Capítulo 5

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Colin intento dormir y revivió la tarde que pasó con Pen, jamás había sentido nada parecido por ninguna otra dama, jamas había deseado besar a nadie como deseo besar a Penélope y jamás había perdido el aliento al mirar los ojos de nadie. El azul en los ojos de Pen era algo Hipnótico cómo el mar que captura y atrae a los marinos hacia la aventura.

Colin salió con rumbo a la cocina para buscar un poco de agua y vio que la puerta de la casa se abría y la vió caminar hacia el jardín y sentarse en una banca con vista a los rosales. Se acercó a ella cegado por un deseo de estar cerca de Penélope, no sabía porque pero necesitaba estar cerca de ella, era cómo si la necesitará como al aire para llenar sus pulmones, solo que Penélope Featherinton llenaba de algún modo su alma.

C- ¿Contemplando las estrellas?

P- ¡Colin! Me asustaste, no, solo que no podía dormir hace un poco de calor en mi habitación y necesitaba aire fresco.

C- Si tú habitación no es cómoda podemos moverte a una diferente.

P- No, está perfecta, soy yo el día fue agotador y talvez me acalore. ¿Pero tú qué haces despierto tan tarde?

C- Tampoco podía dormir y te vi salir de la casa y quise ver qué estuvieras bien.

P- Si lo estoy gracias

C- Creo que soy yo el que debe agradecerte Pen

P- No veo nada que debas agradecerme

C- Hay tantas cosas que agradecerte Pen, que no sabría por dónde comenzar

P- Colin yo no sé cómo responder, yo no espero que me agradezcas nada y de verdad no creo que haya nada que yo pudiera haber hecho que mereciera tu gratitud. Si lo dices por ofrecerme a cuidar a los niños, creo que es algo que todo el mundo hubiese hecho tratándose de una emergencia.

C- De verdad Penélope no dejas de sorprenderme. No toda la gente se ofrecería a cuidar de unos hijos y una casa que no son de ella. Pero no solo es eso de lo que hablo, aunque es una buena razón para decir gracias.

P- ¿Entonces de que hablas?

No supo por que hizo la pregunta, pero necesitaba saber la respuesta.

C- Debo agradecerte por traer alegría a esta casa hace años que nadie sonreía del modo como lo hicimos hoy, hasta los empleados son más felices. Vi las disposiciones que hiciste en la casa.

P- Solo cambie unas cortinas y puse flores a un salón no creo que sea una maravilla.

C- Pues para esta casa lo son créeme, le diste luz y alegría a la casa como nunca, te preocupaste por mis hijos, en su educación, en sus actividades diarias, en sus comidas y hasta los premiaste. Los empleados me han contado lo maravillosa que has sido. Creo que la infelicidad de mi matrimonio no me permitía ver el daño que causaba a los demás, en especial a mis niños.

P- Colin no es necesario que hables de eso, esos son problemas que creo debes hablar con Marina.

C- Ese es el problema Penélope querida, que entre Marina y yo no hablamos y solo tratamos de vivir un día a la vez, jamás hacemos planes, ni pensamos en los demás, nos hemos cerrado a nuestra desdicha que hemos convertido esta casa en una celda, nos estamos castigando a nosotros mismos.

P- Colin no....
Pen intento hablar pero Colin la interrumpió, deseaba con todas sus fuerzas hablar por primera vez con alguien de su desdicha alguien que lo comprendiera y esa era Pen, ella siempre lo entendió, ella siempre estaba atenta a todo lo que el pudiera decir y hoy más que nunca necesitaba sacar todo lo que por años guardo en su ser.

C- Penélope yo no soy feliz, en mi matrimonio no hay amor. Estoy atado a una persona que no me ama y velo por el bienestar de unos hijos que no llevan mi sangre. No me malinterpretes amo a mis hijos con todo mi ser, pero ni siquiera eso es plenamente mío. Por eso te invite a venir, porque necesitaba recordar cómo se sentía ser feliz. Para mí, tú siempre reflejabas felicidad y siempre fuiste la mujer más amable que conocí, siempre pones a los demás antes que a ti, eres la persona menos egoísta que conozco.

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