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Cómo resultado del libro entregado por los dioses, Merlon logró elaborar la poción requerida, aunque necesitó ayuda de su séquito y de los guerreros de Karmaland, puesto que los ingredientes no eran para nada normales

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Cómo resultado del libro entregado por los dioses, Merlon logró elaborar la poción requerida, aunque necesitó ayuda de su séquito y de los guerreros de Karmaland, puesto que los ingredientes no eran para nada normales. El anciano, no dudó un minuto en suministrar la poción al joven Omega, primero en las heridas abiertas, seguido de una vía que combinaba el medicamento con la sangre del castaño.

Aunque en repetidas ocasiones se encargó de releer la receta entregada por los dioses, en caso de haber cometido el más mínimo error. Se encargó que cualquier contacto directo al castaño fuera suyo, temía que un tercero mandara su trabajo a la basura, se mantuvo días despierto hasta lograr estabilizar al pequeño ángel.

También realizó exámenes a cuerpo completo del castaño, encontrando así una pequeña raíz de lirios que ya estaba prácticamente seca, la cual retiró a través de lavados en el interior del Omega. Después de sacar al menor del estado crítico, permitió a los demás médicos y magos revisar al castaño, pero aún así se debía hacer con sumo cuidado.

Pidió ayuda a un par de colegas, esto incluyendo al alfa de los guerreros, puesto que había un pequeño inconveniente que a pesar de su pesado trabajo, no mostraba mejoría.

¿Cuál era el pequeño inconveniente? El castaño no mostraba signos de despertar, por el contrario, mostraba signos de cada vez dormir más profundo.

Merlon decidió hablar esto con los dioses, recibiendo un pequeño cumplido por el buen estado del castaño, al parecer, los dioses estaban contentos por ellos, pero por el estado de letargo se mostraron relajados.

Terminaron dando su bendición a la espera del despertar del pequeño ángel. Aunque aún la noticia no fue pronunciada a los guerreros de Karmaland.

Y esa era su mayor preocupación.

Los guerreros de Karmaland cada día se encontraban mejor, físicamente

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Los guerreros de Karmaland cada día se encontraban mejor, físicamente.

Porque la duda los carcomía por dentro, Merlon había pasado horas y días encerrado, velando por la salud del castaño, solo había interactuado con ellos para mandarlos en busca de unos materiales de nombres extraños y extensos. Después de traerle los minerales, el se volvió a encerrar, y está vez, sin el gran número de magos de la vez anterior.

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