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Soy un alma benevolente.

Habían cerrado la puerta de la habitación con la idea de no ser molestados por sus hijos emplumados

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Habían cerrado la puerta de la habitación con la idea de no ser molestados por sus hijos emplumados.

La ropa lentamente comenzó a sobrar, el castaño se encargó de quitarse a sí mismo las prendas, de una manera que terminó por aumentar más el libido del híbrido de pato.

Observó embobado cómo la piel tersa del castaño se iba exponiendo poco a poco, mientras él comenzó a quitarse también sus ropajes, con la idea de estar iguales. El castaño al terminar de quitar sus ropas, tomó las manos del menor para pasearlas por su cuerpo, mientras el dejaba suaves besos en el cuello del alfa.

Quackity no dudó ni un segundo en recorrer el cuerpo del castaño con sus manos junto a una mirada llena de un amor profundo y eterno. Respondió buscando los labios del castaño, agitando felizmente sus alas cuando lo sintió ronronear contra su pecho.

Acostó suavemente al Omega castaño, y se puso a observar con detenimiento su cuerpo desnudo. Debido a la nula exposición al sol, su cuerpo era tan blanco como la nieve, y tan terso cómo la seda, incluso con las cicatrices de su torso y brazos, las cuales exploró y beso con cariño, su cabello se veía excepcionalmente despeinado, además de estar pegado a su frente ligeramente sudorosa, ambos orbes le miraban con un amor único, mientras una sonrisa resguardaba en los labios del bello Omega.

Las vistas del castaño también eran exquisitas, podía apreciar el cuerpo desnudo de su alfa, y su Omega era incapaz de detener su ronroneo provocativo, su piel había sido besada por el sol de forma ligera, además de mantener ligera cicatrices por todo su cuerpo, incluyendo aquella en su ojo izquierdo, su cabello negro se veía tan despeinado como siempre y sus alas se estremecían con el contacto visual mutuo.

Su ronroneo aumento aún más cuando el menor se colocó sobre él, besando todo su ser, cosa que el respondió con besos en la cicatriz de su rostro, caricias en su cabello y en la base de sus alas, esto de forma sensual y pacífica.

No quería admitirlo, pero el menor era inexperto en el área sexual, su alfa era el puto amo en el sexo, pero lo que iban a hacer no era sexo convencional, era amor, y eso no tiene una fórmula escrita.

Se estremeció al sentir como el castaño juntó sus erecciones, esto acompañado de una risa risueña, con amor, juntaron sus frentes al sentir el juego del mayor, frotó con suavidad los miembros erectos, acariciando por sobre todo, la punta de el miembro del menor.

El menor, sin poder mantenerse quieto, dirigió su mano derecha a la entrada del Omega, trazó círculos alrededor de la entrada, aún sin meter sus falanges. Luzu no podía dejar de ronronear y gemir ligeramente, hasta que sintió el suave ingreso de los falanges del menor, alzando suavemente la voz sin querer.

Continuaron estimulando el uno al otro, entre besos cariñosos y palabras dulces cargadas de verdades. El moreno observó con curiosidad el pecho de su Omega, y sin poder resistir, comenzó a lamer como un cachorro hambriento.

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