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Amity se alistó para ir a la escuela como todos los días entre semana. Miro a Luz que seguía durmiendo, mientras más semanas pasaban Luz se veía más cansada, los bebes parecía que la consumían, estaba más pálida, delgada de piernas y brazos, ella estaba demasiado asustada de que enfermara, de que hubieran complicaciones en su embarazo.

—Te amo— le dio un beso en la frente antes de salir de la habitación.

Sus días eran normales, iba a la escuela en las mañanas, trabajaba en las tardes y llegaba a dormir con Luz por las noches.

No era aburrido, aunque vivía bajo presión la mayor parte del tiempo, aún se preguntaba como había acabado así.

El embarazo había sido un error, ella  no quería ser madre, ni antes, ni ahora, no se sentía preparada, tenía mucho miedo de cagarla con sus hijos.

Hijos, no uno sino dos, si que estaba jodida, apunto de hacerse en los pantalones, uno era un pequeño lío, dos era un desastre.

Más responsabilidades, más dinero que tenía que conseguir, más antojos de parte de Luz, más de todo.

Ese día llegó a casa más tarde de lo normal y de nuevo Luz estaba histérica, inventando historias de traición y engaño.

Entonces Amity tenía que abrazarla, besarla, y dejarla dormir.

Ojala Luz fuera más comprensible.

Sus energías se estaban esfumando,
su cuerpo estaba cansado pero sabía que Luz debía estar un poco más cansada, entonces no se sentía con el derecho de quejarse.

Dos días después estalló contra Luz

—¡Ya basta!— le gritó —¡¿Crees que es fácil para mi!? paso todo el día trabajando para conseguir dinero, para poder pagar tus consultas, tus antojos, tu ropa, mis padres hacen suficiente pagando la escuela, ¡¿Qué están haciendo tus padres por nosotros?!, ¡NADA!, y todavia tienes el descaro de molestarte porque llegó tarde.

Pensó que Luz le gritaría, que diría algo y eso era lo que esperaba y deseaba contrario a todo lo que creyó, Luz sólo se  quedó callada con los ojos bien abiertos y los labios apretados.

Después sólo se acostó en la cama y se envolvió en las cálidas cobijas.

Sino la cagaba no era Amity Blight.

La Casada Casa Quiere Donde viven las historias. Descúbrelo ahora