Eight

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— ¿Nuvia? — pregunta Aldo, teme la reacción de lo que puede ser su nueva amiga.

— No me lo puedo creer — se forma una sonrisa en la cara de la chica que hace que Aldo sonría. — Serán mi shipp favorito — se levanta de la cama y se acerca a Aldo para después agarrar sus mejillas, el le pega un manotazo pero a ella parece darle igual.

— ¿Entonces?

— No puedo creer que el gran Aldo sienta algo por alguien — ríe, Aldo poco a poco se va enfadando, el es como una bomba con cuenta atrás, a la mínima, ¡boom!

— Nuvia — le llama, ella para de hablar y mira sonriente a Aldo serio, ella no pierde la sonrisa.

Mientras ellos seguían hablando Carrera lo escuchaba todo, se aliviaba de saber que no le gustaba Nuvia. En ese momento ve aparecer Vicky por la puerta.

— Hola Carre — le llama para después sentarse en su cama, mientras él seguía repasando en su escritorio.

— ¿Que quieres Vicky? Intuyo que nada bueno

— Oh vamos — se estira en su cama — Solo venía a decirte algo que puede que te guste — sonríe, Carrera para de leer y se gira para mirarla.

— ¿Qué cosa? — pregunta sin rodeos

— Puede que haya una posibilidad de que puedas salir con Nuvia — tras decir eso Carrera se sienta bien, sabe que Vicky es su mejor amiga y no quiere perder la oportunidad.

— Dime

— Mira como te interesas ahora — ríe mientras se apoya en sus codos. Carrera rueda los ojos pero se acerca con la silla a la cama.

— Al grano Vicky — murmura el chico.

— Ya sabes que Nuvia a veces puede ser demasiado distante pero se que no se resistirá a una salida al cine o un helado, le encantan los detalles pequeños, ella es feliz con poco y lo sabes — le codea y Carrera sonríe, tiene razón, la conoce desde pequeña y a la mínima siempre sonreía, estaba dispuesta a ayudar a todo el mundo.

— ¿Y por qué me estás ayudando? — pregunta curioso, Vicky se muerde los labios.

— Puede que haya una pequeña posibilidad de que le gustes — Dice Vicky mientras Carrera interiormente está gritando y bailando. — A veces esa chica puede ser más misteriosa que el mismísimo Aldo.

— ¿Entonces la invitó a salir? — pregunta algo más emocionado. Vicky asiente mientras le explica varias cosas más.

— Pero tú me vas a ayudar con otra cosa — le guiña un ojo y Carrera asiente.

En la sala de abajo Ari y Juan miran como cantan al karaoke Spreen y Alana, no saben quien canta peor.

— Spreen desafína más que un gallo recién levantado — dice Juan mientras come del helado que ambos comparten, Ari ríe.

— No se quien es peor

Ambos se quedan en un silencio pero Juan lo rompe.

— ¿Tan mala es tu hermana? — pregunta, Ari casi se ahoga tragando, no se esperaba esa pregunta, Juan conocía poco a Ari, pero sabía que su hermana era una completa arpía, es todo lo contrario a Ari, ella es muy dulce.

— No lo sabes bien — murmura — El ultimo día casi me echó de casa, dice que en mi habitación quiere montar un salón de belleza — rueda los ojos y Juan ríe.

— Mira el lado bueno, a ti no te hace falta — le guiña un ojo y Ari se sonroja, Juan ríe.

— Supongo que gracias — susurra mientras Spreen y Alana acaban la canción y se sientan a su lado.

— Su turno — le pasan el micrófono a ambos y comienzan a cantar una canción.

— Mañana lloverá más — murmura Alana con los ojos cerrando hacia Spreen, el frunce el ceño.

— ¿Por qué?

— Cantamos de pena — ambos ríen, tiene razón, son penosos para cantantes.

Spreen en ese momento ve bajar a Carrera y Vicky.

— No creo que se interese por el — le dice Alana — Le interesan más estilo Barca o Osvaldo — sonrío, Spreen la mira raro.

— No me gusta — le dice y se levanta del sofá.

— Tu mirada decía lo contrario cariño — le grita mientras ve como sube las escaleras algo enfadado.

Barca y Osvaldo reían mientras jugaban a la play.

— Oye — le dice Osvaldo al chico de su lado — ¿A ti te gusta Rivers? — pregunta, Barca se remueve inquieto.

— Eh bueno no está mal — dice nervioso, Osvaldo no se percata de eso y lo empuja amistosos.

— Wey, la tienes en el bote, y tú comes de su mano — sonríe.

— Supongo — se encoge de hombros, recuerda lo que le dijo la rubia hace unas horas. — ¿Y esas miraditas a Vicky? — pregunta cambiando de tema mientras sonríe.

— Nah, no son nada — sonríe recordando a su amiga.

— Y esa sonrisa tampoco, vamos, se comen con la mirada — lo codea y el otro ríe.

— Supongo — dice burlón.

Rocio y Rivers se pintaban las uñas juntas.

— Rocio — llama Rivers a su amiga — Te puedo decir algo, Rocio asiente mientras piensa sobre sus uñas de color amarillo, su favorito.

— Claro, dime — murmura.

— ¿A ti te gusta Aldo? — pregunta, Rocio frunce el ceño, no se esperaba eso.

— ¿Puedo confiar en ti? — Rivers sonríe.

— Claro — Rocio también sonríe.

— Si — susurra y Rivers la mira fijamente y se le borra la sonrisa un poco — ¿Por qué lo dices? — frunce el ceño.

— Es que, estoy algo confundida — mira sus pies, Rocio deja el pinta uñas en el suelo y se acomoda.

— No te entiendo Sam, habla claro

— Creo que me gusta Aldo también — confiesa, la castaña se queda seria mirándola — ¿Rocio?

— ¿Te gusta mucho? — Rivers se encoge de hombros y a Rocio le sale su instinto de competencia. — Pues gánatelo, no he estado cinco años con él por gracia — se levanta de la cama.

— Esto no es una competencia Rocio, y menos Aldo es un trofeo — murmura Rivers levantándose, Rocio se acerca a ella.

— ¿No? — tuerce su cabeza — Pues entonces me doy por ganadora — se gira pero Rivers le frena.

— Pero no te voy a dejar salir ganadora tan fácil — sonríen ambas falsamente y sale dando un portazo.

Definitivamente esto se a convertido en una competencia.

𝕰𝖖𝖚𝖎𝖕𝖔 𝖅 • 𝕾𝖙𝖗𝖊𝖆𝖒𝖊𝖗𝖘 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora