Si Sobrevivimos // Finn Wolfhard [✔️]

E P Í L O G O

Había personas reunidas en una sala, todas tenían conocimiento del experimento SMV1 al haber sido partícipes de su creación, incluidos los padres de Isabela y Aidan Gallagher. 

—¿Quién salió de la zona? Esa alarma estuvo sonando por quince minutos —preguntó la madre de ambos, tenía un fuerte dolor de cabeza a causa del sonido ensordecedor de la alarma.

—Un grupo de chicos, todos amigos —respondió un hombre observando las cámaras minuciosamente, pero por la hora no se lograban distinguir bien los individuos que se dieron a la fuga. 

—¿Qué fue lo que pasó esta tarde? No hemos sabido ni un solo detalle de los acontecimientos —El señor Gallagher tomó asiento en una silla pasándose dos  dedos por la sien izquierda.

—Un caso de contagiados asintomáticos —La sorpresa por parte de los que no tenían conocimiento de aquello fue incontenible, según sabían todo contagiado se transformaba. 

—¿Asintomáticos? Saben quiénes fueron, ¿Verdad? —La señora Gallagher apoyó sus manos sobre el escritorio decidiendo ignorar el palpitar de sus sienes. 

—Dos jóvenes, chico y chica.

—Denos los nombres, pueden ser peligrosos en este lugar —Demandó el padre de ambos.

—Finn Wolfhard e... —La mujer pasó su mirada por ambos antes de proseguir con la información soltando un sonoro suspiro—. Isabela Gallagher. 

—¿Nuestra hija? Díganos que eso no la puede matar, que eso no la va ir matando lentamente —La madre se acercó a ella exaltada.

—No creemos que eso sea posible  —Ambos miraron al hombre que se encontraba frente a su computadora—. Su comportamiento es demasiado común, no lo demuestran demasiado.

—Déjenos verla ahora mismo —demandó el señor Gallagher. 

—Eso no será posible —Todos dirigieron su mirada a la puerta que acababa de ser abierta. 

La directora del proyecto SMV1 acababa de entrar en el salón con un portátil bajo su brazo, igual de impecable qué siempre a pesar de la hora y con una mirada llena de frialdad, capaz de ponerle los vellos de punta a cualquiera.

—¿De qué habla? ¿Por qué no podemos ver a nuestros hijos? —La madre de los chicos la miró confundida. 

—Porque fueron ellos quienes salieron de la zona, sus hijos y sus amigos fueron quienes activaron la alarma —explicó la mujer sentándose y encendiendo el portátil. 

Los padres de los chicos estaban consternados, habían aceptado participar en el proyecto SMV1 pero jamás creyeron que su hija terminaría contagiada, y no sólo eso, que sería asintomática. 

La directora les enseñó a todos un vídeo grabado en tiempo real de las cámaras de seguridad de la ciudad vecina en donde se veía a un grupo de adolescentes corriendo por las calles y los señores Gallagher reconocieron a sus hijos.

—Están fuera de nuestro alcance, si alguna otra ciudad se entera de lo que ocurrió en Vancouver se pondrán en nuestra contra —La directora volvió a tomar el portátil para buscar otro vídeo. 

—Pero necesitamos hablar con nuestros hijos —pidió la madre.

—¿No pudieron hablarles cuando estaban en cuarentena? —cuestionó la directora, el veneno destilando de sus palabras—. Si fueron transferidos aquí fue porque ustedes pasan más tiempo en esta zona. Pasaron tres meses y no sacaron el tiempo para hablar con ellos, lo siento, pero no puedo hacer nada ahora.

Antes de que alguno dijera una oposición la directora les mostró fotografías sacadas del video de Isabela y Finn atacando a Louis.

—Esta es su hija —informó la directora. 

Ambos padres observaron con horror el cambio de su hija, su hermoso rostro se veía deformado por el color carmesí de sus venas, su labio abierto y su párpado pareciendo rasgado.

Les siguió una serie de imágenes que mostraban la fuerza sobrehumana que ambos poseían, lo rápido que se recuperaban de las fracturas y la agilidad con que contaban. 

—Este era el efecto que buscábamos al crear el SMV1 —Miraron a la directora atonitos por la indiferencia a lo que ambos presenciaban—. Queríamos que el ser humano fuera más fuerte, más ágil, mejorar sus sentidos. No esperábamos sus cambios físicos, pero podemos decir que ellos son sobrevivientes al experimento SMV1.

Ambos señores Gallagher se miraron arrepentidos, no querían que sus hijos terminarán con ese virus, mucho menos su hija mayor.

Pero ya no había vuelta atrás, ellos cometieron ese error y ahora no había nada que pudieran hacer y se arrepentían profundamente por eso.

F I N