Capítulo 8

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Al tercer día Colin ya no podía estar en cama ni un día más así que salió a desayunar al comedor con los demás, el desayuno estaba delicioso. Recibió carta de Marina avisándole que su padre continuaba muy grave y que posiblemente muriera pronto y que ella iba a quedarse hasta la partida de su padre y estaría unos días más para ayudar con los funerales y pasar unos días con su madre y con sus hermanos, le pido que agradeciera a Penélope sus atenciones y que esperaba pudiera aguardar su regreso.

También recibió respuesta de la casa número cinco, dónde su madre le decía que Eloise llegaría en un par de días y que lamentaba la noticia del padre de Marina. Recibió una nota más dónde le notificaban que pronto llegarían unos vecinos nuevos a la comunidad ya que una de las propiedades más próximas a unos 20 minutos a caballo, se había vendido y que pronto llegaría el nuevo propietario y pedía su permiso para visitarlo.

Eso era bueno pensó Colin, hacía mucho que no había gente nueva en el poblado y quizá estos vecinos tuvieran niños que puedieran jugar con sus hijos, además era muy educado avisar sobre su próxima mudanza y solicitar el permiso para visitarlo. Así que respondió diciendo que eran bienvenidos en cuanto ellos quisieran.

En la tarde Colin salió a dar un paseo por los jardines con Pen y los niños, era cómo si el tiempo nunca hubiera pasado y la amistad con Penélope estuviera intacta, platicaron de la familia de el, de la familia de ella y de como las reuniones sociales de la ciudad eran cada vez más monótonas.

Colin le platico sobre sus viajes y que llevaba diarios sobre los mismos dónde plasmaba sus vivencias, a lo que Pen se mostro muy interesada y le pidió que alguna vez le dejara leer algo de lo que el escribía, el acepto aunque en realidad no estaba seguro de querer que alguien leyera aquello pues tal vez ni siquiera era lo suficientemente bueno ni interesante.
La vida se había vuelto muy sencilla y al mismo tiempo exitante en Gloucestershire, pero pronto llegaría la entrometida de Eloise y él ya no tendría mucho tiempo a solas con Penélope, por lo que en la tarde le pidió a Pen si podían pasar un rato juntos en el jardín pues quería mostrarle uno de sus diarios. Ella acepto enseguida, en realidad estaba muy interesada en leer sobre los viajes de Colin.

Colin encontró a Penélope sentada en la banca enfrente de los rosales y le extendió uno de sus diarios.

C- Espero encuentres interesante algo en el, es uno de los primeros que escribí fue de cuando visité Grecia marque algunas partes que quizá puedan interesarte.

Ella estaba absorta en la lectura y a él se le paraba el corazón cada que ella sonreía o hacia algún gesto mientras leía.

P- Supongo que querías que parará aquí ¿verdad?

C- Supongo que si te gustó puedes leer más

P- Que si me gustó, ¡Colin me encantó! no puedo esperar a poder leer todo el diario. ¿Puedo conservarlo unos días?

C- Claro y por favor espero tus comentarios y no seas indulgente conmigo solo porque soy tu amigo espero una crítica muy neutral.

P- Debes saber que puedo ser un poco mordaz cuando de crítica se trata, así que puedes estar seguro de que te diré la verdad de lo que pienso.

C- Eso espero, pero deja aquí el diario ven hay algo que quiero mostrarte.

La tomo de la mano y la llevo hacia las caballerizas y tomo un caballo que estaba ensillado, la ayudo a subir y el subió en el mismo caballo. Y partieron con rumbo desconocido al menos para Penélope.
Llegaron a un claro y Penélope pudo ver un pequeño riachuelo le parecía un cuento de hadas, el agua a la luz de la luna parecía un río de plata y las flores que lo bordeaban parecían como espuma de colores era bellísimo.

P- Es precioso el lugar

C- No tanto como tú

Y apesar de sonrojarse no contesto nada a ese comentario de Colin, estaba tan cautivada con la belleza del lugar que quiso ir a explorarlo. Camino sin sentido contemplando las flores, el riachuelo, las rocas de colores que había a su paso y en ningún momento Colin había soltado su mano y la apretaba aveces con fuerza cuando creía que ella lo soltaría.

Se sentaron en el césped y el tomo ambas manos de ella y al ver sus ojos azules lo supo, supo que estaba delante de la mujer que amaba y a la cual deseaba con todo su ser.
Penélope sintió que todo eso estaba mal, no podía tomar de la mano a un hombre y menos a uno casado no podía estar sola con el sin desear que él la besara, sin desear abrazarlo. Ella sabía que todo eso estaba mal pero su corazón hablaba más fuerte que su razón. Se recostó en el césped y Colin hizo lo mismo a su lado.

P- Nunca había visto tan brillantes las estrellas

C- Quizá resplandecen más porque tú estás aquí.

Colin beso la mano de Penélope y se incorporó para poder verle la cara y poco a poco se fue acercando a ella hasta que sus frentes y narices se rozaron.

C- Penélope yo, yo te...

Y no pudo terminar pues sus labios rozaron los de ella, ¡Al diablo! con todo lo que sabía sobre besar porque nunca fue más que roce de labios, esto, esto era un beso de verdad, empezó suave, tierno, pero poco a poco se fue convirtiendo en un beso con fiereza con fuego e intensidad y ella correspondía del mismo modo a sus labios.

Ella lo tomo de la nuca acercándolo a ella como queriendo que nunca terminará ese besó. El llevo sus manos a su cintura y subió por sus pechos, eran perfectos redondos y exuberantes. Con la otra mano bajo hasta sus piernas.

Ella lo sentía a él por todos lados y ella quería entregarse a esa llama interna que iba creciendo en su interior, pero de pronto su mente hablo más fuerte que su corazón.

P- ¡Nooooo! Para, por favor para.

Suplico Penélope con lo último que le quedaba de su voluntad.

C- No puedo Pen, no puedo parar, te necesito, te deseo quiero hacerte mía hundirme en tí y no soltarte jamás.

Y volvió a besarla pero ella se aparto, el se sintió dolido por el rechazo.

C- Acaso tu no sientes lo mismo, dime qué no sientes este mismo deseo que yo.

P- Colin, yo te amo, te ha amado por los últimos diez años de mi vida. Pero esto no puede ser.

C- Pen yo te amo también y ...

Penélope colocó su mano sobre los labios de Colin para que él no siguiera hablando
P- Shhh. No digas más, esto es lo que espere por años. Pero recuerda a Marina y a tus hijos, esto no puede ser.

C- Pero yo no amo a Marina te amo a ti mírame por favor, te amo y se que tu me amas ¿Por qué no podemos entregarnos por una noche a lo que sentimos?

P- Porque para ti sería solo una noche y para mí sería una vida. Si alguien supiera que pasamos juntos está noche quedaría arruinada

C- Nadie lo sabrá, no creerás que yo voy a exponerte de esa manera ¿O sí?

P- Pues ya lo estás haciendo, hace unos días me dijiste que siempre que actúas por impulso me dañas y es verdad.

C- Yo no te quiero dañar Pen
He intento besarla de nuevo pero apenas y pudo rozar sus labios, pues ella se aparto rápidamente.

P- No es tu intención, pero lo harás, ya pensaste en las consecuencias, si yo saliera embarazada, que pasaría conmigo, si fueras un hombre libre no me cabe duda que te casarías conmigo y seríamos felices, pero no puedes darme esa promesa. Por favor Colin si me amas no me condenes a la desgracia. Quédate con este beso y este bello momento pero por favor no me condenes a la deshonra. Ya no tengo fuerzas ni argumentos, por favor.

La mirada de ella estaba llena de deseo y exitacion y el sabía que si la intentaba besar de nuevo ella cedería ante su deseo, pero ella tenía razón, el no podía tomar a Penélope como suya, había perdido ese derecho en el momento en que se casó con Marina Thompson y jamás en toda su vida se arrepintió de una decisión hasta este momento.

Los dos se quedaron sentados un largo rato con las frentes juntas y abrazados, con las respiraciones muy agitadas. Sabiendo que sé amaban el uno al otro y sus corazones y sus almas se pertenecían pero que jamás podrían estar juntos.

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