Capítulo 19

235 44 12
                                    


-¡Muévete Kim!- grité por cuarta vez, era un idiota. Un idiota muy lento.

-Min- mi hermano hizo una seña con los dedos para que fuera con el, y con la molestia que ha estado en mi sistema desde hace dos días fui a donde me llamó.-No se que es lo que te molesta y has dejado muy claro que no quieres que me entere. Pero soy tu superior y está afectando tu trabajo, así que necesito que vayas a algún lado te calmes, resuelvas tu mierda y luego vengas aquí.

-No está afectando mi trabajo

-Le gritas por nada al pobre chico, está a punto de dejar la milicia- dijo cansado. -¿Sabes que?, tomate el resto de la tarde, largo.- dijo esto último y se dirigió a estos.

Bufé pero aún así me dirigí a mi cuarto, hace dos días había sido mi cita con Park Jimin, es cierto que no esperé que tan inocente beso acabara conmigo sobre sus caderas en pleno pasillo mientras me tocaba, pero aún así eso no le daba derecho a haberse ido corriendo como un adolescente.

Tampoco a ignorarme o más bien evitarme durante dos días, claro que estaba molesta porque ahora no solo me rechazaba, me huía.

No sé en que momento cambié el curso de mi viaje pero me vi a mi misma entrando a su consultorio sin tocar, la molestia en mi rostro no hizo más que aumentar al verlo tan sereno ahí sentado.

-Hablaremos ahora- dije sin molestarme a ser gentil.

-Toma asiento- dijo luego de un largo suspiro.

-No. me iré luego de decirte lo idiota que eres, porque solo un idiota sale corriendo y me ignoraría de esa manera luego de tan agradable cita. Eres un imbecil pero yo lo soy más por venir aquí cuando me evitas de esa manera. Deberías lidiar con tus conflictos como un hombre, no como un crío de 12 años.

-Lo siento ¿si?, es estoy avergonzado.

-Avergonzado mis cojones

-No tienes cojones Yoori- suspiró -Me pasé toda la noche hablando sobre los 3 años empleados en mi control, en aprender a controlar mi cuerpo. ¿Y que mierda hice cuando obtuve sólo un roce de tus labios?- negó repetidas veces. -Eso no me deja muy bien parado.

-¡Que mierda me importa eso!, te controlaste, solo me tocaste, no buscaste tu propio placer- lo vi negar. -No lo hiciste, de lo contrario habríamos acabado teniendo sexo sobre mi cama.

-No entiendes

-Quien no entiende estés tú, acabarás perdiéndome sin regreso si sigues así.

-No- lo vi ponerse de pie y dirigirse a mi a paso firme.

-Te ayudaré, pero quiero que entiendas que no haces nada malo al estar conmigo de manera íntima.

-No puedo tener sexo contigo hasta que mi terapeuta esté de acuerdo- casi puse los ojos en blanco.

-Dije intimidad, no sexo. Podemos tocarnos, besarnos ya lo había hablado con él.- suspiré -Se que sientes que he echarás por la borda tu trabajo de años pero no será así. Me la paso investigando, hice una conferencia telefónica con un especialista para aprender a cómo comportarme contigo, me interesa estar contigo verdaderamente pero si sigues huyendo a cada cosa que pase no lo seguiré intentando.

-Lo siento- dijo mirándome y esta vez se veía claro arrepentimiento en el. Toqué sus mejillas y se acercó un poco más a mi. -Perdón, no volverá a pasar.

-Lo se, porque si lo haces no volveré a ti como lo hice hoy, no pasará- asintió para luego posar sus manos en mi cintura y abrazarse a mi cuerpo con lentitud.

-Sal conmigo más tarde, cuando termines tu turno- había dejado de abrazarme pero sus manos aún yacían en mi cadera mientras las mías descansaban en sus hombros. Lo vi cerrar los ojos con fuerza y apretar su frente contra la mía.

-Ya lo terminé- dije luego de un minuto

-¿Nos vamos ahora?- ninguno se movía, era como si fuésemos imanes. Asentí -Me muero por probarte- dijo viéndome fijamente y quizás no sabía que con esa frase  mi cuerpo se sintió estremecer, que mis piernas flaquearon y mi garganta se secó.

Posé mis labios sobre los suyos a sabiendas de que quizás él no lo haría, y porque en este preciso momento contaba con más auto control que hace dos noches por lo que podríamos detenernos a tiempo.

Alejó sus manos de mi cadera como si quemara y las colocó sobre la pared a cada lado de mi cuerpo se mantenía con el cuerpo totalmente alejado de mi más su boca me comía con tal intensidad que parecía un sueño.

Su lengua solo podría definirla como maravillosa, tenerla entre mis piernas a de ser la puta maravilla, con solo pensarlo jadee entre su beso cosa que provocó una leve mordida en mi labio y un ronco gruñido se escapó de él, cuando vi en él intensiones de acercarse y posarse sobre mi me deslicé a un lado para romper el beso.

Mis labios picaban y los suyos estaban rojos e hinchados. -Ya me probaste, iré a darme un baño y regreso para nuestra cita- dije acercándome con lentitud hasta la puerta, pues este me miraba como si de una presa se tratara, y justo ahora no me sentía con mucha fuerza de voluntad que digamos.

-No solo tu boca quería probar- dijo con voz ronca y peligrosa -Dame otro beso antes de irte- No era una petición y aún así lo hice por la simple razón de que mis labios picaban por los suyos.

Uní nuevamente nuestras bocas mientras este llevaba sus manos tras su cuerpo evitando tocarme nuevamente.



.

Tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora