16. Inseguridades

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Tocaron a la puerta... ¡¡No puede ser!! Rin de inmediato se puso de pie y busco con la mirada que diablos ponerse, ni siquiera traía brasier.

Hasta que vio la sudadera de Sesshomaru que se había quitado minutos atrás. De inmediato la tomo y se la colocó. Al menos era lo suficientemente largo para tapar por completo su trasero.

¡Maldición!

Sus pezones aún estaban erectos por el momento tan candente que tuvo... Se veía a través de la ropa, inútilmente trato de ocultarlos con sus brazos y, por último, volteo a ver al peli plata, quien traía una cara de fastidio... y lo entendía.

-¡Sesshomaru, escóndete en el baño! -susurro. Señalando la puerta del cuarto mencionado.

Confiada en que obedecería. Rin volteó y se arregló su cabello rebelde, mientras escuchaba como tocaban por segunda vez la puerta.

Camino hacia ella y tomo la manija, rezando para que no sea ningún supervisor... la abrió y se encontró con nada más ni nada menos que Hyujin, una de sus compañeras coreanas.

Suspiro de alivio... Estaba a salvó.

-¡Hola, Rin! Quería saber si me podrías hacer un favor muy grande -Menciono la chica de cabello corto, con ojos negros.

-S-si, claro. ¿Que necesitas?

-¿Podr deías prestarme tu parlante pequeño? Unas amigas y yo queremos practicar una coreo.

-Por supuesto que... -No pudo seguir, pues sintió unos cálidos labios en su glúteo derecho, provocando que a la castaña se le escapara un pequeño gemido.

Su compañera, quien la percibía de manera rara desde que le abrió la puerta. No imaginaba que la razón por la de su repentino y muy notable estremecimiento, era Sesshomaru.

-D-dame un m-momento... ahorita lo traigo -Cerro la puerta con brusquedad. Mientras se recargaba en esta y se dejaba llevar por un rato... solo serían unos minutos ¿Verdad?

¡No! No podía hacer eso ahora.

Su única neurona pensante le decía que tenía que pararlo. Así que de inmediato se alejó del peli plata, causando confusión en él.

¿Qué rayos? Estaba seguro de que le estaba gustando.

Observó que tomo un pequeño aparato en sus manos y fue a la puerta y se lo entrego a la muchacha. Luego de esto, Rin cerró con cuidado la madera.

El solamente la miraba algo impasible. No podía creer que fueran interrumpidos justo en ese momento. Pero no sé detendría. Obtendría eso que quería de la castaña, sabía que ella deseaba lo mismo y se lo daría sin reparos.

Rin no quería voltearse, no podía creer lo que acababa de ocurrir minutos atrás. Pero debía, no quería continuar con esto, no porque no quisiera si no porque le costaba mucho exponer a la vista su cuerpo, más que todo, su intimidad.

Unas grandes manos recorrieron debajo de la sudadera que traía puesta. Viajando por sus caderas y cintura. No estaba sonrojada, sino lo siguiente.

-S-Sessho... -Un mordisco en el lóbulo de su oreja la hizo guardar silencio, estremeciendo su cuerpo.

Su zona íntima palpitaba y le decía a gritos que ese hombre la hiciera suya de una vez. Pero su cabeza decía otra cosa.

Mientras la inundaba con besos en su cuello, quiso deshacerse de su agarre. Pero era extremadamente difícil llevarlo a cabo. Mentiría si dijera que no le gustaba esto, al contrario. Lo deseaba más que nada, pero... sus inseguridades le ganaban.

Así que después de unos minutos, dió un pequeño brinco lejos de él.

Sesshomaru no entendía nada ¿Iba a querer sí o no?
Las actitudes de Rin en este tipo de situaciones eran desalentadoras. Sabía que era inexperta pero la verdad eso no le importaba. Solo quería hacerla pasar un rato agradable... Un momento que jamás olvidaría. Pero se lo impedía. Lo trataba de lejos y con un palo.

My Peace Is YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora