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Seungmin jamás se había sentido tan fuera de lugar como en ese momento

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Seungmin jamás se había sentido tan fuera de lugar como en ese momento. De haber sabido que vendría a un lugar como este, se hubiera cambiado o se hubiera negado a venir. Esa mañana antes de marcharse, Hyunjin le había informado que ese día tenía una comida de trabajo importante. Por esa razón le pidió de favor que él recogiera a Giselle en el preescolar. No había problema con ello. Comprendía que el hombre tenía demasiado trabajo ahora que no estaba su hermano. Lo que no comprendía era por qué a último momento. El chofer le había informado que el señor Hyunjin había ordenado llevarlos al club campestre a las afueras de la ciudad para encontrarse con él.

Mila Minnie, allá muy lejos están los caballos —Giselle rebotaba de felicidad. Al parecer era muy común que ella viniera a este lugar. Pero para Seungmin era la primera vez que entraba a un sitio tan elegante, hasta le daba miedo moverse por temor a romper algo.

—Tranquila, Gis. Primero tenemos que encontrar a tu tío —la pequeña rio.

—No me llamo, Gis.

—Lo sé, mi lapicillo de colores celestes —Seungmin le sonrió, la risa de la niña lograba calmarlo un poco—. Pero debemos esperar a que tu tío Hyunjin venga por nosotros —Al llegar. En recepción les había recibido una mujer muy elegante y muy bien vestida. La cual le pidió que esperara un momento en lo que localizaban al señor Hwang.

Giselle estaba cada vez más ansiosa. No paraba de hablar sobre que quería ir a ver los caballos, que no eran tan bonitos como los caballos en la granja de sus abuelitos y estaba realmente emocionada por nadar en la piscina. Giselle fue la primera en alcanzar a ver que su tío se acercaba a ellos. Se soltó de su mano y corrió hacia los brazos de su tío. El hombre guapo y bien vestido no tuvo inconveniente en alzar a su sobrina sin importar que su elegante traje pudiera mancharse o arrugarse.

—Tío Jinnie, quielo ver los caballitos —dijo Giselle dándole un beso en la mejilla, Hyunjin sonrió, haciendo que más de una de las mujeres alrededor suspiraran al contemplarlo. En realidad, era una hermosa escena, tenía que admitir. Con o sin la niña en brazos, Hwang Hyunjin se imponía. Su sola presencia hacía que más de una y de uno suspirara. Era increíble que el hombre estuviera soltero.

—Tú y Seungmin podrán ir a verlos más tarde —Hyunjin le revolvió el cabello—. Pero ahora mismo, iremos a que coman algo ¿De acuerdo?

—No tengo hamble —dijo Giselle con un puchero—. Quielo il con los caballos.

—Giselle, tu tío tiene razón, me prometiste que te comportarías —dijo Seungmin acercándose a ellos—. Tu tío Hyunjin está trabajando y no debemos molestarlo ¿Recuerdas? Tenemos que portarnos bien, o nos iremos a casa —Hyunjin miró a Seungmin por primera vez, intentó que esa mirada no lo afectara.

—Sí, Minnie —concedió la pequeña recargando la cabeza en el hombro de su tío.

—Después de comer, tú y Seungmin podrán pasear por todos los lugares del club, cariño, así que no estés triste —la pequeña asintió sin levantar la cabeza del hombro de su tío.

BLOODLINE ;hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora