Bubble Gum | Hwang Hyunjin | SKZ |

Capítulo 44

Luego de haberle pedido permiso a mi mamá, Jisung y yo nos encontrábamos fuera del instituto, esperando pacientemente a Chaer y a sus primos. Fue un momento donde me sentí muy mala amiga porque, no tenía ni idea de que Chaer tenía familiares que también estudiaban aquí, si ella alguna vez lo había mencionado, fue algo que olvidé por completo.

—Lamento la demora —Chaer finalmente apareció, en compañía de sus primos—. Mi tío nos está esperando igual, así que vamos— nos indicó ella.

Han y yo no hablamos demasiado y solo nos pusimos al lado de la chica y comenzamos a caminar, pero nos detuvimos abruptamente al ver el vehículo al que Chaer se acercó con tanta confianza y del cual, abrió la puerta. Chaeryeong se percató de ello.

—Es de mi tío, él siempre nos recoge —aclaró—. Suban, no sientan pena— nos pidió, pero Han y yo estábamos algo impactados.

—¿Es de tu tío? — preguntó Han, en un susurro.

—Es como las camionetas donde andan los idols— comenté en voz baja. No sabía si había sido apropiado o no, pero esa oración se escapó de mi boca sin poder contenerla.

—Ah, sí... —Chaer se rascó la cabeza—. Solo que a diferencia de las que usan los idols, esta es blanca— dijo con una tierna sonrisa.

—Tiene sentido —concordó Han.

—Es linda —dije antes de arrastrar al chico conmigo al interior del vehículo.

Saludamos al tío de Chaer, el cual nos recibió con mucha amabilidad. Nos acomodamos todos en un asiento y pronto el tío de Chaer empezó a conducir.

Fuimos hablando de cosas que no tenían mucha importancia y honestamente, no fue una conversación tan larga debido a lo corto que fue el recorrido. De hecho, podíamos perfectamente haber ido caminando a la casa de la chica y no habríamos tardado más de 15 minutos. Chaer explicó que su tío solía cuidarlos demasiado a todos y por eso siempre los recogía, a pesar de que el camino fuera corto.

El tío de Chaer nos dejó frente a la casa de esta. Han y yo le agradecimos y nos despedimos antes de bajar de la camioneta.

Las sorpresas no acababan para nosotros, pues si aún seguíamos procesando lo del automóvil, ver la casa de Chaeryeong fue algo que nos dejó aún más impactados.

La casa era hermosa, demasiado y era gigante. Lo que más me impresionaba era esa parte, lo muy espaciosa que era la casa, además de estar bastante bien amueblada.

Conocimos a la abuela de Chaer, la cual saludamos con una gran reverencia debido a lo muy anciana que se veía. Después conocimos a la mamá de Chaer, la señora Lee, la cual nos recibió acogedoramente.

Debo resaltar el enorme parecido entre madre e hija, eran casi idénticas, claramente había una que otra diferencia pequeña, pero fuera de esos mínimos detalles, eran iguales.

—Pueden dejar sus cosas en el cuarto de Chaery, pronto estará la comida. —Nos indicó la señora Lee.

—¿Comida? —Pregunté, porque eso no sonaba a que nos fuera a dar un simple refrigerio o algo así.

—Sí, ¿no tienen hambre? —cuestionó la señora Lee, desconcertada.

Yo estaba a punto de dar una respuesta negativa.

—Sí y mucha —pero mi querido compañero, Han Jisung, respondió con demasiada sinceridad y algo de ansias.

—¡Perfecto! Porque hice bastante comida y espero que la disfruten —comentó muy animada la mamá de Chaer.

Ver a la señora Lee tan feliz por eso, fue lo que me hizo ser incapaz de decirle que en mi caso, yo no tenía hambre. De hecho, en las últimas semanas había perdido bastante el apetito, aunque no era cosa de todos los días, habían algunos días donde tenía demasiada hambre de la nada y comía un montón, pero hoy no era el caso. No sé en qué momento mi apetito se volvió tan inestable, pero es algo que he estado experimentado desde hace un tiempo.