Capítulo 12

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Me había delatado yo sola, tan tonta que no pienso bien las cosas antes de decirlas. Pero no le había dicho aún de quién se trataba, ahora si que tengo que pensar rápido las cosas.
—Es de mi trabajo —titubeo—. Lo conocí ahí.
—Aw, ¿por qué no me habías dicho? —muestra su sonrisa enternecida.
—Porque...no estaba segura —cada vez esto se hacía más complicado.
—¿Cómo se llama? —sus ojos brillaban por alguna razón.
—Sungmin —digo sin pensar, era al único quien conocía más que al resto.
—Así que Sungmin es el afortunado —me mira y puedo descifrar al instante lo que piensa.
—No hagas nada, por favor.
—¿Qué? —pregunta ofendida—. No haré nada, la última vez que hice algo terminó muy mal.
—Lo sé...
—...¿qué será de él?
—Tal vez esté muerto, no era una buena persona —mi voz se apagó un momento.
—Tal vez.
—Ya, no hablemos de él.
—Esta bien, esta bien —sonríe—. Entonces...¿qué pasa con ese tal Sungmin?, tengo que conocer a mi futuro cuñado.
—No digas tonterías, Kate —me alejo de ella para evadir el tema.
—No son tonterías, ____ —me sigue.
—Sí, Kate —me detengo.
—¿A él le gustas?
—No lo sé.
—¿Tú qué piensas? —me mira con detenimiento.
—Que sí —hago una pausa—...tal vez.
-Yo creo que sí, eres hermosa y cualquier hombre se enamoraría de ti a simple vista, más aún si pasa mucho tiempo contigo.
—Sigues con tus tonterías —rodo los ojos.
—Sigues con tu actitud tonta.
—Bueno, ya basta —la observo—. ¿Nos vamos ya?
—Sí, pero algún día iré a tu trabajo y no pienso irme si no lo conozco lo bastante a ese chico como para decir que te merece, ¿me escuchaste? —dice con voz autoritaria.
—Sí, mamá.
Kate siempre tenía que aprobar mis relaciones, si no hacía la vida imposible para que la relación no funcionara, ya que su intuición nunca falló, a excepción de un caso. Cuando tenía diecisiete años me enamoré ciegamente de Eunhyuk a los pocos segundos de habernos conocido, él era muy antento y tierno conmigo, lo amaba profundamente. Después de un tiempo conoció a Kate y ella le dio su aprobación sin saber que algo mal andaba con él. Pasó medio años y cuando en una de mis tantas sorpresas para él me di cuenta que tenía un sin fin de armas y yerbas de todo tipo, sus padres eran importadores y él las escondía en su habitación. Yo al darme cuenta de lo que pasaba me alejé de él y no quise terminar ya que pensaba que me podría hacer lo peor, pasó el tiempo y sin más solté lo que había descubierto en su habitación, trató de matarme, me desilusionó más de lo que ya lo estaba, no sé cómo pero en un momento de desesperación forsajee con él por un arma y sin querer disparé dándole en la pierna. Cayó al suelo de inmediato dándome tiempo de escapar, el miedo me consumía por dentro por ser atrapada por él o ir a la cárcel. Después de eso nunca más lo vi ni supe de él. Con los años ya lo he superado, pero aún así vivo con miedo a que algún día aparezca frente a mí.

~•~

Me levanté a las ocho para ir a mi trabajo, el día anterior fue muy raro pero me dejó una sensación agridulce.
Cuando llego al trabajo y veo a Sungmin me acuerdo de lo que hablamos con Kate el día anterior, debería decirle para que Kate piense que es él quien me gusta y no Yesung, ni mucho menos Donghae.
—¡Hola! —hago una reverencia mientras los saludo a todos. Me acerco a Sungmin y le doy un casto beso en la mejilla, él se ruboriza y se aleja un poco extrañado—. Sé que aquí no es muy bien visto que se saluden de beso en la mejilla, pero en mi país es muy normal.
—Oh, entonces —se acerca a mi y besa mi mejilla—. Hola.
—¿Cómo estás?
—Bien, algo cansado —hace un gesto muy tierno con sus labios, al verlo me da ternura y hasta siento que es mi hermano.
—¿Cansado?, no hemos abierto y ya dices que estas cansado.
—Me adelanto para lo que viene.
Me río, era muy divertido, sentía que podía contar con él para lo que sea.
Una vez que abrimos la clientela llenó el lugar en menos de diez minutos, todos corríamos de aquí a allá sin parar, era día lunes por lo que debe ser el día más pesado de todos. Esto recién empieza.
Al descanso nos fuimos a afuera por un refresco, era ahora el momento de decirle a Sungmin sobre lo que hablamos ayer con Kate.
—Sungmin -lo llamo, este de inmediato me toma atención.
—¿Pasa algo?
—Sí, me gustaría que habláramos en privado —muerdo mi labio con pena.
—Me estas asustando —me mira con ojos como plato.
—No es nada grave —le digo de inmediato.
—¿Entonces?
—Ven...
Fuimos hasta la sombra de un árbol, en el camino pensaba cómo decirle y explicarle lo que quería pedirle.
—Dime.
—Te quiero pedir un favor —digo con el tono más inocente que pueda tener.
—Ow —se enternece—. Si me lo pides así haré cualquier cosa por ti.
Mis ojos brillaron con esperanza.
—¿Puedes fungir que te gusto? —apreto mis ojos para no ver su reacción.

Agridulce - Donghae y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora