Escándalo

Capítulo VII

Barcode no sabía como había dejado de llorar, pero ya no había ni una sola lagrima en su cuerpo que pudiese soltar en ese momento. Se sentía humillado, dolido y profundamente insultado. Se acomodó lo suficiente para que Jeff relajará la presión sobre sus hombros, una vez libre de ella se estiró y presionó el botón para detener el ascensor.

—¿Ahora qué estás haciendo? —susurró apartándose de él—. Barcode estoy cansado, ya no quiero seguir discutiendo. Por favor, solo vamos a casa  y dejemos esto para después.

—No. No. —Barcode negó con la cabeza al restregarse el rostro para eliminar los rastros de las lágrimas—. No hasta que entiendas que yo soy real, Porschay no lo es. Yo conozco la diferencia entre lo real y la ficción, y mis sentimientos no lo son.

—¿Cómo lo sabes? ¿Cómo puedas estar seguro de no estar mezclando las cosas?

—Puede que no tenga experiencia en la actuación como ustedes, pero me conozco muy bien, y pensé que tú lo hacías igual. —Barcode se apoyó en la pared soltando un suspiro, sentía que la sobriedad había aparecido solo para joderlo todo y ahora se veía en la obligación de ser racional sin tener una excusa para su mal comportamiento—. Lo único que pasa aquí es que estas renuente a entender que ya crecí, que ya no soy un niño.

—No es eso —dijo con frustración.

—¡Claro que sí! Tú nunca vas a dejar de verme como un niño, tu Nong, tu proyecto.

—Ya te dije que no es así.

—¿Entonces que es? Jeff te aseguró que ya no soy tan inocente como al principio. Desde que nos conocimos...

—Barcode, ya cállate ¿quieres? Cuando vuelvas a ser el chico racional que yo conozco, vas a entender lo descabellado y problemático que es lo que estás sugiriendo.

Jeff estaba acostumbrado a Barcode y la forma en la que pasaba de cero a cien en cuestión de segundos. En un momento podía estar tranquilo, y al siguiente ir brincando por doquier; podía estar adormilado, y despertar con una ocurrencia que dejaría a todos pensando; Barcode, simplemente, podía ser tímido un segundo y al siguiente irradiar toda la confianza del mundo. Así era él y Jeff había tenido casi dos años para acostumbrarse a la dualidad de su amigo.

No le sorprendía que el adolescente ya estuviese calmado, sin derramar lágrimas y con su apariencia de seriedad.

—Jeff, no te estoy diciendo que te acuestes conmigo, no estoy implicando nada. Solo quiero que dejes de menospreciar mis sentimientos y hacerme aún lado con esa patética excusa al decir que solo soy un niño, y por ser menor que tú no entiendo las cosas.

—¡Lo eres, joder! —Jeff volvió a empujarlo contra la pared, esta vez acorralándolo entre sus brazos para que no escapara como la última vez—. Solo tienes diecisiete años, lo que estas sugiriendo es ilegal en muchas formas que ni siquiera tu conoces. Entiendes lo que eso implicaría para ti, para mí.

—Jeff...

—No se trata de si te veo como un niño o no, es lo que eres... —La respiración de Jeff comenzó a agitarse por la ira que sentía, golpeó la pared sin poder detenerse. Esperaba poder inflingir un poco de miedo en Code, hacerlo retroceder pero el maldito niño solo parecía más cómodo en la posición en la que estaban—. Hace tiempo que en mi cabeza deje de pensar en ti como en un niño, simplemente no puedo verte así. Y no sé si todo esto es platónico o un capricho, pero ahí está.

—P' Jeff.

—No voy a hacer nada al respecto —se apartó de Barcode marcando la distancia entre ellos—, así que mejor olvídate de esto.

El silencio se volvió pesado entre ellos. Esta era la primera vez que discutían, antes de esa noche Barcode nunca había visto a Jeff molesto aunque había tenido muchas oportunidades. Pero al mismo tiempo, y de una forma retorcida se alegró, entendió que el objeto de su ira tal vez si iba dirigido a su comportamiento, al igual que la confusión que decía sentir por sus nuevos sentimientos.