Capítulo VIII

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Después  de dos capítulos leyendo el pasado, retomamos el presente.

¡Aclaración! Para evitar confusiones este símbolo (*) representa el cambio de narración de presente a pasado, o pasado a presente según corresponda.

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—¿Cómo te sientes? —preguntó Jeff, extendió una botella de agua a Barcode mientras esté se ponía de pie con lentitud.

—Como el saco de boxeo de la vida —Jeff sonrió. Le costaba recordar que debía estar enfadado con Code, no riendo de sus chistes y sintiéndose, aunque no debería, bien al verlo pelear con todos los síntomas post borrachera. —Anoche se sintió bien. Sabía que todo lo que hacía estaba mal, pero no me importaba. Además de toda esa felicidad que apareció de repente.

—Sí, bueno. Si tan solo no hubiese comido más de un brownie de marihuana, y no hubieses bebido alcohol, justo ahora estarías bien. Solo relajado.

—Sé que estás molesto pero podrías por favor no parecer feliz de verme con la cabeza en el retrete. Ya tengo suficiente con el malestar que tengo.

—Debes pagar las consecuencias de tus actos. Especialmente después de hacerme mentir a tu madre.

Barcode se apoyó en Jeff y volvió a la habitación para acostarse, su visión era borrosa y ni recordaba la última vez que había visto a Jeff de verdad y no la versión inestable que estaba frente a él.

Jesse apareció en la habitación con el desayuno que Jeff le había pedido que comprara, para él no era extraño ver a Code en casa aunque desde que se levantó esa mañana, había notado un cambio obvio en la dinámica de los amigos. No preguntó porque sabía que su hermano no le diría nada, Jeff podía ser reservado cuando y con quien quería.

—¿Sigues vomitando?

—Sí.

—Eso puede quitarle el romanticismo a cualquier cosa —Jesse levantó la ceja esperando a que alguno de los dos negara su comentario, pero no recibió nada a cambio. —Bueno, mejor me voy. Pensé que sí, pero me acabo de dar cuenta de que no necesito saber que pasa a aquí.

Jeff rodó los ojos y continuo en silencio, había pasado toda la mañana   cuidando de Barcode y revisando las redes sociales en caso de que alguien lo haya capturado en el club. Por fortuna no había sido así, de lo contrario ya todos lo sabrían.

—P'Jeff,tu hermano...

—Solo esta siendo idiota, no tienes que preocuparte por eso.

No había sido una noche fácil, entre los mareos y los arranques extraños de felicidad y valentía, las horas se convirtieron en toda una cruzada. Hubo un momento durante la mañana, al despertar, que Jeff perdió la concentración cayendo una vez más en lo que se prometió no volver a hacer durante la noche.

Solo había sido un beso, no pasó a más. Aunque tal vez se debiera a la mala maña que tenía Jesse de abrir la puerta sin llamar primero, solo había pasado un segundo desde que se había separado y en sus rostros se notaba la vergüenza de lo que habían estado haciendo.

Jeff no lo diría en voz alta pero esperaba que su hermano se fuera pronto, era mejor mantenerlo fuera en caso de otro desliz.

*

Jeff nunca se había perdonado su imprudencia de esa noche, o los días que siguieron después de ese, jamás debió ceder ante Barcode sabiendo el estado en el que se encontraba. Estaba mal, era erróneo en todas las formas posibles. Y ahora, sus equivocaciones del pasado insistían en acecharlo en el presente.

—El policía sospecha que estuve bebiendo esa noche. —Barcode se frotó el rostro con frustración—. Fui descuidado al hablar y ahora tiene algo más en tu contra, fui muy estúpido. Perdóname, Jeff.

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