°• Capitulo 14•°

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Emily Luna...

28 Años antes...

Mire el anillo que estaba en mi dedo medio, el anillo era de plata y este brillaba más que nada, luego volví a mirarme al espejo y Vi mi rostro de nuevo.

Mi vestido negro hablaba por si solo y como estaba por dentro, mis tacones era lo único que se escuchaba mientras caminaba al auto de Jean, ninguno dijo nada.

Estaba con un vestido de mangas largas, hombros descubiertos, un poco pegado pero lo suficientemente ancho para verme decente, unos tacones no tan altos, mi pelo iba recogido en una cola baja, y solo llevaba una rosa en mano.

Jean me miraba de reojo de vez en cuando pero no decía nada, el prefería estar en silencio, y al llegar, ví motos afuera, autos, y personas, el fue muy conocido, lo que no fue conocido fue su vida.

O en lo que yo lo metí.

Deje a Jean entrar primero yo necesitaba encender un cigarrillo, lo hice y le di una calada y veía como el humo se perdía, no podía pensar en nada más que no fuera en lo que el me dijo, y que era mi hermano y nunca pude hacer nada por el.

Y al terminar lancé la colilla lejos, di unos cuantos pasos a la entrada y todos se callaron, antes de llegar escuché como hablaban pero al sentir mis pasos todo fue silencioso.

Abrí con ambas manos la puerta, y al entrar nadie hablo, todos se pusieron de pie desde el que tenía más dinero, hasta el más pobre, desde el más joven, hasta el más viejo, unos agachaban la mirada sollozando, otros solo me veían fijamente, y pocos eran los que entendían el porque no derrame una sola lágrima.

No es porque no me duela.

Es que el mismo me enseñó a no llorar.

Daba pasos firmes, mis pequeños tacones resonaban en esa grande sala, todo murmullo y habla fue callado por mi caminar, iba lento y mirando al frente sin embargo, podía sentir muchos ojos sobre mi.

Y cuando llegue a la urna solo estaban mi madre, Jessica, la madre de Jonh y Cris.

Jean y Reidar estaban cerca.

Ninguna dijo nada, se hicieron a un lado para ver a Jonh.

Se veía tranquilo...

Ya no vería esos hermosos ojos azules color cielo.

Saque un cigarrillo y lo puse envuelto en sus manos, uno de sus peores vicios.

Bese su frente dejándole un pequeño rastro de labial, acaricie su cabello, estaba frío.

Y ese mismo día ordene el entierro.

No quise ver más, el que estaba bien, y el que no pudo llegar pues fue tarde.

Ya era suficiente de todo.

Y nos encaminamos al cementerio.

Vi como Jean, Cris, Reidar el padre de Jonh cargaban la urna.

Yo solo iba detrás y su madre iría al frente.

Mi hermana me tomo y entrelazó su brazo con el mío y nuestra mamá iba a nuestro lado, caminábamos por ese cementerio con una gran tristeza, todos lloraban, pataleaban y la única que no hizo nada de eso fui yo.

.+•°El Diablo No Negocia °•+.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora