El Diario Real: Princesa Lúa

Capítulo 11

Lúa

La idea de Namjoon de salir a trabajar al jardín fue bastante buena. Estire mis brazos después de  estar perdida en mi computadora por lo que fueron aparentemente cuarenta minutos. Mis piernas también se sentían entumecido después de tenerlas cruzadas en flor de loto bajo la laptop. Me gire a verlo y él señor "No me voy a dormir", estaba dormido. Sonrei y cuando levante la vista los Priciosos ojos de la Reina estaban sobre mi. Sonriendo tiernamente mientras veía la escena. ¡Dios!, lo que menos debía pasar era que ahora también los Reyes creyeran que nosotros estábamos juntos.

-Lúa, me acompañas un momento
-Por supuesto- me levante con una sonrisa y camine con ella mientras Nam seguía dormido.
-Quiero regalarle a mi esposo algo especial en su cumpleaños- tomó mi mano y la enredo en su brazo mientras caminábamos lentamente por el jardín. -Aún faltan meses pero se que no es fácil hacer un obra como las que haces- mi cara de confilusion me delató enseguida y su sonrisa se hizo más amplia. -Por eso quería verte querida. Me encantaría que hicieras un gran cuadro para la oficina de mi esposo.
-¿Yo?- me rei nerviosa -Reina Jazmín...- aclare mi garganta -Usted debería conseguir a alguien profesional para hacer esto, yo... yo de verdad no soy la indicada.
-No digas tonterías- dijo restandole importancia a todo lo que le dije -Nam me ha hablado de tus trabajos y déjame decirte que a mi me gusta el Arte, pero si alguien es un experto en eso, es él. Cuando son cosas que lo apasionante, seas quien seas, él jamás te dirá que haces algo bien solo por decirlo. En cualquier cosa podría hacerlo pero en eso no.
-Aun así, no le estoy mintiendo cuando le digo que no soy profesional y algo puede salir mal.
-Bueno, entonces simplemente te pagaré por lo que hagas, si es feo o no me gusta, no te daré nada.  ¿Te parece?- volví a reír nerviosa pero acepte. No acepte por un pago, ni por nada de eso. Acepte porque rechazarla tres vez me parecía una ofensa para ella.
-Esta bien- dije un poco forzada -Pero si esto dale mal. Por favor no le cuente a nadie- subí mis manos rogándole y ella se echo a reír
-Claro, querida. Será nuestro secreto. Ahora regresa con mi hijo, en las próximas semanas te busco para darte mis ideas.
-Me parece bien- regresamos y me dejo en el camino que me llevaba de vuelta a Nam. Me detuve y lo observe, el lugar se veía hermoso desde aquí, había unas pequeñas luces que se encendían cuando no les daba sol y en este momento había algunas que brillaban a su al rededor.

Estas últimas semanas hemos convivido mucho, fuera de lo sexual, extrañamente ha sido demasiado familiar, como si lo conociera de siempre, como si... como si algo hubiera cambiado en mi manera de pensar.

Nam estaba sentado de espaldas hacia donde yo venía caminando.

-Lo siento, tu madre me llevó para explicarme unas cosas sobre una pintura.- no se volteo, seguí caminando los pasos que me faltaban para llegar a él. Me detuve detrás y mi alma se fue al piso -Nam, ¿Qué haces con eso?- seguí sin recibir respuesta. Me preocupaba que y cuando había leído, los problemas que tendría cuando su padre se enterara. Sentía que mi sangre abandonaba mi cuerpo cuando de repente elo vi tomar sus cosas y ponerse de pie.
-Se cayó esto y quería devolverlo a su sitio- me mostró la tarjeta que me dio el día de la fiesta de recaudación.
-Oh, esta bien.- dije sonriendo pero su voz no me convencía. Sabía que había algo más
-Claro que si- sonrió sarcástico y sentí un horrible escalofrío. Empujó agresivamente contra mi pecho la libreta y se fue.

Tomé el diario entre mis manos y lo vi alejarse, me quedé en shock. La realidad me golpeó y fue la primera vez que de verdad sentí que ya no había remedio para nada. No sé qué es lo que quiero pero habría echo lo que fuera para evitar este momento.

Baje la mirada al diario y las letras que aparecieron en ella me indicaron que todo había llegado al final.

"Piensa que me tiene en la palma de su mano cuando ambos sabemos que él haría lo que pidiera con solo tronarle los dedos..