Jirose
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-¡Jimin, Jimin, Jimin, Jimin, Jimin! -Una linda peliroja corrió por todo el pasillo a los brazos de su mejor amigo mientras alegremente gritaba una y otra vez su nombre.
-¡Rosie, Rosie! -El mayor imitó la alegría de la chica burlándose de ella mientras reía levemente. La menor solo lo miró mal y enterró su cabeza en el pecho del mayor, avergonzada.-Lo siento ¿Qué pasó? ¿Por qué tanta alegría? -El pelinegro se separó levemente y con una mano le dio leves palmaditas en la cabeza a su amiga, mientras que con la otra mano cerraba su casillero.
-Nada, solamente me alegra verte.-La menor sonrió mientras veía atentamente a Jimin. El corazón de Jimin se aceleró. Odiaba que Rosé lo viera de esa manera, porque era un recordatorio de que era solamente una amiga, y cada que lo veía así, solamente quería confesarle sus sentimientos y decirle cuanto la amaba, esa linda peliroja lo hacía enloquecer.-¿Jimin? ¿Jimin? ¿El gato te comió la lengua? ¿Acaso te perdiste en mis bellos ojos? -La menor comenzó a reír, debido a la cara del mayor, su cara era un dilema, primero parecía hipnotizado, para después parecer asustado, sus mejillas estaban rojas, tal y como un tomate.
-¿Q-qué? ¿De qué hablas? ¿Por qué me perdería en tus ojos? -Jimin no podía hablar correctamente, ¿acaso había sido muy obvio? ¿Tanto así que su amiga ya se había dado cuenta de sus sentimientos? La peliroja alzó una ceja y lo miró extrañada ¿Dónde estaba la cabeza de su amigo?
-Jimin, estoy jugando. Te estaba diciendo que debíamos ir a clases y de la nada me dejaste de responder.
-¿En serio? -Rosé asintió y Jimin solo se rascó la nuca apenado.-Oh, en ese caso, vamos a clase.-Ambos rieron levemente y se dirigieron a su salón de clase donde se encontraron con Lisa y Jungkook.
El día de clases transcurrió normal, entre risas, bromas, caras chistosas, chismes, tareas, etc.
Al acabar el horario de clases, Lisa y Jungkook se despidieron de ambos Park y se dirigieron al centro comercial, mientras que Jimin y Rosé se fueron al lado contrario, hacia la casa del mayor.
Desde que se conocieron después de clases se iban juntos a la casa de alguno de ellos. Al fin y al cabo son vecinos. Se conocieron cuando tenían 3 años, pues Rosé se mudó a la casa de a lado de Jimin, desde ese momento se volvieron inseparables.
Antes de llegar a la casa del pelinegro pasaron a comprar un poco de comida, pues ninguno tenía ganas de cocinar y los padres de Jimin iban a llegar hasta la noche.
-Jimin-ssi ¿No crees que el día es hermoso?- Rosé llamó la atención de su mejor amigo mientras miraba a un pajarito azul volando.
Jimin miró a su bella amiga mientras sonreirá dulcemente.
-Claro que lo es mi dulce Rosie y estoy seguro que se pondrá más lindo.-Rosé volteo a ver a Jimin confundida, pero la sonrisa de Jimin la hizo sentir segura al mismo tiempo que se olvidó la confusión que tenía y revivir otra confusión que la perseguía desde años atrás ¿Qué sentía por él?
Realmente era un día perfecto, pero lo perfecto no dura para siempre.
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Una vez llegaron a la casa del mayor se sentaron a comer en la sala mientras jugaban a un juego de mesa. Y como ya era costumbre Jimin iba ganando, mientras que Rosé solo hacía pucheros y le reclama al mayor por ganar siempre.
-¿Por qué siempre ganas? -La menor reprochó una vez más y el mayor solo se rió mientras negaba, su amiga era muy tierna
-Gano porque soy muy bueno.-Le contesto a la peliroja mientras recogía la basura de su comida.
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«One Shots» | BANGPINK |
Fanfiction«Tortas que escriben One Shots BANGPINK.» [Libro en colaboración.]
