diecinueve

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Hyunjin estaba mirando a la nada, cuando su teléfono lo interrumpió, sabía que era su hermano y estaba muy tentado a dejar que la llamada saltara a buzón

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Hyunjin estaba mirando a la nada, cuando su teléfono lo interrumpió, sabía que era su hermano y estaba muy tentado a dejar que la llamada saltara a buzón. Pero también sabía que Jaebeom no se rendiría e insistiría hasta fastidiarlo.

—Dime, Jaebeom —contestó de mala gana.

—¿Dónde estás? Te estamos esperando —La voz de su hermano era controlada, eso quería decir que Giselle estaba justo enfrente de él. Siempre utilizaba ese tono de voz delante de su hija.

—Ya te dije que no iré —dijo irritado, cerrando los ojos. Esa mañana Jaebeom le había informado que Jinyoung y él, los llevarían a cenar a Hyunjin y a Seungmin para agradecerles por cuidar a su hija. Bueno, pues, aunque fue más una información que una invitación, Hyunjin no asistiría.

—Ah... De acuerdo —La voz de su hermano mostraba algo de irritación y diversión al mismo tiempo—. Ya sé cómo se pone el tráfico a esta hora ¿Así que estás aquí en quince minutos? Giselle se alegrará mucho —escuchó como su hermano descaradamente le decía a su hija que su tío Jinnie estaba a punto de llagar.

—Te voy a asesinar... —murmuró con los dientes apretados.

—Que contenta se ha puesto tu sobrina, no te entretengo más, aquí te esperamos, cuidado al manejar —Y con eso último, su hermano le colgó.

—¡Maldita sea! —gruñó, lanzando el móvil contra el sofá. Jaebeom se la estaba jugando. Maldita la hora en la que le había contado su pasado con el niñero. Y ahora le estaba jugando una encerrona. Iré por Giselle. Pensó, lo que menos deseaba era decepcionar a su sobrina, se convenció a sí mismo que lo hacía por ella y nada más.


[...]


—En realidad no me imagino a tu cuñado en una subasta para solteros ¿Cómo lo convenciste? —preguntó Seungmin. Mientras, Jinyoung estaba encantado contándole cómo era que había conseguido el apoyo de algunos amigos voluntarios para la subasta, incluidos Hyunjin y Jaebeom.

—Nunca me ha dicho que sí, en realidad —Jinyoung se encogió de hombros—. Pero no importa, ya que lo he inscrito junto con mi esposo, ambos tienen que contribuir a esta causa —dijo Jinyoung con orgullo. Jaebeom rodó los ojos.

—Me hubiera gustado ver la cara de mi hermano el momento en que le propusiste la idea, Seungmin.

—Creo que deberías haber visto mi cara en ese momento, ni siquiera sé cómo me animé a proponérselo. Comencé a rezar y a rogar que la tierra me tragara, el señor Hyunjin tiene una mirada muy aterradora.

—Mi tío no es ateladol —dijo Giselle con una sonrisa.

—Bueno, pequeña Gissy, no puedo decir que en ese momento tu tío se riera mucho —Seungmin recordó el incómodo momento—. Pero lo creo capaz de echar humo por la nariz, al parecer tengo ese don para irritarlo demasiado —Todos rieron ante el comentario.

BLOODLINE ;hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora