12;; «Cita a ciegas»

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LizKook


“Lo nuevos conocidos sanan viejas heridas”

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—¡Manoban fuera de mi clase!

El profesor dió un golpe fuerte al escritorio, estaba harto de que la rubia sólo quisiera dormir en su clase, así que optó por sacarla. Lisa sólo recogió sus cosas y salió sin rechistar, detrás de ella los murmuros nada disimulados de sus compañeros.

—Pobre Manoban. Ya se volvió loca.

Jennie, su mejor amiga, vió todo desde unos asientos atrás, preocupada por la condición mental de su amiga, quien estaba en los huesos a falta de alimentación y su aseo personal era como el de un náufrago que se bañaba en aguas residuales.

—Sé lo que piensas—su novio le susurró—Quieres ayudarla.

—Sí, pero no se cómo. No se que hacer—negó frustrada.

—Yo...tengo una idea.

🌹

—¡Dios! Jeon Jungkook, ¿está es una habitación o el basurero comunal?

Jimin arrugó su naricita ante el olor de lo que parecía ser comida descompuesta. También había ropa sucia y sudorosa colgada por todos lados como si fuera un circo. Ni hablar de la apariencia del menor.

—Toma los CDs y vete—refunfuñó buscando una camiseta entre la ropa tirada.

Jimin obedeció y se acercó hasta la mesita ratona en donde yacían una pila de CDs junto a las consolas del menor. Park se tomó un tiempo para encontrar lo que buscaba.

—Woah, ¿esta es la nueva versión de Pizza con champiñones?—una voz dulce y femenina rompió el silencio del cuarto. Cuando voltearon hacia la joven, la vieron pinchar con un palillo los hongos que crecían sobre las rebanadas de Pizza.

—Rosie, deja eso puedes infectarte de algo—la regañó suavemente su pareja. Ella dejó el palillo de inmediato y se dirigió hasta el rubio para ayudarlo.

—Rosé, ¿qué te he dicho de entrar a mi habitación? Tú siempre te robas mis cosas—Jungkook renegó.

—Tú también lo haces—se defendió.

—No. Yo llego a robar la ropa que Jimin deja en tu casa.

—Es lo mismo. Lo que es de Jimin, también es mío—se encogió de hombros.

Estuvieron unos minutos buscando los CDs del mayor en la mesa, pero no los encontraron ahí, así que acudieron a los cajones y estantes de la habitación.

—Buscar algo en la habitación de la rata es como buscar una aguja en un rebaño. ¡Me rindo!

Rosé simplemente se tiró a la cama a esperar que los chicos terminaran la búsqueda y poder irse junto a su novio.

Un olor fuerte llegó a su nariz haciendo que la frunciera. Se incorporó y tiró al suelo la montaña de almohadas. Ahí estaban los CDs, y también habían varias bolsitas plásticas con drogas dentro.

—Jungkook...—le llamó. El mencionado la volteó a ver y abrió los ojos como plato—¿No se supone que ya habías dejado estas porquerías? ¡Responde!

Jimin también vió las bolsas sobre la cama. Las venas de su frente se resaltaron y trató de aguantarse las ganas de golpear al castaño. Se acercó a tomar los CDs y también tomó a su novia del brazo.

—No tenemos nada que hacer aquí.

Una vez los mayores se fueron, volvió a recaer en aquello que había prometido superar. Las drogas. Las malditas drogas. Su maldita adicción a aquello que incluso le había quitado la vida a la mujer que más amó en toda su puta vida. Su madre.

«One Shots» | BANGPINK |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora