🛏 ¡Mi cama está rota!💏

🧸Capítulo 8: ¡Debe casarse con el anciano!

Tang Yu dijo apresuradamente: "¡Está bien, puedes ir a hacer tu trabajo!"

Ella recordó que él había estado en camino a otro lugar antes de encontrarse con ella. Probablemente no había previsto que se casaría de camino allí, ¿verdad?

Debe haber tenido algo muy importante que hacer en primer lugar.

Miles miró a Tang Yu, que era sensato y considerado. No pudo evitar estirar la mano y tirar de ella hacia sus brazos.

"Xiao Yu, te veré cuando llegue a casa, ¿de acuerdo? ¡Nos vemos esta noche, mi amor!"

Bajó la cabeza, besando a Tang Yu en la frente antes de irse a toda prisa.

Se quedó aturdida, tocándose la humedad que le quedaba en la frente. Todavía no podía creer que se había convertido en esposa. ¡Qué surrealista!

Tang Yu recibió la dirección de Miles, pero lo primero que tenía que hacer era regresar a su propia casa.

Empacó algunas de sus pertenencias y documentos importantes en su equipaje antes de cerrar la puerta. Era poco probable que regresara a casa por el momento.

Lo que Tang Yu no sabía era que la familia de su tío había llegado justo después de que ella se fuera.

Tocaron el timbre, pero nadie contestó.

"¿No está en casa otra vez?" La tía He Xin miró a su esposo, Tang Qi.

Tang Qi frunció el ceño y sacó su teléfono. "Hola, Tang Yu, ¿Dónde estás? ¡Estamos aquí, date prisa!"

Tang Yu, que ya estaba sentado en el taxi, respondió. "Lo siento, tío. Me quedaré en la casa de un amigo temporalmente, así que no iré a casa por ahora".

Ya había planeado no contarle a nadie sobre su matrimonio antes de su graduación.

"¡¿No vas a ir a casa?! Tang Yu, ¿has olvidado la importante reunión con el Sr. Davis esta noche? Tang Yu, mi familia de tres está aquí para recogerte. ¡No seas desagradecido y vuelve rápido!"

Tang Yu se había calmado durante mucho tiempo después de que se resolvió el asunto de los honorarios del tratamiento de su padre.

Incluso cuando escuchó la voz frenética de su tío, permaneció extremadamente tranquila. "¡Tío! ¡Nunca prometí casarme con ese viejo Davis! Fue tu arreglo unilateral para encontrarte con él. ¡No iré!"

Tang Qi estaba a punto de volverse loco al escuchar su respuesta.

"¡Tang Yu! ¡Perra! ¿Has olvidado cómo me suplicaste que salvara a tu padre? ¡¿Ahora que he encontrado una solución, te has vuelto contra mí?! ¿Cómo quieres que le explique esto a Davis? ¿De verdad quieres ver morir a tu padre? ¡Tang Yu! ¡Eres realmente un desagradecido!"

El regaño de Tang Qi se estaba volviendo cada vez más desagradable.

Tang Yu apretó su teléfono con fuerza cuando sus nudillos se pusieron blancos. "¡Tío, pensaré en una manera de lidiar con la situación de mi padre! ¡No te preocupes por él en el futuro! Además, Tang Jian no es solo mi padre, ¡también es tu hermano de la misma madre!"

Colgó el teléfono, molesta, antes de apagarlo por completo.

Tang Qi volvió a llamar, solo para recibir la notificación de "ocupado". Estaba tan furioso que estrelló su teléfono contra el suelo.

"¡Papá!"

La hija de Tang Qi, Tang Yun, caminó hacia adelante y abrazó el brazo de su padre, consolándolo. "¡Papá, no te enojes! ¿Tang Yu realmente va a romper su promesa al no venir? Entonces, ¿Qué pasa con Davis? Y sobre el tío, ¿realmente lo vamos a dejar en paz?"

Tang Qi apretó los puños con ira, apretando los dientes.

¡La traeré de vuelta pase lo que pase! ¡Tiene que casarse con Davis!

He Xin se adelantó, consolando suavemente a su esposo. "Esposo, ¿Qué pasa con Davis más tarde esta noche?"

"¿Qué hacemos? ¡Solo podemos persuadirla y engañarla! Según nuestro acuerdo con él, definitivamente enviaremos a Tang Yu a su cama. ¿Qué más hay que no pueda hacer?"

Ya había decidido vender Tang Yu a Davis. ¿Cómo podía dejar pasar esta oportunidad?

Tang Yun estuvo de acuerdo: "Entonces iré a la escuela mañana a buscarla. Incluso si tengo que mentirle, le mentiré por tu bien. Entonces puedes volver a enseñarle una buena lección, ¿Qué te parece?"

Tang Qi miró a su hija con aprecio y asintió. "Por ahora, hagámoslo de esta manera. Mañana lo harás..."

Bajó la cabeza y le susurró al oído. He Xin, escuchando a un lado, reveló una sonrisa en su rostro.