Escándalo

Capítulo I

Barcode nunca llegó a imaginar que su vida se convertiría en el caos que era en ese momento. Con todos los flash sobre él, haciendo preguntas que no podía responder, acusando a la persona que más había amado de haber cometido actos innombrables.

Esa noche, mientras un equipo de seguridad lo escoltaba hacia el vehículo que lo llevaría a casa, se acostó en su cama y dejó que su sueño viajará al momento en el que todo comenzó a cambiar.

Por ahora, prefería refugiarse en los buenos recuerdos. Por la mañana pensaría en una estrategia para salvar su carrera, en una forma de acercarse a él e intentar solucionar todo lo que acababa de explotarles en el rostro.

*

Estaba en su clase de música como todos los viernes por la tarde, intentaba cantar y tocar una melodía al mismo tiempo, le resultaba imposible porque solo llevaba unos meses de lecciones de guitarra y no era muy bueno en ello.

—Muy bien, Code,es tu turno.

Dejó lo que estaba haciendo para ir con el profesor e iniciar su practica con la canción oficial de la clase. En unas semanas tendrían una pequeña presentación en la escuela, todo el grupo de música se había esforzado por dar lo mejor de sí.

Barcode se paró frente a la cámara consciente de que el video se usaría para comparar sus progresos de acuerdo a la última grabación, si resultaba que había ido hacia atrás en lugar de avanzar, se sentiría como un idiota.

—Excelente, como siempre —dijo su profesor una vez terminó de cantar.

Unos días después descubrió su video en la cuenta del profesor, no estaba solo, otros compañeros habían sido subidos a la plataforma como una muestra de lo que vendría en la presentación. Lo que no llegó a imaginar, ni siquiera en sus sueños más locos, es que ese video se haría viral y llegaría a las manos de u hombre que cambiaría su vida.

*

Barcode despertó enredado en las sábanas, sentía el cuerpo más pesado de lo usual y un fuerte dolor de cabeza que le impedía abrir los ojos. Hacía mucho tiempo que se había mudado a ese apartamento, quería vivir solo y experimentar un poco de libertad y de la afamada vida de adulto, tener un lugar donde esconderse y no ser juzgado. En esos momento, una parte de él lamentaba su decisión.

Si tan solo la noche anterior le hubiese pedido al equipo de seguridad que lo llevara a casa de sus padres, no se sentiría tan solo como en ese momento. Pudo haber despertado a solo unas puertas de distancia de su hermana, bajado a desayunar con sus padres y haber escuchado una retahíla de como todo estaría bien, como se solucionarían las cosas y en poco tiempo todo volvería a la normalidad.

Barcode tal vez no lo creería, pero se sentiría bien al escucharlo. Sin embargo, estaba solo en su departamento y el espacio nunca le pareció más vacío que esa mañana.

Su teléfono no dejaba de sonar, tenía miles de notificaciones que no quería atender, correos que responder y mensajes de apoyo que deseaba ignorar por el momento.

Se quedó en la cama pensando en todos los compromisos que habían sido cancelados, la enorme y vacía semana que tendría libre y que no había experimentado en varios años. Siempre trabajando, componiendo, actuando, estudiando, siempre haciendo algo. Ahora no tenía nada en lo que ocuparse.

—¿Dónde estás?

—Aquí.

Amin, su representante, apareció en la puerta de su habitación con el ceño fruncido y un manojo de revistas en sus manos. Las imprentas habían sido veloces al publicar el chisme de la semana.

—¿Vas a regañarme?

—Cuando esto sucedió no estabas bajo mi cargo, no te conocía más que como una estrella en ascenso. Sin mencionar que solo eras un niño de 17 años.