Capítulo 10

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Sonic no pudo resistirse

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Sonic no pudo resistirse. Al levantarse esa mañana solo había querido abrazar al chico de ojos azules. Olvidó el dolor que estaba sintiendo a causa de los golpes recibido el día anterior y el hecho de que conocía al chico desde hacía tan solo unos días.

Bajó corriendo sabiendo que ya no había nadie en casa, desayuno y con rapidez sacó la vieja escalera de mano que tenía su padre guardada en el cobertizo. Procurando que nadie lo viera, colocó la escalera bajo la ventana de Tails y subió. La ventana estaba abierta, así que le fue sencillo entrar. El chico no estaba allí. De repente, escuchó la voz de un chico gritar; ¡OJALÁ TE GUSTEN MIS TOSTADAS, MILES!... Debía de ser su hermano.

Tails había mencionado tener dos hermanos mientras hablaba con él. <<Miles>> pensó, y un suspiro escapó por sus labios. Él solo hecho de pensar en él le hacía sentir cosquillas en su estómago y unas inmensas ganas de reír. Mientras esperaba a Tails se tomó un tiempo para examinar el ambiente. Paredes blancas y vacías, solo cubierta por un calendario y un par de fotos de paisajes.

Un escritorio bien organizado, una cama excelentemente tendida con sábanas negras, un piso completamente limpio y una mesa de noche con un montón de frascos de medicinas allí. Comparada con su habitación de paredes azules fuertemente pintadas y repletas de fotografías, su cama desordenada y su escritorio con libros hasta el techo, el lugar era aburrido. Pero Sonic no se había imaginado la habitación de Tails de otra forma. Lentamente, Sonic se acercó al calendario.

"Lunes: Diálisis.

Martes: Clases de piano.

Miércoles: Cardiólogo.

Jueves: Diálisis.

Viernes: Psicólogo.

Sábado: Diálisis.

Domingo: Clases de piano (opcionales)"

Sonic: Tienes una vida difícil, Miles. -Suspiró. El solo hecho de leer el montón de actividades en el calendario de Tails le había agotado. Cuando finalmente pudo apartar su vista del calendario, Sonic decidió espiar el armario de Tails. La ropa, tal y como la habitación, estaba perfectamente organizada.

Solo había ropa negra, gris, blanca, azul o marrón. Ni rosa. Ni amarillo. Ni naranja. Solo esos simple colores. Tenía solo tres pares de zapatos dentro. Dos pares eran tenis blancos, y los últimos eran zapatos deportivos, también negros. Parecían casi nuevos. El chico tenía también montones de sombreros, gorros y beanies, todos de los colores antes mencionados. Excepto uno.

Era un beanie morado, oculto entre los otros. Lo tomó entre sus manos y lo sacó del armario procurando no desordenar lo demás. Sonic sonrió y lo colocó sobre su mano, examinándolo fijamente. Entonces lo vió. En la parte delantera del beanie se encontraban unas palabras escritas con los diferentes colores del arcoiris. Sonic sonrió al leerlo. "Soy un dinosaurio".

Sonic: ¿Tú también, chico de la ventana?

Jamás se había sentido mejor. Sus ojos estaba iluminados y una gran sonrisa ocupaba su rostro. Se preguntó por qué Tails no se lo habría dicho antes. La respuesta llegó claramente a su cabeza; tenía miedo. No podía culparlo. Él también había sentido miedo al descubirlo.

꧁☾︎𝙴𝚕 𝕔𝕙𝕚𝕔𝕠 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝕧𝕖𝕟𝕥𝕒𝕟𝕒☽︎꧂ (⚣︎)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora