Capítulo 18

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El reloj de la mesa los alertó de la hora de comer

Severus se levantó y agarro la cadera de su bebé enrollando las cortas piernas en su cadera.

Levantando lo agarró el biberón y salió del aula.

Harry se sujetaba del cuello del mayor, viendo las intenciones de su daddy enrojeció.

Frente las puertas del gran comedor estaba todo vacío escuchándose las charlas de los alumnos dentro.

Harry tembló más y ocultó su cara en el pecho del mayor.

Con un empujón mágico Severus abrió la puerta, nadie presto atención hasta los primeros empezaron a cuchichear, y así pasando hasta que todas las mesas los veían con intriga.

Pocos reconocían quien era el joven, solo sabían que era un alumno y una serpiente por la túnica.

Severus llegó hasta su sitio en la mesa, bajo la vista del director Potter y los profesores sorprendidos.

Con el salón en silencio le dio la vuelta al joven sentando lo mejor sobre su regazo.

El salon se llenó de cuchicheos nuevamente, al ver al hijo de su director sobre las piernas del profesor más temido de todos.

Las jóvenes serpientes se rieron y Draco recibía mucho dinero de sus compañeros y de sus gemelos rojos.

Haciendo aparecer el biberón sobre la mesa lo removió y coloco en los labios del pequeño quien con los mofletes rojos no quiso beber.

Severus gruñio bajito apretándole una nalga y Harry abrió la boca bebiendo y sujeto el biberón complacido por el sabor.

- Snape- Llamo James levantándose de su sitio- Como pudiste hacer esto- lo regalo vais con un grito

- El vino primero, además el contrato está cerrado , asi que no puedes hacer nada ,Tom ya le quedó muy claro - se encojio de hombros

- Pero Severus, este no es sitio para que le des de beber eso- le regaño, las jóvenes serpientes rieron siendo la única mesa entendiendo

- Es que no quiere comer nada más, a que si pequeño - le apretó la cintura

Harry estaba adormilado pero aún así entendió lo suficientemente para poder asistir.

James se sentó otra vez he hizo parecer los platos de comida en todo el salón con un gran sonrojo.
No podía culpar a su hijo, el era igual cuando era joven y se tapó la cara recordando el pasado.

Dio un salto en su silla y casi gime de la sorpresa, el vibrador verdoso que quedaba en sus bragas había sido encendió derrepente, dándole a entender que Tom estaba entrando a un reunión y por el aburrimiento quiso molestar a su marido.

Sujetando su tenedor con fuerza, penso que tom se iba a llevar una gran regañina y un buen premio en solo un día.

Que suerte tiene su marido

Pillado por mi daddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora