Capítulo 7

3.9K 246 6
                                    

Vaya, eso nadie me lo había dicho.

-Dime si lo que siento es correspondido -me miró esperando respuesta, pero cómo negarme a las palabras tan bellas que me ha dicho-

-Lo siento-

-Todo bien. Recién nos conocemos y tenemos mucho tiempo para hacer que cambies de idea -sonrió, lo miré confundida.

-Eso si... Me gusta estar contigo, de alguna forma haces que tenga un buen momento después de un agotador día -sonreí.

-Gracias -sonrió apenado.

-No te pongas triste -besé su mejilla-. Nos vemos mañana.

Me despedí de nuevo y bajé de su auto, vi como Yesung pasaba el asiento de polito dentro del auto. Me reí al ver que le costaba hacerlo.

-Para ser mujer manejas excelente .me dice vacilante cuando bajó el vidrio del copiloto.

-¡Que machista! -grité riendo.

Él solo me sonrió y luego se puse en marcha.

Me adentré en el edificio y marqué el piso número veintitrés. Al estar a pocos metros de la puerta de entrada sentí algo dentro de mí, no quería tener que ver a Donghae y menos junto a Kate-

Suspiré pesado y me preparé mentalmente, abrí la puerta y no se escuchaba ningún ruido. Cerré la puerta y solo mis pasos resonaban en el apartamento.

Fui hasta la cocina y me preparé un chocolate caliente y unas tostadas. Esperando para que mis alimentos estuvieran listos, encendí la televisión y me senté en el sofá cuando escucho una puerta abrirse. Me giré aterrorizada y una vez que vi de quien se trataba me vino el alma al cuerpo.

-¿Tú qué haces aquí? -pregunté de malas.

-Kate me dijo que llega mañana en la noche y que teme en dejar el apartamento solo, entonces me pidió que me quedara aquí -sonríe como un niño pequeño.

No puedo evitar voltear los ojos.

-Ahora he llegado y te puedes ir, no hay problema -sonreí irónica levantándome de mi asiento para ver mis tostadas.

-No, no, no. ¿Si te pasa algo?

-No tengo diez años y puedo cuidarme sola.

-¿Ah, sí? -se acerca hacía mi, desafiante.

-Sí -afirmé nerviosa, su voz y mirada me ponían así.

-Si alguien abusará de ti, ¿Qué harías? -dice a pocos centímetros de mí.

-Pues... -tragué saliva-, lo detengo.

-¿Cómo?

-Donghae, ya basta -me alejo de él pasando por su lado y apago el tostador, el pan ya se estaban quemando.

-Te hablo en serio -dice una vez que me detiene tomándome de la mano.

-Yo también lo hago -frunzo el ceño-

-Que tal si soy el que quiere abusar de ti.

Lo miro confundida, sintiendo un pequeño escalofrío en mi espalda.

-Qué--

Antes de terminar sus labios se tocan con los míos de manera brusca, sus manos se posan sobre mi cintura tocándome deseoso mientras me apegaba a su cuerpo.

-¿Qué haces?

-Te hago comprender -me besa los labios-, que no puedes estar sola en casa.

Me toma las manos con una sola y empieza con la otra de sus manos a subir mi blusa tocando con sus dedos mi piel, gimo despacio y avergonzada lo miro ruborizada.

-Me encantas, ________, no sabes cuánto-

Abro los ojos y vuelve a besar mis labios, esta vez me toma de las mejillas haciendo el beso más suave y tierno, sin darme cuenta mis manos están sobre su cuerpo, acariciando su gran espalda. Empieza a sacar de mi blusa dejando a la vista mi brasier.

Estoy avergonzada siendo que ya lo he hecho varias veces-

-Donghae, no está bien lo que hacemos, detente, por favor.

-¿Qué hay si no lo hago? -susurra para luego besar mi cuello y es ahí cuando caigo en la tentación.

-Luego no te arrepientas -susurro y tomo su rostro para luego besarlo, esta vez no hay nada que me detenga.

Donghae y yo sabíamos muy bien lo que hacíamos y a donde iba a parar.

Me levanta tomándome de los muslos en dirección a mi habitación, chocando con todo a nuestro paso. Nuestros besos son acelerados, tanto, que me dejan sin aire.

Una vez que ya estamos en mi habitación, me deposita en la cama mientras él se para delante quitando su camisa dejando ver su trabajado abdomen. Se deja caer encima mío sintiendo todo su peso, la ropa es lo que menos importa y nos la sacamos con facilidad, ya completamente desnudos me vuelve a besar, esta vez lento y pausado, nuestras manos recorren el cuerpo del otro deseosamente.

Empieza a separar mis piernas con las suyas, besa mis labios y va descendiendo hasta mi intimidad, arqueo mi espalda una vez que siento su lengua en mi intimidad, apreto sus cabellos ya que lo hacía excelente.

Luego de un rato se separa de mí y vuelve a mis labios, lo beso apasionada y me dejo llevar por las sensaciones cuando siento que entra en mí lentamente. Gimo en su boca sintiendo todo de él. Comienza a moverse lentamente poniendo sus manos a los lados de mi cabeza mirándome fijamente y teniendo una perfecta vista de su rostro excitado. Me es inevitable no enterrar mis garras en su espalda dejando marcas en esta.

Solo nuestros gemidos son escuchados combinados con el chocar de nuestros cuerpos. Sus penetraciones se hacen cada vez más intensas y rápidas, llevándome a una exquisita sensación de placer. Mis paredes se contraen haciendo arquear mi espalda y emblanquecer mis ojos. Donghae de inmediato llega a su orgasmo para luego caer en la cama acelerados.

Agridulce - Donghae y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora