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—Mamá ¿por qué esos señores van de la mano? 

El pequeño infante de seis años iba con su progenitora por las calles nevadas, regresando de comprar unos alimentos, el niño se veía muy gordito a causa de la cantidad de ropa abrigadora que llevaba, sus mejillas regordetas con pequitas estaban chaposas por el frío que hacía.

Su madre miró a donde señalaba la bolita andante de ropa. Un par de jóvenes —señores a ojos del peliverde—, iban de la mano, felices y charlando alegremente, realizaban unos acercamientos propios de enamorados.

—Ah... ellos... se quieren, cariño —explicó algo incómoda.

El pecoso seguía mirando con extrañeza al par de enamorados.

—Pero ¿está bien? —preguntó volviendo a mirar a su madre— en la escuela la profesora dice que eso solo hacen los niños con las niñas, el papá con la mamá y los padres con sus hijos ¿Uno es hijo del otro?

—No Izuku.... tu profesora está equivocada, pueden hacerlo todos, con quien quieran

—¿Deben?

—...te lo explicaré en casa ¿Sí? 

—Uhmm... está bien —asintió.



—¿Ahora sí? —preguntó al llegar a su hogar Izuku.

—Si cariño, siéntate —se sentó y palmeó a su costado en el sillón mullido.

El rizado se acercó y subió al sillón sentándose al lado de su madre. La miró con sus ojitos esmeralda incitando a que continúe. Suspiró.

—No me gusta mucho

El infante ladeó su cabeza.

—Pero eso no significa que esté mal —viendo que el niño seguía sin entender, señaló con su palma a dos direcciones— éstos —dijo moviendo sus brazos extendidos— son caminos y tú eliges por dónde ir. Esos señores que viste allá eligieron su camino, que es amarse entre ellos, no quieren una señorita, no la eligieron, se eligieron ellos, un hombre. Yo elegí amar a tu papá, un hombre, alguien diferente a mí, yo elegí mi camino. 

»Son los caminos que la gente elige Izuku. Tú también puedes elegir, cuando seas más grande, puedes elegir si quieres estar con una niña... o un niño, puedes probar y eso te ayudará a elegir. 

»Pero hay limitaciones Izuku. Si estás con una niña se complementarán y podrán tener hijos, mientras que si estás con un niño no podrás, sé que en un futuro querrás... sentir eso. Tienes que elegir bien cariño.

El pequeño se quedó analizando un rato las palabras de su madre.

—¿Entonces no está mal? —inquirió viendo sus botitas.

—...no Izuku —respondió suspirando, esperaba que haya entendido— ¿A ti con quien te gustaría estar? —preguntó, era aún temprano para que el niño decidiera pero quería aligerar un poco la preocupación de su corazón, si bien no despreciaba las parejas del mismo género, le incomodaban y no las veía del todo bien, pero no le impondría eso a su niño, no quería que creciera con eso en su corazón y tampoco terminar cerrándole caminos.

—Uhmm... las niñas son muy buenas conmigo, los niños solo me molestan porque dicen que soy muy débil por enfermarme mucho —dijo haciendo un puchero— así que con una niña —concluyó mirando a la peliverde.

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