Hace mucho que no veía a ese chico de cabello negro, con un corte de pelo tan extremadamente varonil a mi parecer. De tes morena y ojos completamente negros. Era como un sueño, pero era sinvergüenza.
Él era mi novio, pero por cosas del destino, o si me es permitido, porque prefirió mil veces a una chica rubia, que lo dejo 3 semanas después. Vaya idiota, pero me gustaba; me seguía gustando, a pesar del daño que me ocasionó, pues llevábamos 2 años de relación.
Él no iba en la misma escuela que la mía, de hecho, él vivía en Hendersonville, atravesando Nashville. Un poco alejado. Mejor para mí. Pero ahora tuve la mala suerte de encontrarmelo aquí y algo me dice que la supuesta "sorpresa" que Aldrich tendría para mí era aquello tan desagradable.
Por lo que sabía, aún tenían contacto ellos dos, y eran amigos, pero nunca imaginé que mi hermano llegaría a esos extremos de traerme aquí y tener la desgracia de que le viera o hable con... Omar.
Aquel chico, tenía una perforación en la oreja izquierda. Y vaya que lo sabía lucir. Es bastante guapo, no lo niego.
-¡By! -volteé, y ahí estaba Peyton.
-¿Qué haces aquí? -le pregunté, frunciendo el ceño-. Se suponía que estas castigada.
-Me he escapado. Pensé que ya lo habías captado. -dijo, dándome golpecitos con el dedo índice en la cabeza.La examiné y aún no estaba ebria, pero se notaba algo hiperactiva.
-Anda, toma un sorbo. -trató de convencerme a tomar del vaso que ella llevaba en la mano-. Es Whisky. Bastante fino, ¿no?
-Ahora tengo más nauseas que sed. -puse los ojos en blanco. Me volteé a la dirección de Omar y le señale a Peyton-. Él esta aquí.
-Dios mío. ¿Es Dylan? -dijo, sorprendida.
-Omar. Y sí, es él. -la regañé, disgustada.
-Es igual, se llama Dylan Omar, no tiene mucha diferencia. Pero, ¿él que demonios hace aquí?.
-Es justamente lo que me gustaría saber.Más tarde, Peyton y yo nos encontrábamos sentadas en la hierba seca, compartiendo un vaso con Whisky. El segundo, diría yo. Y confieso que estoy algo mareada, pues no estoy acostumbrada a tomar.
Mirando al cielo oscuro, pero no completamente negro, escuche unas voces y pasos acercándose.
Alguien me toco el hombro.
-Lawson. -dijo una voz aguda, pero gruesa. Y sabia a quien le pertenecía esa voz irregular.
Mire hacia mi izquierda y ahí estaba. Omar.
-Hola. -le dije, fríamente.
-¿Puedo...? -dijo, señalando si podía sentarse a mi lado.Mire en la dirección de Peyton, para pedir ayuda y un chico también se le había acercado y conversaba con el: Demian.
-País libre. -contesté, apretando los labios.
-Y bien -se sentó-. ¿Que te trae por aquí? No sales mucho, eso se nota.Había un punto en que me sentía nerviosa y asustada, ese punto llegó sin avisar. Estaba aterrada.
-Prefiero estar en casa estudiando que embriagarme, doparme y hacer tonterías. -crucé mis piernas-. Pero eso ya lo sabías, así que no comprendo tu pregunta.
-Es verdad. Pero pensé en la posibilidad de que podrías haber cambiado. Me refiero a que meterías algo de emoción a tu vida. -dijo, pasando su mano por el cabello.¿Emoción? Já. La emoción en realidad no existe para mí. Es solo un sentimiento que los humanos poseen. Yo deje de sentir "eso" cuando mi primer amor (él) me rompió el corazón. Que no me venga con esas cosas.
-Simple y sencillamente, no me agradan estas cosas. -dije, fulminandolo con la mirada-. ¿Y a qué viene todo esto?
-¿A qué te refieres?
-A que hayas venido aquí a sentarte a mi lado.Se le veía nervioso. Lo sé, porque se tomaba de las manos restregándoselas, cosa que hacia cuando salíamos y no sabía que decir después de encontrarle viendo a otras.
-Pues... Sólo, quería... -tartamudeo-. Pedirte disculpas.
Oh, eso.
-Sólo olvídalo. -voltee la mirada.
-Es que... La idea me atormenta.Tiene que ser, perdió a una persona que de verdad lo amaba, pero se dejo llevar por el físico de otra persona, no por mis sentimientos. Lo odio.
-Ojalá te doliera más. -dije, susurrando y levantándome del césped seco.
No me atreví a verle la cara. Tengo un sensible corazón. Sólo... Empecé a caminar.
-¡Eh, By! ¿A dónde vas? -gritó Peyton.
No lo aguante más y fui directo a buscar a Aldrich, un poco desesperada.
Habían unos chicos sentados en el césped, enrollando posiblemente hierba en papel, para después ponerlo entre sus labios y encenderlo. Me dio un poco de curiosidad que se sentiría drogarse.
¿Pero que demonios digo?
A lo lejos pude ver a Aldrich, pero antes de caminar hacia él, un chico me tomo de la mano y me llevó al otro extremo de la fiesta. Dan.
-¡Que rayos...! -trate de mantenerme de pie-. ¡Dan! ¿¡Qué haces!?
-Por Dios, Colby -dijo con la mirada más tonta que había visto en mi vida. Estaba ebrio-. Es una fiesta. -me señaló una mesa que solo contenía alcohol de todo tipo, desde cerveza, hasta vino-. ¿Haz tomado algo hasta ahora?.
-Sí, 2 vasos de Whisky -dije mirándolo, más que confundida, asustada.
-Pues, es tiempo que te sujetes bien, por que vas a conocer la otra cara del alcohol.Me temblaban las manos y sentía un escalofrío que me recorría todo el cuerpo, empezando por la cabeza a los pies.
Más tarde, me encontraba junto a Dan sentada en el césped.
Bien, podrá sonar extraño, pero creo que a lo lejos noto una estrella que se aproxima a mi. De tras de él, viene un vaquero, que en vez de caballo, lleva un dinosaurio. Demonios, esto es genial. Me sentía como en una caricatura. Al fin todo tenía sentido para mi.
Estaba sumamente mareada, casi no sentía nada de mi cuerpo.Los ojos me pesaban, como si tuviera demasiado sueño y lo único que deseas es cerrarlos para quedar inconsciente en el apagón de tu cerebro.
El vaquero, cada vez se acerca más, y la idea de que el dinosaurio me coma me aterra.
-¿Qué carajos le haz hecho a mi hermana, Dan? -dijo el vaquero, enfadado al parecer. Espera, ¿tengo un hermano vaquero que monta un dinosaurio en lugar de un caballo?
-Tranquilo, hermano -dijo Dan, sereno-. ¿No notas lo feliz que está ahora?
-No me digas que le diste hierba -el vaquero entrecerró los ojos un poco y frunció el ceño.
-Solo un poco -río.
-Nos vamos -suspiró el vaquero-. Levántate, By.
-Eres tan guapo, vaquero -le miré, intrigada-. Te pareces un poco a mí.
-Apoco no te encanta -río Dan.
-¡Por supuesto que no, imbécil! -gritó el vaquero-. Mis padres me mataran. Nunca la debí traerla.El vaquero me tomo en sus brazos, y me acomodó en ellos. Caminó conmigo en brazos.
-Dios, que te ha hecho, By -dijo preocupado.
Caminamos unos segundos, y abrió la puerta de una camioneta. Me metió y me colocó un cinturón que atravesaba mi pecho y el vientre. Rodeó la camioneta y subió, para después encender el motor. A lo que me llevó a una risa absurda.
Cerré lo ojos.Hola :3
Muchas gracias a los que la siguen leyendo, he notado que algunas personas no la están leyendo -han disminuido desde el primer capítulo- y los entiendo, se que puede que mi historia les aburra, mis disculpas, pero el hecho es que no tengo mucha imaginación :/
Gracias.
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Burbujas de Jabón
Teen FictionNada dura para siempre, todo es momentáneo, así como las burbujas de jabón; un instante viven, fluyen, pero de un momento a otro, todo termina. Algo pasará si vuelves a meter la brocha. Un nuevo comienzo.