Apolo

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Petición que me encantó. Lo más probable es que siga una de Thor


-¡No eres tan agradable como les haces creer a todos! ¡Eres una horrible persona! -le gritó la ninfa del bosque al dios.

-¡Y aun siendo despreciable, me confesaste tus sentimientos! Pero ¿Acaso crees que estaría contigo? ¡Jamás, ni aunque fueras la última mujer en la tierra me enamoraría de ti! -replicó el dios perdiendo la calma.

Y al instante de haberlo dicho, se arrepintió.

Pudo ver cómo los ojos de aquella mujer se cristalizaban y su corazón romperse, intento avanzar hacia ella, pero ella retrocedió y antes de que pudiera hablar, se fue corriendo.

Sí, había sido un bastardo al hablarle así a una mujer.

Y eso lo había estado torturando desde ese día hasta ahora, luego de seis meses.

Aún veía a la chica pasearse por el lugar con sus hermanas, sin embargo, era la única que, cuando el se cruzaba por su camino, apartaba la vista y ni siquiera lo saludaba.

Claro que no podía pedirselo, sabía que se había excedido y todo por no saber cómo rechazarla, simplemente, el día que se le declaró se había enterado que la única diosa que consideraba una digna compañera había fijado la fecha de su boda con el hijo más rebelde de la humanidad. La decepción y el coraje contra esa decisión lo cegaron y terminó desquitándose con una de las ninfas que había conocido desde que llegó al Olimpo como dios.

Sabía que debía de arreglarlo, por eso mismo se encontraba caminando directo al bosque donde siempre la había podido encontrar antes, sin embargo, cuando la encontró vio que no estaba sola.

Antes de que notaran su presencia, se escondió y miró cómo aquella ninfa era estrechada entre sus brazos por...

-¿Hercules? -se cuestionó Apolo en un susurro.

¡¿Lo habían vuelto a cambiar?!

¡Esto era inaudito!

En silencio vio como Hercules depositaba un beso en la mejilla de la ninfa y la dejaba, comenzando a alejarse. Ni siquiera reparo en su presencia.

Cuando volvio su atención a la ninfa, la vio comenzar a desnudarse para entrar en el agua.

Tal vez podría sacarle provecho a la situación.

Con el sigilo que podía permitirse caminó hasta situarse detras de la ninfa justo cuando ella deslizaba la ultima prenda de su piel, con lentitud, llevó sus manos a esta y la ayudó a quitarsela por completo.

-Pense que no te podías quedar a acompañarme -la escuchó hablar.

-Yo no soy el niño justicia -replicó Apolo.

La ninfa se tenso, en automatico se giro hacia el y marco una distancia entre ellos mientras se cubría sus senos y su intimidad.

¿Acaso siempre había sido tan seductora?

Apolo no lo recordaba, pero por la luz de la luna hacía brillar su pálida piel de un modo encantador se sorprendió al notar eso en ella.

-¡¿Qué haces aquí?! -le reclamó.

-Vine a verte. Dime, ¿sales con mi medio hermano?

-Eso no es de tu incumbencia.

-Claro que lo es. Tú...

-Yo soy libre de elegir a quien quiero. Y ese ya no eres tú.

-Mentira. Tú me amas. Me lo dijiste.

-Cambié de opinión cuando me trataste como lo hiciste -replicó ella.

Noches con los Dioses (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora