¡ nueve !

541 66 0
                                    

Jeongin estaba tan rojo que podía explotar, incapaz de mirar al chico que no conocía frente a él en una situación demasiado incómoda que le daban ganas de llorar.

Él sólo le pidió a Hyunjin que le acompañase al baño, no esperaba que su novio se volviese meloso y quisiera besarle al terminar de lavar sus manos, pero Jeongin era débil con Hyunjin, era sumiso, así que se había dejado hacer como un muñequito, no se percató de que no eran los únicos en el baño y en medio de su beso, un chico había salido de un cubículo para atraparles.

Yang quería enterrarse vivo, tan avergonzado que no era ni capaz de moverse de su lugar, mirando al castaño lucir tan relajado a comparación de él de reojo. Las lágrimas se le agolparon en los ojos y no podía abrir la boca, sólo quería borrar ese momento de su cabeza, no debió haber dejado que el mayor le besara y tomara por la cintura, o al menos tuvo que haber revisado si eran los únicos allí, ahora los habían descubierto besándose y él sólo quería morirse.

No era que le avergonzara Hyunjin o algo por el estilo, para nada, era la vergüenza interna de sentirse expuesto y apuntado con el dedo. No le gustaba la gente ni llamar la atención, él pasaba desapercibido y tenía muy entendido que sería observado si se hacía público que ellos eran novios, no quería eso, quería poder darle besitos a Hyunjin o tomarle de la mano sin tener que sentirse intimidado por alguien, quería que su relación no se pusiese extraña por la actitud que podría adoptar si eso pasaba.

Jeongin quería a Hyunjin, siempre lo había hecho, pero no tenía la necesidad de demostrarlo, ya que si lo hacía, sabía que algo se quebraría.

Y ahora estaba allí, frustrado, frente a alguien que no conocía y que les había atrapado. Aunque, el chico sólo les miró un par de segundos que para él fueron horas, antes de lavarse las manos pasando de ellos y luego salir sin decir absolutamente nada. Y Jeongin ya se estaba ahogando en mocos y lágrimas cuando sintió las manos de Hwang sujetarle el mentón y elevarle la cabeza.

— ¿Qué pasa, Jeonginnie? —preguntó preocupado, limpiando las lágrimas agolpadas bajo esos bonitos ojos levemente maquillados con sus pulgares en una caricia suave. Jeongin sorbió su nariz, algo completamente adorable a ojos de Hyunjin, ya que esa bonita nariz se arrugó, y esos ojitos brillantes le miraron.

— Uh... nos vieron y... y-y —no podía expresarse, quería pensar bien sus palabras para no decirlo de mala manera, pero su cabeza estaba en blanco.

Por suerte, Hyunjin le conocía hacía diez años, y sólo bastó conectar sus ojos lagrimosos con los bonitos de su novio por unos instantes para dejar salir toda su preocupación. A Jeongin le gustaban los ojos del mayor, de esa forma almendrada y el pequeño lunar bajo uno de estos que le hacía enamorarse de ellos, y que ahora esos irises le miraran con preocupación y un sentimiento de sobreprotección latente, le hacía sentirse bien, calmado y comprendido.

Jeongin jamás necesitaba palabras para expresarse con Hyunjin.

— ¿Tienes miedo de que nos vean? —preguntó bajito el castaño, batiendo sus pestañas y haciendo inconscientemente un mohín con sus labios. Y el azabache se sintió aún peor, porque sonaba horrible saliendo de los labios del contrario.

— P-perdón... —sollozó, comenzando a llorar como un bebé, aún su rostro siendo sostenido por esas manos.

Hyunjin se asustó un poco cuando el otro comenzó a llorar y a pedir perdón entre balbuceos. Sin comprender porqué le pedía disculpas y se sostenía de sus manos, lo arrulló en un abrazo, logrando que ese rostro bonito se ocultase en su hombro. Sus manos viajaron hasta la espalda y cabello del menor, apretándolo con fuerza y cuidado.

— Hey, no pasa nada, Jeonginnie —intentó calmarle, el contrario hundiéndose aún más en su hombro y negando con la cabeza.

El timbre sonó, Hwang soltó un suspiro porque no quería dejar a Jeongin así sin más, sin saber exactamente qué le sucedía, y estaba dispuesto a quedarse allí encerrado con su novio llorón hasta, al menos, calmarlo. Pero apenas Yang procesó el timbre de regreso a clases, se separó de ese calientito abrazo con pesar y secó sus lagrimas con las mangas de su uniforme, Hyunjin quiso volver a agarrarlo, pero el de oscuros cabellos negó entre un hipido y se giró para enjuagarse el rostro y refrescarse aún aguantando el llanto.

── clumsy and shy boy !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora