Si vieron que publique no se que pasó pero aún no estaba listo.
Mal ahí que publique sin querer ;/
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Sonic llegó a su casa bastante adolorido. Conducir un auto definitivamente no es buena idea cuando has recibido tantos golpes en el abdomen, los brazos, la espalda, las piernas, la cara... En fin; todo el cuerpo. Cada minúscula parte de su anatomía le dolía como mil infiernos.
Cada vez que intentaba mover un solo músculo un sentimiento de quemazón le invadía y le hacía soltar gritos de dolor, seguido de unas cuantas lágrimas y un montón de insultos hacía sí mismo dentro de su cabeza. Subió a su habitación, gritando con cada paso que daba y llorando, no a causa del dolor, sino del odio que sentía de sí mismo. Un baño de agua fría fue lo primero que necesito para relajar su cuerpo adolorido. Cuando supo que ya era suficiente, que la sangre se le había despegado del cuerpo y se sentía solo un poco mejor, salió de allí y comenzó a mirarse en el espejo.
Se espantó al ver su reflejo. Definitivamente, jamás había estado peor. Una lágrima amenazó con salirse de sus ojos mientras escuchaba a su mente decirle;
"Estúpido, gay. Esto es lo que te mereces"... Se estremeció.
La voz de su mente sonaba exactamente como la de Scourge. Lentamente, comenzó a detallarse. Su labio estaba roto.
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En cuanto Sonic volteó a mirar a Scourge y Manic, su corazón se paralizó al igual que su cuerpo. No había nada que hacer. No tenía donde huir.
Scourge: ¡No te quedes allí sentado! -Le ordenó mientras le sujetaba las púas y lo lanzaba contra el suelo, haciéndolo gemir de dolor.
Manic: Jamás olvidarás este día, Sonic, lo prometo.
Scourge volvió a sujetarlo de las púas y lo levantó. Él se mordía el labio, intentando reprimir sus gritos de dolor. Tenía que ser fuerte. Tenía que resistir.
Mephiles: ¡Suéltalo, estúpido!
Manic: No, preciosa, él no la perderá de nuevo.
Y así fue como Manic comenzó a golpear a Mephiles, no sin que esté se defendiera lo suficientemente bien como para que recibiera unos cuantos golpes de vez en cuando. Silver intento ayudar, pero un solo puñetazo de Scourge lo hizo caer al suelo, inconsciente.
Scourge, sonriendo como siempre, obligo a Sonic a arrodillarse frente a él y gritó delante de toda la cafetería.
Scourge: ¡SEÑORAS Y SEÑORES, CON USTEDES; SONIC THE GAY.
Todos los de la cafetería rieron y gritaron en ese mismo instante, mientras las mejillas de Sonic se llenaban de lágrimas silenciosas y su cabeza de insultos. No todos en la cafetería eran malos. En realidad, mucho no aprobaban la conducta de Scourge y Manic, pero tenían miedo de enfrentárseles, pues sabían cómo terminaría todo.