todavía estaban encendidas, toqué a la puerta y me abrió rápidamente.

—¿Estas despierto?

—Sí me quedé dormido y no pude cenar con ustedes, ni darles las buenas noches.

—El señor Kim pidió que no te despertáramos, dijo que estabas cansado y te cargo hasta la habitación, yo lo seguí para vigilarlo.

Jungwoon sonrió y dos hoyuelos aparecieron en su cara, hace rato que no me había regalado una sonrisa. Casi todo el tiempo estaba serio e incómodo. Sonrei en respuesta.

—Vale, gracias por protegerme mi amor. ¿Por cierto qué haces despierto todavía?

—Es temprano appa, estoy leyendo unos comics —dijo haciendo un puchero— por cierto, appa mira mis ojos.

Hice lo que me dijo sin entender mucho, Jungwoon era un niño precioso, tenia una barbilla afilada, cabello lacio y esponjoso y ojos gatunos.

—Siguen igual de lindos que cuando los abriste por primera vez.

—No es eso appa, ya me esta saliendo doble parpado de forma natural, así que o voy a necesitar cirugía —sonrió bastante contento, como la mayoría de los coreanos tuve mi operación cuando tenía alrededor de dieciocho años, pero no creí que a su edad ya estuviera pensando en ello—, aunque por ahora sólo me esta saliendo en un ojo, el otro tendrá que esperar.

Volvió a sonreír y mostrar sus hoyuelos, pero esta vez no sonreí en respuesta, me asusté demasiado. Incluso me imagine llevando a Jungwoon con un cirujano, sólo para que Taehyung no se diera cuenta. Me sentí un padre tan miserable por quererle hacer eso a mi hijo.

—Ya saldrá, esperemos que sea pronto.

—Sí —Jungwoon asintió— appá mañana, ¿puede venir Jay a jugar?

—Por supuesto que sí.

Después de dejar un beso de buenas noches en la frente de mi hijo, camine por los pasillos para ir a la cocina y prepararme algo, pero luego mire a la habitación principal, estaba claro que la relación entre Taehyung y yo no era la mejor, teníamos nuestros roces, pero también me había ayudado mucho, poco a poco el caparazón de amargura y desprecio por nosotros se estaba debilitando, no podía ignorar eso, camine hasta su habitación pero antes de decidir tocar, lo escuche hablando con alguien más, como no podía escuchar otra vez adivine que estaba al teléfono.

—No sé si lo odio, quisiera hacerle, pero cuando intento ser cruel con él termino arrepintiéndome de mis actos, a veces me pregunto si este matrimonio vale la pena.

No pude tocar y tampoco pude quedarme a escuchar, fue claro que estaba hablando de mi con alguien y diciéndole que nuestro matrimonio no valía la pena. Me aguanté las ganas de llorar y ya no fui a la cocina, sino que me recosté en la cama con sus palabras girando en mi cabeza.

Malas decisiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora