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Cuando llegamos a casa, Minji tenia la sala hecha un desastre, colores tirados por todos lados, cartones aventados en los sillones, diamantina esparcida en la sala de centro e incluso podía ver pegamento esparcido en el sillón. Jungwoon estaba a su lado, ambos parecían estar sufriendo tratando de hacer algo con las cajas.

—Appá, le han pedido a Minji una maqueta de su recorrido de la casa a la escuela, pero no se ni siquiera por dónde empezar —Jungwoon me dijo apenas me vio. Me acerque a ellos y Minji ya parecía querer llorar.

—No se como llegar a la escuela, siempre voy en coche —dijo haciendo un puchero con sus labios y formando un triángulo. Pase mi mano por su cabello para consolarla.

—No te preocupes yo te voy a ayudar —le dije y miré a Jungwoon—, ¿ya has terminado tu tarea?

—Me faltan sólo unas ecuaciones, pero Minji no me dejaba concentrarme, sabes que siempre hago la tarea aquí, pero ahora ella invade todo el espacio con sus cosas, pensé que sería mejor que hiciéramos sus deberes antes y luego haría lo mío—Jungwoon parecía un poco molesto. En todo caso era mi culpa toda esta situación, hasta ahora los trabajos que le había dejado a Minji consistían en colorear algunos dibujos, rellenar con pasta, piedras, cosas sencillas y que ella podía realizar. Eso me hizo recordar porque Jungkook no quería que trabajara. Temía que Kim me pidiera lo mismo.

—De todos modos, ninguno de los dos debería hacer la tarea aquí, es la sala y no se ve bien que este todo desordenado— comento Kim, parecía algo irritado, pero tenía que darle la razón—, Jungwoon de ahora en adelante usaras la biblioteca, ahí hay libros que puedes usar para estudiar y hacer tus deberes y también hay una computadora.

Jungwoon asintió, tomo sus cosas y se dirigió a la biblioteca, pero me dejo echado una mirada como si estuviera preguntado si estaba bien, ese era el espacio de Jungkook, no dejaba a nadie entrar ahí cuando se ponía a trabajar o a beber.

—Debería ir a hablar con él, no creo que se sienta cómodo encerrado ahí.

—¿Por qué no?, nadie lo ocupa.

—Era el lugar de Jungkook.

—Jungkook esta muerto Hoseok, en todo caso no creo que le molestara que su hijo heredara su lugar especial en esta casa— probablemente Kim tenia razón, pero aún así, eso no evitaría que Jungwoon se sintiera incomodo—, hablare con él, tu deberías concentrarte en hacer esa maqueta y limpiar este desastre, ya luego buscaremos un lugar donde ella pueda hacer sus cosas sin destruir a la sala.

—Pero no lo vayas a regañar —advertí a Taehyung, me sentía un poco preocupado de que ambos interactuaran, pero tarde o temprano tenían que hacerlo, esta era nuestra nueva vida o no podíamos tratarnos como extraños.

Jungwoon había armado unos edificios con unas cajas de cartón por lo que hice que Minji los pegara encima de la tabla donde estaba haciendo su maqueta. La ayudé a armar más edificios e incluso hice un carrito de papel, señale los lugares más relevantes del trayecto a la escuela y le explique a Minji para que ella expusiera su maqueta en clase.

Cuando termine la maqueta, Minji ya se encontraba dormida, en uno de los sillones, tenia encima de su cuerpo el saco de Taehyung y no recordaba cuando exactamente el saco había llegado ahí, mire la hora en mi teléfono y pasaban de las dos y media, por lo que instintivamente bostece.

—La llevare a su habitación en lo que recoges esto —Taehyung se acercó y cargo a Minji, lo mire sorprendido, pero asentí.

—Está bien, gracias.

Me costó levantarme por la mañana, me sentía más cansado de que costumbre y me uní a desayunar un poco más tarde de lo normal, pero nadie había empezado a comer.

—No debieron esperarme —les hice saber.

—No hay problema, todavía estamos a tiempo —Kim mencionó—, por cierto, en la tarde pasaran a la oficina algunas niñeras para que te entrevistes con ellas y escojas a alguien, también se encargara de apoyarla en sus deberes y así no perturbara a Jungwoon. También he pedido que desocupen una bodega y la adapten para hacer un salón en el que Minji pueda trabajar, sé que me pediste que consultara contigo lo que se haría en la casa, pero es mejor hacerlo pronto y no estar perdiendo el tiempo en discutir por trivialidades.

Asentí a Taehyung.

—Esta bien, no tengo problema con ellos siempre y cuando beneficie a mis hijos.

Me preguntaba en que momento había hecho todo eso, pero me gustaba que fuera eficiente. Después de desayunar, nos dirigimos a la oficina, Min Yoongi ya estaba esperando a mi esposo con una lata de café, siendo muy servicial y todo, incluso actuando con coquetería.

—¿Señor Jung se le ofrece algo? —preguntó después de que dejo de babear por mi esposo y me miró fijamente, su expresión cambiando de coqueta a desinterés.

—De hecho, si necesito algo —que dejara de coquetear en mis narices, pero era que no podía decir—, un café y un poco de pan, necesito algo dulce para darme energías. Si puedes tenerlo listo para cuando llegue, justo como lo hiciste hace rato para mi esposo, seria perfecto.

Yoongi sonrió de oreja a oreja y asintió, me molestaba demasiado su aptitud descarada y estaba seguro que cuando se llegara el momento de votar por quienes se irían de la empresa en la junta de esta tarde, votaría por él.

—Hoseok —Taehyung me llamó, yo apenas estaba encendiendo mi computador para ponerme a trabajar—, Min Yoongi es mi asistente personal, me sirve bien y es eficiente, así que trátalo bien, en lo que te decidimos si tendrás un asistente también.

—¿Perdón?, por supuesto que me doy cuenta que te sirve bien Kim, lo hace ver demasiado obvio, pero no me gusta su actitud descarada.

—Él es así, en mi empresa usamos la política de dejar ser a las personas libres como son, transparentes.

Cuando lo dijo, Kim parecía burlarse de mí. No dije nada más, estaba claro que Min Yoongi seria intocable en la votación de la junta y me dolía, me dolía demasiado que pusiera a esa persona sobre mí, pero después de todo, se trataba de su amante, de la persona a la que seguramente amaba, a la que le entregaba su cuerpo y le decía palabras bonitas, como alguna vez lo hizo conmigo. Me pregunte como era con Yoongi, como hacia el amor con él, a que lugares lo llevaba o si lo había llevado al restaurante al que me llevo a mí, si lo había llevado a su departamento o a hoteles.

Un vaso de café fue puesto encima de mi escritorio y me hizo perder el hilo de mis pensamientos, después Yoongi coloco dos piezas de magdalenas a un lado.

—El señor Kim dice que le gustan las magdalenas, así que espero estas estén deliciosas —miré a Taehyung preguntando en qué momento, pero él no me miro, estaba concentrado leyendo algo en su computador.

Nuevamente mire a Min Yoongi.

—Gracias, puedes retirarte.

Min Yoongi era joven, no pasaba de los treinta años, su cuerpo era delgado, su rostro pequeño, sus facciones delicadas, también tenia la piel de porcelana y seguramente no había ni una cicatriz en su cuerpo. Llevé mi mano a mi vientre, tenia una horrible cicatriz de cuando Minji nació, entonces recordé lo que Taehyung había dicho antes, yo ya no le gustaba, el prefería jóvenes como Min.

—No has probado tu café, en que tanto piensas.

—En ti —respondí por instinto y al ver la mirada sorprendida de Taehyung me arrepentí—, es sólo que, no se si te estoy incomodando, o si no puedes concentrarte por mi culpa.

—No te preocupes por eso, ya te conseguiremos una oficina después, o tu propio escritorio, después de todo esta oficina es enorme.

—Está bien —deje de mirarlo y me concentre en mi trabajo, mientras leía las fianzas que me había hecho llegar Choi a mi correo, bebía un poco de café y disfrutaba de las magdalenas.

Malas decisiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora