11. Visita inesperada

72 10 0
                                    

Barbara: Pensé que estaba dormido Dr. Luzardo.

Santos: Y yo nunca pensé que una mujer pudiera ser tan hermosa al igual que una Diosa. Eres como un espejismo ¿Sabes? No se si tocarte para saber si en verdad eres real?

- Porque no dejas de pensarlo y nomas lo haces para comprobarlo?- Santos se va acercando poco a poco a hasta pegar con su pecho.

- La verdad quisiera saber que hay detrás de esta piel y lo de que esta echa esta fiera que tengo ahora tocando sus manos y esta piel tan cálida. Pero Barbara has estado con mi primo Lorenzo y además tienes dos hijas con el.

- Y eso que tiene Santos Luzardo? Que es lo que en verdad te detiene? A caso le tienes miedo a esta fiera? Como acabas de decir. Santos yo se que tu también lo sientes, yo se que tienes esa fiera pero no la quieres sacar.

El sentía algo diferente, algo que ni siquiera ni todas las mujeres que ha tenido en su vida lo había hecho sentir. En cada beso que daba, cada caricia, cada rasguño, cada sensación de placer entre ellos, sentía que Barbara podía romper su promesa de ser un Luzardo distinto en esos momentos.

Santos ya no pudo aguantar mas, y la saco de la posa con sus fuertes brazos. No importa donde fuera, la mujer mas temida del Arauca, iba hacer suya. En ese momento no importaba que tanto le hubieran dicho cosas malas de ella y si talvez después de lo sucedido no pudiera salir de su fiera que lleva por dentro y que poco a poco va saliendo sin avisar.

Barbara por primera vez se desvanece en los brazos de un hombre dejando que tome el control del asunto. Santos la besa desde su cuello hasta llegar al ombligo, dejando que ella también sienta placer besando cada centímetro de su cuerpo encima del el.

Santos vuelve a tomarla en sus brazos, ambos podían sentir sus agitadas respiraciones a flor de piel.

Ambos deseando unir el roce de sus labios, mientras sus miradas estaban claramente penetradas a sus labios sin apartarse ni un momento.
Para perder el control entre ellos era inevitable no hacerlo.
Barbara posa sus manos en el cuello de Santos, mientras Santos volvía otra vez a su cintura.
Barbara podía sentir esa sensación de electricidad que apenas y en el tiempo que llevaban empezaba a recorrer su cuerpo como nunca antes haciéndola estremecer en cada caricia y placer a la vez.
El placer era infinito, la resistencia que ellos pusieron al principio antes de que todo empezará y a su punto final Bárbara sentía esa dicha al igual que Santos era interminable.

Santos se aparte de ella.

Barbara: Que sucede Santos?

- Que es lo que sucede? Barbara no puedo hacerlo, siento que no puedo hacerlo, cada pensamiento son solo cosas malas. La verdad nosé que pensar

- Que? Que es lo que piensas de mi? Santos Luzardo yo te amo

- Lo siento Barbara, pero tú... No es el momento, eres una mujer hermosa y lo sabes, haces que sea un Santos que no quiero ser y eso... Me siento como si tuviera la necesidad de tenerte pero a la vez quiero que te apartes de mi. No pensé que fuera llegar a estos extremos.
Barbara has echo cosas malas y lo sabes. Le quitaste el derecho de ver crecer a sus hijas a Lorenzo, y aparte tu le quitaste tu hacienda. A parte quien sabe que pasó con la otra niña.

- Santos tu me crees capaz de hacer lo que estás pensando, por favor aunque no lo creas las amo, no importa que haya echo. Lo de Marisela me hizo reflexionar en lo que hubiera podido evitar si no hubiera sido por conseguir el poder de estás tierras, pero seguí con mi vida, Lucía estudio en las mejores escuelas, una venganza absurdo me quitó a Marisela. Yo sé que aún sigue viva.

- Que fue lo que hiciste en todo este tiempo? Por lo menos tuviste el valor de buscarla?

- Por supuesto que lo hice, pero ya después de 12 años no pude hacer nada, no la pudieron encontrar, solo espero que donde sea que esté, este en buenas manos.

Ellos se visten.
Santos sube a su caballo- Santos Luzardo óyeme bien eres mío nadie te va apartar de mi, de esta ya no podrás apartarte de mi- se aleja mientras escucha a esa mujer desesperada por tener solo su cariño y amor.

La doña se sube a su caballo sin pensarlo se va para su casa.

Ya estaba cayendo la noche.
Los de Altamira se pusieron a buscar a Santos y a Bárbara pero por más que lo hicieron no los hallaron y se rindieron. Se fueron cada quien para su casa. Seguramente todos pensaron que ya estaban allá.
Santos se fue directamente para la casa de los Sandoval para hablar con Antonio.

Melesio: Niño Santos que lo trae por acá?

Santos: Como están niñas?- se dirige a las terneras- Vengo hablar con Antonio

Melesio: Si claro, pase
Melesio y sus nietas (las terneras) los dejaron en la sala solos para hablar mas cómodamente

Antonio: Te fuiste con la doña cierto?
Santos: De echo... De echo eso es lo que te quiero hablar contigo
-Mmm mi imaginación me dice que eso terminó de lo más bien- dice Antonio con una sonrisa pícara.
- Básicamente no. Mira Antonio, tu sabes cómo soy y que se que tengo una promesa de ser un Luzardo distinto, pero....
- Ya te embrujo cierto?- lo interrumpe

- Ay! Por favor Antonio no seas tan supersticioso. Esas cosas no existen, ni las escobas, ni los fantasmas.
El asunto no es ese, quise hacer el amor con ella- dice Santos con voz baja
- Que hiciste que?!!!
- Antonio fue tan mágico al principio. Tenerla entre mis brazos, parecía tan delicada, es como una Diosa, me entiendes?
- Solo entiendo que te enamoraste Santos Luzardo. Estás enamorado de la mujer más peligrosa del Arauca.
Si, es una mujer hermosa. Eso no lo dudo pero que es lo que te detiene?
- Su pasado

_En la hacienda el Miedo_

Eustaquia: Que pasa mi niña? Melquiades te estuvo buscando.

Barbara: Prepara me el baño vieja.

Eustaquia fue de inmediato.
Barbara no quería hablar en ese momento, solo quería ese baño para despejar su mente un rato.
Después de unos 15 minutos Barbara salió con su bata de dormir y Eustaquia abrió la puerta

Eustaquia: Ahora si me vas a decir que te pasa?

Barbara: Santos otra vez vieja

- Mmm tenía que ser el hombre del momento- dice sarcásticamente- No deberías de dejarlo ir?

- Se que debería, pero algo paso hoy que pensé que solo era una gran obsesión como una vez dijiste, pero no casi hicimos el amor. Todo era perfecto, ahí el en la posa de los suspiros, me cargó en los brazos para sacarme del agua, después para bajarme tan delicadamente.
Lorenzo le ha dicho tantas cosas que el piensa que soy la peor de las mujeres, sus pensamientos solo eran esos
- Y que piensas hacer?
- Irme de aquí apenas pueda hablar con Lorenzo
- Pero ya lo tienes todo preparado, ya falta poco para que terminen la hacienda nueva
- Si lo sé pero creo que una escapada en otros lados sería lo mejor ahora, sobre todo para mí.
- Que vas hacer con la hacienda? Tampoco se puede dejar ahí sin trabajar y sola
- Por eso es que quiero hablar con Lorenzo, el sabe mucho de esas tierras, y después hablaré con Santos. Aunque haya acabado de esta manera es en el único en quien confío.
Voy hacer que Santos Luzardo me persiga hasta el último rincón. Porque lo se vieja el me va buscar tarde o temprano, pero lo hará.
- Ayy mija ese hombre definitivamente te trae loca.
- No lo habías dicho mejor vieja, prepárate porque la historia de Santos y yo aquí no se acaba.

Al día siguiente ya era por más del medio día.

Barbara: Vieja tengo que salir así que necesito que desde ya tengas nosé algunas decoraciones.
Dile a Juan Primito que vaya por unas flores

Eustaquia: Y eso para que mija?

- Ay vieja ahorita no. Solo hazlo yo sé porque te lo digo- se acerca a ella para darle un beso en la frente- Iré con Melquiades no te preocupes.
Nos vamos brujeador?
- Si mi doña- él asiente

Los toman su caballo y se van directo al progreso para preparar algunos papeles y luego volver a Altamira.

_Hacienda Altamira_

Santos llegaba a la casa algo cansado, solo pensaba en darse un buen baño después de un día agotador
Al acercarse a la puerta ve unas maletas confundido y llevándose una gran sorpresa de a quien le pertenecían

Santos: Tía Cecilia que? Pero como? No nos dijiste que ibas a venir- le sonríe
Cecilia- le da un fuerte abrazo a su sobrino- tengo tantas cosas que contarte mi niño

Barbara de un momento entra y los ve abrazados
Bárbara: Vaya, vaya que momento tan conmovedor.

Pasión ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora