Poseidón Y Kalé

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Finalmente les puedo cumplir este pequeño trabajo de los relatos cachondos con mis dioses favoritos del Ragnarok, estuve pensando cómo abrirlo, pero luego de mucho acepté que claro tenía que abrir con la pareja que comenzó todo para mí con este manga y ellos son Poseidón y Kalé.

En la primera parte de mi trabajo La Tempestad de un Corazón Roto, omití el momento cariñoso entre ellos dos así que para redimirme aquí se los traigo, disfruten.













—Eres muy perceptiva y lista —le concedió mientras despejaba su oreja de sus cabellos y se acercaba a ellla—. En ese caso, debes de saber qué es lo que sigue ahora—susurró, logrando que un escalofrío recorriera a Kalé.

—Yo...

—Sí... Justo ahora te voy a tomar como mi mujer y después de que regrese, te haré también mi legítima esposa -le explicó tomando su mano, ella frunció los labios.

—¿De que regreses?—preguntó.

—En tres días hay una guerra, yo debo de estar al frente en el primer momento.

—...

—¿Tienes miedo?

—Sé que estarás bien, no temo por ti, pero aún así no puedo no preocuparme... Una guerra para un humano es demasiado, ¿Me entiendes? —preguntó, pero de inmediato recapacitó sus palabras—.Perdón, no...

—Lo puedo entender... Su existencia es muy frágil, pero mientras yo esté a tu lado, no debes de preocuparte de nada, ni por ti ni por mí —le aseguró, Kalé sonrió y asintió.

En ese momento, Poseidón la giró y sujetó sus caderas, ella temblaba ante su tacto.

—¿Me tienes miedo? —le preguntó mientras acunaba su rostro con una mano y la hacia levantar la cabeza.

—No —contestó con seguridad ella.
—Bien... —finalizó Poseidón mientras unía sus labios con los de la joven.

Del mismo modo en que la había llevado por todo su palacio, asímismo la condujo hacia su habitación, donde con cuidado comenzó a despojarla de su vestimenta justo a los pies de su cama, podía sentir el cuerpo de la chica temblar.

Queriendo tenerla completamente desnuda para él, deslizó fuera de sus ojos la venda que los cubría y con un amor indescriptible depositó un beso en su frente.

–Te amo... –le susurró el dios de los mares, llenando el corazón de la joven de un millar de sentimientos.

–Y yo también te amo –respondió Kalé con seguridad mientras se atrevía a tocarlo, explorando su piel divina con sus manos.

Con cuidado tocó su rostro y poco a poco bajo sus manos por su cuello, delineando la curva de este, bajó un poco más y se encontró con sus pectorales bien marcados que le llegaban justo a la altura de su rostro, por ello se acercó hacia él y depositó un ligero beso allí para seguir conociéndolo, podía sentir cómo incluso Poseidón se contraria ante su toque, vaya que lo disfrutaba, por eso cuando las manos de su humana llegaron a su cinturón, le ayudo quitándolo y con ello la túnica que usaba a la altura de sus caderas.

–Está bien –la animó cuando notó cierta duda de su parte para volver a tocarlo.

–Yo... No sé muy bien qué hacer –admitió un poco apenada Kalé mientras cubría su cuerpo desnudo.

–No hagas eso, eres perfecta para mí y sino lo sabes, permíteme guiarte –dijo la divinidad mientras se acercaba quitándose la parte superior de su traje.

Kalé respiró profundamente cuando sintió su pecho desnudo chocar contra la piel de Poseidón, pero eso no se comparó a lo que sintió cuando la fue recostado poco a poco en su suave cama, haciendo que se colocara en el centro de esta.

Noches con los Dioses (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora