Bubble Gum | Hwang Hyunjin | SKZ |

Capítulo 49

—Me lancé a la autopista por ti, ¿de verdad me vas a tratar así? —me dijo en un tono sereno, en el que era evidente su decepción.

—¿Te pedí que hicieras eso? —le pregunté molesta.

Se quedó en silencioso. Pensé en más cosas para decir, pero no lo hice, sé que estoy siendo emocional. No me quiero dejar llevar, estoy haciendo lo que puedo.

—Sé que no querías hacer eso —aseguró.

Me enojaba ver que lo decía con tanta seguridad.

—No lo sabes —ataqué—. No me conoces, no sabes una mierda de mí, así que no te atrevas a sacar conclusiones.

Hyunjin se acercó a mí y en contra de mi voluntad, me levantó del suelo. Logré estar de pie, pero dolía y no pude evitar quejarme.

Lo miré mal. Me sentía tan molesta con él ahora, más de lo usual.

—Sé que no somos cercanos —reconoció—, pero no tengo dudas sobre lo mucho que amas tus sueños. ¿Te ibas a ir sin cumplirlos? Lo dudo mucho.

Lo miré, haciendo una mueca que reflejaba lo confuso que era esto para mí, ¿de qué carajo está hablando?

—¿Sueños? ¿Cuáles sueños? —sentía curiosidad por su respuesta.

—El baile y la música. Es evidente la pasión que tienes por esas cosas, no finjas que no es así—Hyunjin no mostró mucha emoción al decir eso, pero se notaba que tenía fe en esas palabras.

Reprimí una sonrisa amarga. ¿Qué era esto? ¿Otra broma de Ryujin y sus amigas? ¿O de verdad a Hwang le importaba?

—¿Te refieres a las cosas que causaron que mi vida sea una mierda ahora? —solté con amargura.

Mi respuesta parecía haberle esfumado cualquier esperanza que tuviera.

—Hye, la gente que se burla de ti no sabe nada sobre baile, no saben la diferencia entre do, re, mi, fa, sol o algo más allá. Tus pasiones no tienen la culpa, son las personas.

Sentí escalofríos cuando escuché mi nombre en sus labios. A pesar de lo enojada e inestable que me sentía, aún había espacio para todos los efectos que causa Hwang Hyunjin en mí.

Pero eso no era suficiente para distraerme en este momento.

—Es fácil para ti decirlo, pero te recuerdo que no vives mi vida y no sientes lo que yo siento a diario.

Lo vi en su mirada, parecía no tener más argumentos para cambiar mis pensamientos y decisiones.

Una parte de mí sentía que todo esto se trataba de una mala broma, me costaba mucho confiar, en especial por lo repentino que había sido todo esto; pero cuando me fijé que la mano de Hyunjin estaba lastimada, me sentí mal por pensar así.

Respiré hondo.

—Hyunjin, a lo largo del año nunca he podido entenderte. Eres raro —confesé—. Si tuviera más energía ahora, volvería a indagar en cuál es tu problema conmigo —hablé, más tranquila—, pero no tengo energía para lidiar con esto. Así que gracias por haberme salvado, hiciste tu buena acción del día, no necesito más palabras  o  consejos.

—Hye...

—Nos vemos.

Me despedí e intenté huir lo más rápido posible de ahí, pero fue patético, cojeando no iba a llegar muy lejos ni rápido a ningún lado.

—Déjame acompañarte al metro —lo escuché tras de mí.

—Puedo ir sola, gracias —lo rechacé.