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Esto no era como volar en dragón, para nada. ¡Ni siquiera volaban! solo demoraban en caer.

Izuku no dejaba de aferrarse a Katsuki, sus ojos estaban fuertemente cerrados, el único pensamiento que tenía era "Está bien, estoy con Kacchan, todo estará bien", le daba valor.

  Había mucha turbulencia y sentía mucho vértigo ¡estaban cayendo!

En un punto las alas se separaron del asiento, desafortunadamente fue justo ahí cuando Izuku abrió los ojos y entró en pánico al ver eso.

— ¡KACCHAN! ¡VAMOS A ESTRELLARNOS! ¡VAMOS A ESTRELLARNOS!

— ¡No vamos a estrellarnos Deku!

— ¡KACCHAAAAN! ¡VAMOS A-!

— ¡QUE NO MIERDA! ¡JALA LA CUERDA!

¿Cuerda? ¿Ya habían llegado? Inmediatamente, sin confirmar si de verdad habían llegado o no, Izuku jaló la cuerda de su mochila y sintió como se separaba de Kacchan, en un principio lo asustó, pero la fuerte caída paró y ahora se sentía en una burbuja, una bajada lenta y calmada. Abrió los ojos y a un costado estaba el cenizo dentro de una burbuja.

— ¿Ves? Estamos bien Deku

Deku asintió algo avergonzado, había dejado que el pánico le ganara. 

Observó al hermoso paisaje que se podía apreciar desde ahí, la idea de descender lentamente en una burbuja era buena, seguro en eso también pensó la princesa cuando hizo el transporte.

Se veía un resplandor entre unas montañas, en partes la luz era de colores, ese debía ser el valle de cristales. Ya quería llegar, pero parece que demorarían, el descenso era muy lento.

— Deku, ven —Katsuki extendió una mano a Izuku y cuando tocó la burbuja el pecoso pensó que se rompería, pero solo la atravesó. El cenizo se acercó sacando la otra mano por el otro lado de la burbuja y haciendo pequeñas explosiones para impulsarse. Izuku dudaba si sacar la mano o no— Vamos Deku, no se romperá

Con cuidado de no ser tan brusco —aunque no había necesidad— sacó su mano y Katsuki la agarró.

— Así será más rápido —cambió la dirección de las explosiones e impulsó a ambos con ella hacia el valle.

Llegaron en unos cuantos minutos y Deku pudo apreciar mejor el lugar. Además de cristales, había gemas, ambos reflejaban la luz del sol por todo el lugar y en algunos le cambiaba el color, pensó que en la noche se vería asombroso pero para ese entonces no tendrían una luz muy potente para reflejar.

— En los libros, —comenzó a decir Izuku— describían el valle e intentaban dibujarlo, pero ninguno se acerca a esto —su rostro lo decía, se encontraba encantado de lo que veía. Cristales grandes clavados en la tierra, echados como asiento, otros enormes que parecía que podías subir en ellos y bailar una pieza, otros más pequeños sueltos por ahí...

— Nos dieron permiso hasta que anochezca ¿Qué quieres hacer? —preguntó y Deku metió una mano en su bolsillo para sacar sus cosas convertidas en miniatura.

— ¡Comamos! —miró alrededor y señaló un cuarzo enorme— ahí

Katsuki volvió a la normalidad la mochila junto a lo comprado en Kinkōya y ambos se dirigieron hacia la piedra preciosa señalada por el pecoso, esta era de color naranja, estaba iluminada por la luz del sol dando así un buen ambiente.

Subieron a la parte plana del cuarzo apoyándose de otros y de la canasta Deku sacó una manta con patrones cuadrados la cuál tendió en la piedra. Con Katsuki fueron sacando los alimentos de la bolsa y los pusieron en platos y fuentes que Deku trajo.

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