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Seungmin jamás pensó que una simple pizza podría comerse como si fuera la cosa más elegante

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Seungmin jamás pensó que una simple pizza podría comerse como si fuera la cosa más elegante. Para él, la pizza no era más que pedirla a domicilio y no pagar más de diez dólares por ella. En cambio, ahora estaban en medio de un restaurante italiano con una deliciosa pizza familiar con queso extra y una copa de vino tinto. ¡Vino! Eso era de otro mundo, la gente normal bebía cerveza con la pizza. Al menos, así era en el mundo de Seungmin. Pero para las personas con las cuales trabajaba era una realidad muy distinta.

—¡Delicioso! —chilló Giselle encantada mientras sorbía el queso que se desbordaba por los lados de su trozo de pizza.

—Come más despacio, cariño —reprendió su tío, aunque el hombre no parecía molesto. Estaba sonriendo a su sobrina mientras sostenía una copa de vino tinto en su mano y recargaba su otro brazo en el reposabrazos de la silla. ¿Por qué el hombre tenía que ser tan sexy? Cuando lo conoció un año atrás, ya había adivinado que era un hombre de dinero por la ropa de marca que vestía en esa ocasión. El hombre era elegante hasta cuando caminaba. La tensión entre ambos aún era muy fuerte. No se miraban, no hablaban, y lo único que podía mediar la interacción entre ellos era Gisselle.

—¿Veldad que está buena, Seungmin? —preguntó Giselle. Seungmin sonrió, se inclinó hacia ella para limpiar su hermoso rostro de querubín.

—Linda, tu tío te consiente demasiado, no creo que a tus padres les guste la idea de que estés cenando pizza —ella sonrió a su tío Hyunjin.

—Tío Jinnie es el mejol tío del mundo mundial.

—Es mi semana de estar a cargo, cuando vuelvan sus padres podrán meterla de nuevo en su rutina —dijo Hyunjin sin mirarlo. Seungmin frunció los labios, esto era incómodo.

Como había sido igual de incómodo llegar al departamento de ese hombre. Si hubiera sido decisión de Seungmin, él habría optado por esperar mejor en el auto. Pero Giselle había insistido en enseñarle el departamento hermoso de Hyunjin y ya de paso, asegurarse de que su tío se llevara su tableta que siempre le prestaba para jugar.

Ese había sido un día intenso. No solo había vuelto a encontrar al hombre, sino que, además, se estaba dando cuenta de que Hwang Hyunjin no era para nada como lo había imaginado en sus sueños. Bueno, no era que tuviera mucho que imaginar si apenas había cruzado palabras con ese hombre. Para empezar, Hyunjin no era como Jaebeom. En un principio, el hombre parecía serio y frío como Jaebeom, pero tenía un lado amable que solo mostraba a Giselle. Su departamento hablaba mucho sobre su verdadero ser. No era lujoso como la casa de Jaebeom y Jinyoung. Era un departamento bastante normal en una zona común. Giselle se había encargado de darle un tour. Aunque a Hyunjin pareció molestarle, no contradijo a su sobrina, así que, gracias a ese pequeño angelito había conocido la habitación del hombre, la cual era igual que el dueño. Los muebles eran simples y prácticos, no encontró ninguna cosa fuera de lugar. Y aunque no tenía ese aire hogareño como la casa de su hermano. El hogar de Hyunjin mostraba paz, calma... Tenía el estilo particular de Hyunjin. Por propia boca de Giselle se enteró de que Hyunjin cocinaba delicioso, ya que no tenía cocinera en casa. En resumen, Seungmin llegó a la conclusión que Hwang Hyunjin amaba estar solo.

BLOODLINE ;hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora