Capítulo 7

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Gorou no tuvo tiempo ni siquiera de preguntarle la cantidad de dudas que había querido cuestionarle a Kazuha después de que el ejército del shogunato se retirara. El viajero había partido y él tuvo que volver a la isla Watatsumi para evitar ataques indeseados.

Aun así, estuvo feliz de haber podido compartir una mirada secreta con Kazuha cuando se reunió con Su Excelencia, la capitana Beidou, el viajero... y Kazuha.

Todavía tenía la sangre golpeando en sus oídos debido a la adrenalina de la batalla, pero conforme los demás comenzaron a discutir la situación, fue relajándose y siendo consciente que el ataque sorpresa de Su Excelencia les había dado una gran ventaja; por consiguiente, podía relajarse un poco.

Cuando el viajero se fue y él estuvo por partir junto a Su Excelencia a la isla Watatsumi, lo miró y lo vio.

La mirada de Kazuha se cruzó con la suya y Gorou se dio cuenta de que había olvidado lo coloridos que eran los ojos de Kazuha. En ese corto segundo de contacto visual, sintió miles de cosas: alivio, felicidad, ansiedad, emoción. Quería decir y preguntar tanto, pero tenía que cumplir con su deber.

Antes de que pudiera romper el contacto visual, Kazuha le sonrió.

—Cuando esto termine, tendremos todo el tiempo del mundo para ponernos al día.

Fue toda la inspiración que necesitó.

(~)

L

a cantidad de heridos era la esperada, por lo que todos se pusieron en marcha para atender a todos aquellos que estuvieran indispuestos o heridos de gravedad. Gorou también recibió un poco de atención médica, sus soldados le habían insistido en revisar si tenía heridas de las que él no estuviera consciente, pero Gorou la rechazó, diciendo que había otros soldados que la necesitaban más que él, así que se escabulló para evitar a las mikos del Santuario y a sus compañeros que sabía que le insistirían nuevamente.

Cuando se aseguró que no había nada más en lo que pudiera ayudar, decidió patrullar en los alrededores de la isla, todavía temeroso de que pudiera haber algún espía o soldados que estuvieran ocultos, esperando para atacar. Era el general de la resistencia, alguien muy ágil, por lo que confiaba en que, si no era capaz de deshacerse de los enemigos él mismo, tendría la rapidez y destreza para huir y poner a la resistencia alerta, así como llamar refuerzos.

Comenzó a verificar los rincones que conocía, aquellos que había descubierto en sus patrullajes; después, se fue por los lugares que ni siquiera él frecuentaba, ya que al ser lugares demasiado pequeños, usualmente no le suponían ninguna preocupación. Como esa era una situación crítica, no quiso correr ningún riesgo.

Finalmente, cuando no vio nada, decidió descansar a la orilla de la isla. Pero no una cualquier, sino su orilla especial.

Aquella que comenzó a frecuentar después de conocer a Kazuha, el lugar donde lo conoció y habló con él por primera vez.

No había mucha gente que paseara por allí, las ubicas personas que habían cruzado esa orilla aparte de él y Kazuha habían sido unos ladrones de tesoros que en realidad se dirigían a otra parte y algunos de sus subordinados que venían a buscarle. Por lo tanto, sabía que nadie me molestaría por un rato hasta que se marchara o vinieran a buscarle.

Por lo que cuando sus orejas captaron el sonido lejano de pisadas suaves  —demasiado ligeras para ser de alguno de sus soldados— sobre la arena y se percató que dicha persona no hacía casi nada de ruido, y que seguramente no lo había escuchado de no ser por sus oídos agudos de can, jadeó de sorpresa y su cola se removió inquieta detrás de él.

Hojas de Arce | Gorou x Kazuha [Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora