7. Reencuentro

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No lo podía creer, Sesshomaru estaba allí, en verdad era él.

Kagura resoplo y frunció el ceño y acto seguido, observó a Rin, noto que sus mejillas se tornaron de un color carmesí muy sutil, era obvio, ya lo venía sospechando desde hace rato.

A Rin le gustaba Sesshomaru.

Lo había visto cuando hicieron esa pijamada en su casa, la mayor le empezó a hablar de él y ella la escuchaba fascinaba, como si le estuvieran contando la vida de la persona más interesante de todos los tiempos y además, la menor le había dicho que le parecía muy lindo y guapo, cosa que no le extraño pues todas pensaban lo mismo de el idiota ese.

Pero quería creer que está vez, al menos Rin, no caería tan fácil en las garras de ese maniático promiscuo.

Aún no se lo había dicho, tal vez debería hacerlo, le advertiría que Sesshomaru no es la persona que creía ser, sabía que Rin veía lo más bueno y positivo en cada ser humano, aunque sea un asesino en serie.

Pero es que no quería que ese imbécil se aprovechará de ella como lo hacía siempre con las chicas con las que había estado.

Le advertiría que con Rin, las cosas eran diferentes, y más le vale escuchar, por qué no respondería si le hacía daño a su amiga.

Sesshomaru era un ser carente de empatía y sentimientos, creía que no tenía, o al menos ella había visto eso, siempre que sus ex novias lo descubrían engañandolas, algunas de ellas venían a Kagura para reclamarle, diciendo que ella seguramente sabía de las traiciones del peli plata. Aunque lo supiera, no podía meterse en sus relaciones por qué eso era asunto de ellos, además que sus exs no eran sus compañeras, ni mucho menos sus amigas para preocuparse por ellas o algo por el estilo, solo sentía pena por ellas.

Pero ahora con Rin era diferente.

Está vez haría lo posible por meterle en la cabeza a Rin que él no era alguien indicado para ella, al contrario, Rin era lo más lindo y hermoso que cualquier persona pudiera pedir y Sesshomaru era tan frívolo que no tenía punto de comparación con ella, no le llegaba ni a los talones.

Los movimientos de Rin yendo unos pasos más adelante de ella la sacaron de sus pensamientos.

-¿Rin? -La llamo la mayor.

La menor se volteo para mirarla y decirle.

-Tengo que devolverle la sudadera.

Kagura suspiro y asintio.

La castaña avanzo hasta el barandal de metal, tocandolo con sus manos, estaba muy frío y más el viento que corría en la noche, no ayudaba.

Entonces, lo llamo gritando su nombre.

-¡SESSHOMARU!

...

Había Sido un día monótono y cansado, estaba harto de todo y todos, apenas se terminó la prueba mensual, se fue, salió disparado de aquel sitio, admitía que en los últimos días se sentía sofocado estar tanto tiempo dentro de la maldita sala con todos esos imbéciles, por lo que todas las noches salía al balcón del último piso del edificio, que, porsupuesto, estaba prohibido estar ahí, pero le importaba poco, sentiría que explotaría si se quedaba adentro un minuto más.

Gracias a que conocía a la gente de allí, los encargados le dieron su propia recámara, no tuvo que compartir su habitación con alguien más, no le gustaba la compañía, necesitaba su propio espacio, odiaba la idea de despertar y tener a alguien al otro lado del cuarto.

Por lo que había pagado un buen dinero por ello, lo cual no era permitido, pues nadie podía escoger o comprar una habitación para si mismo, los encargados no tenían permiso para esas cosas pero debido a que ya conocían a Sesshomaru, terminaron accediendo, y más si les ofrecían dinero, al chico de ojos ámbar no le importaba, todo sea por su soledad.

My Peace Is YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora