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La mañana del domingo no fue tan incómoda como había pensado, al menos no al principio

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La mañana del domingo no fue tan incómoda como había pensado, al menos no al principio. Se habían levantado un poco más tarde de lo normal y Hyunjin los había invitado a desayunar fuera. Al parecer era una costumbre que tenían tío y sobrina los fines de semana. Jinyoung ya se lo había mencionado antes. Un domingo al mes, Hyunjin se hacía cargo de Giselle todo el día. La llevaba al parque, de paseo, turismo o de compras, Giselle aseguraba que su tío Jinnie era el mejor tío del mundo mundial. Los padres de la niña, decían que era el que más la malcriaba. ¿Pero qué se podía hacer? Giselle al parecer era su única sobrina. Seungmin no lo culpaba por ello. Así que después de desayunar waffles con helado y malteada, estaban en el centro comercial, viendo tiendas, comiendo más cosas, y pronto irían a ver una película al cine. Giselle estaba encantada, mientras la actitud de los adultos era... Calmada. Por lo menos hoy no se estaban ignorando completamente, y no era tan incómodo como el día anterior.

—¡Mira tío! ¡Qué enolme! —Giselle señaló una máquina de garras gigante llena de osos de gran tamaño ¿Quién podía ganar esas cosas? Se preguntó Seungmin, pero no podía juzgar. Ya que había un grupo de chicos intentándolo, y uno de ellos ya tenía colgado en un brazo un oso color lila.

Poco rato después, Giselle insistió en que quería jugar en la alberca de pelotas. El arcade de juegos estaba lleno de gente por ser fin de semana, así decidieron dejarla jugar mientras ellos esperaban en una mesa cercana. Al menos Seungmin estaba esperando. Ya que Hyunjin se había disculpado unos momentos antes para contestar una llamada, a Seungmin le pareció más un pretexto para no estar solo con él.

Sonrió al ver a Giselle encantada, gritando y riendo en el parque de pelotas junto con los otros niños. Se la imaginó en un futuro, cuidando a su hermana o hermano. Aún no se lo habían confirmado, pero estaba seguro de que Jinyoung y Jaebeom tendrían otro hijo. Eran una pareja fuerte, estable y se amaban, ambos estaban formando una maravillosa familia, y aunque sonara mal, Seungmin los envidiaba.

Su sonrisa se desvaneció de su rostro y el dolor se disparó a través de su corazón cuando vio a Hyunjin a unos metros más allá. Estaba junto a una mujer. Una mujer espectacular, su hermoso cabello rojo caía sobre los hombros. Era alta, aunque no alcanzaba a verle la cara asumió que era bonita, llevaba una minifalda de cuero negro y una camisa muy pequeña que revelaba su vientre tenso.

Seungmin se fijó en las torneadas piernas que parecían no tener fin hasta sus tacones de aguja sexy probablemente por eso explicaba el por qué ella parecía ser casi tan alta como el hombre que tenía frente a ella. Estúpido Hwang Hyunjin.

La mujer estaba peligrosamente cerca de Hyunjin y él no hacía nada para evitarlo, además de que permitía que ella se acercara y le susurrara cosas al oído. Hoy Hyunjin no llevaba un traje a medida. Sus brazos musculosos estaban definidos por esa chaqueta oscura y entallada, y ni que hablar de sus piernas en esos vaqueros azules desteñidos, se veía sexy como el infierno. La mujer dijo algo y Hyunjin le sonrío. Se veían como la pareja perfecta.

BLOODLINE ;hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora