Buda 4

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Apenas se habia levantado todos, yo me incorpore sintiendome absolutamente cansada, mis caderas me dolian por toda la accion que habia tenido con Buda y aun cuando quería quedarme a descansar, no me lo permitio.

-Pararemos aqui a meditar -nos dijo a todos.

Entre asentimientos terminamos en un semicirculo a su alrededor, de algun modo se las ingenio para dejarme al frente, así que nada mas por ese detalle, sospeche que se traia algo entre manos.

-Cerremos los ojos y concentremos nuestra respiracion... Inhalen y exhalen lentamente... -siguiendo sus indicaciones, todos lo obedecieron ciegamente.

Habran pasado unos diez minutos para que sintiera un cosquilleo en mis hombros, abri los ojos y lo vi frente a mi bajando los tirantes de mi vestido.

Quise protestar, pero me hizo una seña para quedarme callada, yo negue, pero aun asi lo deje sacar mis senos al aire libre, apenas los vio, comenzo a chuparlos en silencio, pero con maestría.

Disfrutando con el pulso a mil, por si alguien se le ocurría abrir los ojos, lo abrace por el cuello para acercarlo a mi piel y que siguiera atendiendola.

Con sus manos levanto mi falda un poco y fue directo a mi sexo para comenzar a acariciarlo, comprobando que estaba bastante mojada. Sin miramientos, me metio dos dedos y comenzó a moverlos mientras frotaba mi clitoris con su pulgar.

Sabiendo que debia de estar callada, así que simplemente comencé a mover mi cadera mientras me tragaba mis gemidos.

Cuando estaba cerca de mi climax, la boca de Buda abandono mis senos y fue a mis labios, sofocando el gemido mas potente que me habia provocado.

El sonrio y con calma me reacomodo el vestido mientras jadeba, despues volvio a su posicion y me hizo una seña de dos con sus dedos.

Entendiendo que en dos minutos pasaría algo, cerre mis ojos de nueva cuenta y conté los segundos, mientras pasaban escuche como unas personas se iban, Buda no obligaba a nadie a quedarse a las meditaciones, ni reprendía a los que se quedaban dormidos, así que era normal que unos se levantaran para comenzar a preparar unas cosas para los demas.

Apenas pasaron los dos minutos, abrí los ojos, Buda ya me miraba con una sonrisa y me llamaba con un dedo.

Me levante en silencio y fui con el, pero antes de que me acomodara como el quería, me sente en su regazo levantando mi falda.

El me sonrio y ahora se acomodo para penetrarme.

De manera silenciosa entro en mi, sabiendo que no podía hacer ruido, comence a mover mis caderas con rapidez, en un vaivén marcado que me permitía sentirlo llenandome profundamente.

Me esforce por no hacer ruido de nuestras pieles chocando, parecia que incluso Buda forzaba su prevision para no ser atrapados y aun cuando estabamos al pendiente de todo, la idea de ser descubiertos y estar expuestos nos excitaba demasiado, por ello no tardamos en corrernos de ese modo.

Regulamos nuestras respiraciones y compartimos un beso antes de componer nuestra ropa.

Cuando iba a mi lugar, el me abrazo por la espalda y susurro cerca de mi oido.

-Nos vamos en diez minutos, solo tu y yo.

Asenti con una sonrisa sabiendo que tendriamos mas accion por el dia de hoy.






-¿No habra problema? -le pregunte al notar que habiamos vuelto a la cascada del dia anterior.

-No, les dije que iria a meditar a solas y nadie noto que veniste conmigo, aunque siendo sinceros no me importa que lo hagan -respondio mientras llegabamos a las orillas del rio.

Noches con los Dioses (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora