Es ella, y no otra.

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Le abrazo, y le miro con entre pena y ternura.
-Hey...-le digo levantándole la barbilla- dime que ha pasado.- le digo con mucha ternura. Quita la mirada de donde quiera que esté mirando, y me mira. Sé que solo se pondría así por algo muy grave, ella no es de esas que se derrumban tan rápido. Siempre, primero, hace todo lo posible para salir adelante. Pero...¿porque estaba así? Le acaricio el brazo. Quiero que sepa que estoy ahí por y para ella, que si me necesita, me tiene. Quiero hacerle saber que sea lo que sea, voy a estar con ella. Y que no hace falta que me busque para encontrarme. Que me tiene sin necesidad de buscarme.
-Hugo...- es la primera palabra que pronuncia desde que la he visto. Y de la forma en que pronuncia mi nombre no suena nada bien. Lo dice con ganas de llorar, más, quiero decir. Y no me gusta nada verla así. Le vuelvo a mirar con ternura.
-Tranquila cielo, tomate tu tiempo, ¿vale?- le digo acariciándole la pierna- estoy aquí. - se le cae una lágrima. Y una trás otra. Le miro con muchísima pena y le vuelvo abrazar, pero esta vez no me voy de su lado. Le abrazo tan fuerte hasta poder sentir su alma y llenar ese vacio interior que tiene. Hasta que deje de llorar. No para de llorar en mi hombro. A mi sinceramente, se me rompe muy mucho el corazón de oirla así. ¿Que le puede pasar para que este así? Le miro
...y joder, estoy asustado. No sé que tanto le habrá pasado para que este así. Le acaricio el pelo, termina el abrazo y se separa de mi.
-Gracias- consigue pronunciar. Con una voz ronca y quebrada. Le intento tranquilizar y cuando ya está calmada, le vuelvo a preguntar.
-¿Que ha pasado?- le pregunto ya procupado. Niega con la cabeza mientras sigue cayendo sus lágrimas...mira al suelo con una mirada demasiado pérdida, que nunca había visto en ella. Enredo mis manos con las suyas. Ni si quiera sonríe, solo tiene la mirada, la cabeza, y todo un poco perdido en no sé donde.
-No sé que hacer Malú- le digo acariciándole el pelo mientras le miro- las cosas son difíciles, eso tu lo sabes, pero hay que seguir adelante, ¿vale?- le digo sin tener ni idea de lo que podía ser. Solo quiero que deje de llorar y vuelva a sonreír como antes. Que éste bien. Se toma su tiempo, no puede hablar, creo. De hecho parece que le cueste hasta respirar. Ni si quiera ya le brillan los ojos, ha perdido su brillo de tantas lágrimas.
Me mira fijamente a los ojos, por primera vez en la noche. Parece que se sienta vacia por dentro. Le acaricio las manos. Cuando ya sé siente mucho más calmada, me mira y suelta un suspiro.
-¿Y que...- dice con su poquita voz en mitad de la noche. Escucharla hablar así mata. Lo juro.- ¿y que se hace cuando ya no hay nada por lo que seguir adelante?- me pregunta con unos ojos que, sinceramente, es que me rompe el alma a pedazos. Joder. Es preciosa aún llorando, lo es, os lo juro. Me mira y sé que me esta pidiendo ayuda solo con la mirada. Por favor, que alguien le diga que tiene unos ojos preciosos aunque esté triste.

-Malú...- le respondo a su pregunta. Creo. Porque eso no lo sé ni yo. Y vosotros, ¿que hacéis cuando no os queda nada a lo que aferrarte para salir adelante? Le miro a los ojos y sé que le quiero. No hay más
-Malú...-vuelvo a repetir. Me mira. Creo que casi sonríe. Tengo su boca a centímetros de la mía. Sé que ya es un poco más fuerte teniéndome al lado.
-Hugo...- me responde. Sonríe un poco. Os prometo que no hay nadie ni nada como ella. Sencillamente es única. Tiene algo en ella que no lo cambiaría nunca. Aún estando lo más triste del mundo, todavía puede mirarte y sonreírte. Aunque sea un poco. Aún puede mirarte y que le quieras. Le quiero cada día minuto que paso a su lado un poco más. O incluso segundo. Con ella todo va mas rápido de lo normal, se me pasan las horas volando. Y es que le admiro sin necesidad de que haga nada. Sonreímos. Y le beso, se le vuelven a caer las lágrimas. Pongo mi mano en su cuello.
-Tranquila- le digo en su oído. Tiembla un poco. Y no sé si es por el frio, por llorar tanto o por tenerme ahí a su lado.- vamos a entrar en casa, ¿vale?- le digo con una sonrisa y con una mirada de complicidad. Me levanto y me mira desde a bajo.
- ¿No está pablo y paula? - me pregunta con una voz que parece que tenga miedo hasta hablar por romperse la voz.
-Da igual. Seguro que se han ido- le digo dándole la mano para levantarle. La coge y se levanta. Se queda pegada en mi cuerpo, la tengo agarrada y le miro a los ojos. Le vuelvo a sonreír. Y le doy un beso.
-Vamos- le digo. Abro la puerta de mi casa, parece que no hay nadie. Enciendo la luz del salón y no hay nadie. Voy a las habitaciones, bien. No han venido todavía o no vendrán, sabe dios.
Se sienta en el sofá y le doy un café. Me siento a su lado.
Hace un rato que ya ha dejado de llorar. Realmente no sirve de mucho, no va conseguir que cambie lo que ya ha pasado. Pero ella así se desahoga...
-¿Estas bien?- le pregunto mirándole mientras le levanto la barbilla. Me mira pérdida y sin saber que hacer.
-Hugo- me dice por primera vez en la noche, demasiado directa. Seria. Y ahora ya serena. - ¿que se hace cuando no puedes evitar que alguien se muera?- me pregunta. Abro los ojos. Algo ha pasado y no bueno. Le miro sin saber que decir, porque yo no sabría que hacer. De todo se sale, menos de la muerte. Ya me está asustando más de lo normal.
-No lo sé...- digo mirando a los lados.- supongo que intentar ser feliz con eso y acostumbrarse a que esa persona ya no va a estar en tu vida.- me mira seria. Demasiado seria. Ya no llora. Normal...ni si quiera sé como le pondrán quedar lágrimas. Esta realmente rota y se nota tanto que me duele verla por primera vez así.
-¿Eso? - dice con la voz mas pequeñita del mundo y intentando no llorar. Traga saliva y me mira mordiéndose el labio para no llorar.- ¿como coño se puede ser feliz sin alguien que lleva toda la vida contigo? - me pregunta mientras una lágrima resbala de sus ojos.
-Se puede ser feliz. Hazme caso. Pero no llores más, te va a doler la cabeza de tanto hacerlo.- le digo mientras le miro preocupado. Se queda en silencio y bebe un poco de café. Me quedo mirándole y se acerca a mi, le abrazo y se refugia en mis brazos.
-¿Me lo vas a contar?- pregunto mirando a la nada. Ya no tengo su mirada delante.
Me mira ahora, y sé que no tiene ganas de hablar de ello. Le entiendo. Simplemente con la mirada ya me ha dicho mucho.
Le miro y le sonrío.
- Puedes contar conmigo cuando no cuentes ni contigo.- le digo mirándole. Levanta la cabeza y me mira. Se queda callada. Y me da un beso. Pronuncia un 'gracias' casi que ni sé escucha. Y me muero por ella, sin más.

Quiero saber que ha pasado, porque coño esta así. Porque parece la persona más débil del mundo, cuando hace dos días parecia la más fuerte. Sé que no sé trata de una tontería. Si está así es por algo fuerte. Le acaricio y comprendo su silencio. Sé que lo está pasando mal, no quiero agobiarla. Que me lo diga cuando me lo tenga que decir. Cuando éste bien. Y sin más, con todo el dolor en el pecho, se duerme. Escucho su respiracion en mi pecho, y eso me encanta. Ella en si me encanta. Me la llevo a la cama, ya que el sofá es un tanto incómodo. Ni si quiera sé como se ha podido dormir ahí. La pongo en la cama y le tapo, yo me pongo a su lado. Y finalmente me duermo. Es tan bonita que me encanta cada silencio suyo. Cuando mira a un lado, luego me mira y sonríe. Y achina sus ojos. Creo que es una de las cosas que más me llenan de ella. Eso y su boca cada vez que besa la mía. Sé que es ella y no otra. Y es la mujer de mi vida, lo sé por como soy yo cuando estoy con ella, y por lo que no soy cuando no estamos juntos. Sin ella soy solo un zombie...

El amor es conocer el cielo y el infierno con esa persona, saber que nada es fácil y aún así, no dejarla ir nunca. Y sea lo que sea, no la dejaré ir nunca. O eso intentaré. Le quiero, posiblemente es pronto para saber eso, pero con nadie me había pasado todo esto. Nadie me ha hecho sentirme la persona más afortunado del universo solo por tenerle a mi lado. Es ella, y no otra. Y punto. La forma en la que sonríe es tan letal. No sé, con ella me siento bien. Me encanta, y como ella no hay ninguna. Es mi única fortuna. Y cuando me mira...cuando nos miramos, no sé, es un cruce de mirada que por más que quisiera no podría explicarselo a nadie. Se para el tiempo...de amor sé puede parar el tiempo. Y le escojo a ella porque es la única que me hace sentir algo diferente. Algo especial.

¿Y sabéis? No es lo que queremos sentir, sino lo que sentimos sin querer. Y por más que queremos, no dejamos de sentir.

Mi vida en ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora