¿Que harías si el amor de tu vida solo juega con tus sentimientos? Exacto, morir.
•Cubitos, no streamers.
•Si no te gusta, tienes la libertad de no leer.
•Enfermedad ficticia.
•Omegaverse.
-Luzu Omega Tigre
-Veg Alfa Lobo
-Quacks Alfa Pato
-Rub Omeg...
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"Quackity..." Llamó el Omega, que se encontraba acurrucado en el pecho del alfa.
"Dime Lusu.." Un adormilada respuesta fue escuchada, haciéndolo reír suavemente.
"¿Qué somos?" El mayor había decidido ser directo, sus sentimientos lo estaban consumiendo (Literalmente) por lo que deseaba una respuesta sincera y directa, no importaba si no era la respuesta que el añoraba.
"Bueno..." Se tomó unos segundos para meditar, observando al bello Omega entre sus brazos, habian muchas cosas que deseaba expresar, y mirarlo hasta el fin de los tiempos no solucionaría nada "¿Qué quieres que seamos? Yo estoy dispuesto hasta ir al inframundo por tí Lusu, pero necesito preguntarte a tí antes, esto es una decisión de pareja, no mía".
"Quiero... Quiero ser tú Omega, es muy atrevido, pero es lo que yo quiero ¿Tú qué quieres? Dime la verdad, no deseo la respuesta que me haga feliz, quiero tu sinceridad" Apretó sus manos en las ropas del menor, cerrando sus ojos aguados y tristes.
"Deseo ser tú Alfa, créeme que lo deseo, pero no deseo marcaré, seamos compañeros, quiero conocerte más y quiero que tú me conozcas más".
"Creo que es lo mejor... Te amo Quackity, pero no deseo amarrarte a mí, esperemos, mi Omega me está odiando por decir esto" Una suave carcajada salió de los labios del mayor.
"Ni lo digas, el cochino de mi alfa no me va a dejar dormir por no marcarte, pero que no te marque no significa que no te ame, te amo mucho Lusu" El híbrido pato se hundió en el aroma del tigre Omega, buscando mimos entre los cálidos brazos.
Aquella mañana se dedicaron a repartir besos en toda la extensión de sus cuerpos, no, no fue sexual, fueron solo besos repartidos cómo una lluvia en verano, refrescantes, pero a su vez tan cálidos que no había necesidad de palabras.
Unieron a los patitos a su pequeño nido de amor, quienes buscaron el centro de las figuras de ambos cambia formas. Repartieron íntimos contactos, el Alfa pelinegro repartió besos hasta el hartazgo, en el limpio cuello del castaño, besos dulces que extinguían los sentimientos florales del pecho del mayor.
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