Thor

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-¡No te distraigas! -me reprendió Brunhilde.

-Lo siento -me disculpe de inmediato mientras volvía a mi entrenamiento.

Actualmente estaba entrenando para tomar un lugar con las valquirias, pero era muy dificil para mi seguirles el paso, aún así me esforzaba tanto como podía.

-¡Eres una inútil, de pie! -dijo Hrist, a la cual obedeci de inmediato.

-No la regañes... Creo que ya fue suficiente por hoy -observo Prour mirando mis heridas recientes.

Dos cortes en mi abdomen y cardinales en mis brazos, además de mis mejillas rojas por los golpes.

-Sí, supongo que tienes razón -observó Brunhilde.

-Yo...

-No te desanimes, lo harás bien pronto -me consoló Prour mientras las demás abandonaban el campo de entrenamiento.

-Ordena todo y cierra con llave -me instruyo Brunhilde lanzandome la llave del salón.

-Sí -respondí derrotada.

-Te ayud...

-No, Prour, dejalo. Además, tienen guardias, ¿no?

-Sí, pero...

-Estaré bien -le aseguré mientras me ponía de pie y ellas salían.

Con monotonía guarde las espadas en la repisa y coloque las armaduras en su lugar, cuando iba a salir, preferí quedarme a entrenar un poco más, comence a golpear el costal, descargando mi frustración con cada golpe que daba.

-¿Por que no puedo ser como ellas? -me queje dando un fuerte golpe que termino por descolgar el saco.

Genial, mas trabajo.

Soltando un suspiro de frustración, gire para ir a buscar algo para limpiar mi desastre, pero no espere con no estar sola en la habitación.

-Señor Thor -lo salude arrodillandome y agachando mi mirada.

-¿Qué hacías?

-Entrenaba -respondí de inmediato.

Escuche sus pasos avanzar hasta situarse detras de mí, lo más probable que analizara lo que acababa de hacer.

-Lo lamen...

-No desperdicies tu fuerza así -me reprendió.

-No comprendo.

-Te estuve observando desde que comenzaste, si dieras más golpes como ese último, no estarías perdiendo energía con golpes mediocres como los de un inicio.

-Entendido -respondí sintiendo que mis mejillas se teñían de rojo.

Potencialmente era malo recibir un regaño del señor Odín o de su hijo, pero este escenario era particularmente malo para mí desde que me había enamorado del principe de Asgard, que debía de sumar, era el padre de una de mis compañeras valquirias.

Claro que actualmente estaba soltero y sin un solo compromiso, segun la misma Prour, pero no era como si pudiera aspirar a servirle como mujer.

-Levantate -me dijo.

Y obedecí de inmediato.

-Sírveme por un tiempo.

-Sí, señor, pero... No quiero se insolente, pero me encargaron limpiar aquí...

-Mandaré a alguien. Vamonos de aquí -dijo y comenzó a caminar hacia la salida.

Yo lo seguí.

Pensé en cubrirme, pero no daba indicios de querer parar o ir más lento, así que salí con el top y el pantalon entallado que usaba para entrenar.

Noches con los Dioses (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora